Así luce esta Fiesta tan caduca, donde ese sistema tanto daño hace. Y es que la supervivencia del toreo pasa por una revolución en todas sus estructuras, donde lo primero es recuperar la emoción del toro bravo e integro –no lo vergonzosamente afeitados que los están toreando las figuras en todas las ferias- y dar oportunidades a quien de verdad lo merece.
Ahora que se pide sangre nueva y chavales que le ilusionen, Jesús de la Cazada atesora todas las mimbres para ello. Tiene novedad, ambición, valor, torería… junto a ese hambre por crecer que es innato a quien quiere ser torero -solamente le sobraron las lágrimas, que uno para vestirse de torero tiene que estar llorado-. Por eso, en las diferentes pruebas del III Circuito de Novilladas de Castilla y León no se arrugó para triunfar en una disputada final junto a Ismael Martín, otra grata sorpresa que merecía también estar en la feria charra de 2022.
Ese Circuito de Novilladas fue una gran apuesta de la Junta de Castilla y León, junto a la Fundación Toro, para apoyar a la Fiesta cuando la pandemia cerró todas las plazas. Para que siguiera vivo el pulso de la Tauromaquia y poder ayudar a las ilusiones del mañana, junto a componentes de las cuadrillas que, de otra forma, se quedarían en casa. En definitiva para ayudar a la Tauromaquia cuando era necesario conectarle el particular respirador para no morirse y seguir viva mientras el sistema plegaba sus velas para cerrar a cal y canto sus plazas.
Aquí la Administración regional –en las antípodas de la Central- supo estar a la altura en los momentos tan duros y, hoy, continua intensificado con el nuevo Gobierno de Castilla y León, mientras en otras muchas regiones miran para otro lado con tal de no molestar a sus socios, los mismos que pretenden erradicar la Fiesta.
Ahora, visto el enorme apoyo y la gran difusión del Circuito de Novilladas de Castilla y León, donde además batió record de audiencia en las novilladas televisadas hay una pregunta en el aire, ¿sirven de verdad, visto lo visto? Porque es muy triste matar las ilusiones de un chaval. Y más que matar las ilusiones, el chaval triunfador que debía torear en la gran cita de su tierra –también Ismael Martín- con estas injusticias están empezando a ver la cara a un mundo que les espera donde el amiguismo y el enchufismo están tan presentes. Un mundo donde existe un grupo de confort de figuras del toreo que siguen a lo suyo con el toro mocho, semejándose a la orquesta del Titanic, sin dejar de tocar sus melodías mientras su mundo se hunde por falta de escrúpulos e ir solamente a llevárselo cuanto antes, sin importarle nada el resto. Y lo peor es que ese sistema hasta se ría de magníficos planteamientos como el Circuito de Novilladas de Castilla y León, que trata de ayudar a los profesionales y traer nueva sangre al toreo, ninguneando a quien lo merecen para seguir protegiendo a los de sus cambios de cartas, aunque sean nombres caducos y sin ningún interés de cara al aficionado.
Así luce esta Fiesta tan caduca, donde ese sistema tanto daño hace. Y es que la supervivencia del toreo pasa por una revolución en todas sus estructuras, donde lo primero es recuperar la emoción del toro bravo e integro –no lo vergonzosamente afeitados que los están toreando las figuras en todas las ferias- y dar oportunidades a quien de verdad lo merece. Porque con estas formas tan sucias dejan en entredicho obras tan buenas como el Circuito de Novilladas de Castilla y León, además de matar ilusiones de los chavales, como son los ejemplos de Ismael López, o la que no tiene nombre, la del triunfador, el novillero serrano Jesús de la Calzada, que sorprendió a todos gracias al valor que atesora y a una interpretación que asoma la calidad del muletazo bajo.
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