"..el diestro Juan Ortega que, en el día de ayer, en la Cope y junto a Carlos Herrera dio una auténtica lección si de vender la burra se trata, algo que hizo el diestro de Sevilla con una claridad meridiana. Yo sigo sosteniendo que, en este país de mediocres y de gentecillas que viven pensando en los programas basura de televisión, regodeándose con las miserias de sus semejantes, el quid de la cuestión no es otro que darles carnaza a este tipo de público.."
Juan Ortega es más listo que el hambre
Pla Ventura
Toros de Lidia/25 enero, 2024
Como en su día dijera el maestro Luis Francisco Esplá en que, lo de los toros es para listos, tenía toda la razón del mundo y de tal modo ha seguido su consejo el diestro Juan Ortega que, en el día de ayer, en la Cope y junto a Carlos Herrera dio una auténtica lección si de vender la burra se trata, algo que hizo el diestro de Sevilla con una claridad meridiana. Yo sigo sosteniendo que, en este país de mediocres y de gentecillas que viven pensando en los programas basura de televisión, regodeándose con las miserias de sus semejantes, el quid de la cuestión no es otro que darles carnaza a este tipo de público que, como quiera que son mayoría, tienes el éxito garantizado y, alguien aconsejó a Ortega para llevar a cabo lo que antes todo el mundo hubiera considerado una guarrada por aquello de dejarse a la novia plantada en el altar de la iglesia.
Y Ortega se dejó llevar; está claro que, sus dudas tenia pero, hombre de Dios, haberlo pensado dos meses antes y nada hubiera sucedido; es más, nadie nos hubiésemos enterado. Pero aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, Juan Ortega decidió explotar una bomba cuando nadie lo esperaba y el resultado que ha tenido es el que yo dije en su momento, que si pretendía buscar publicidad gratuita lo ha logrado por completo. Aquello de que, por distintas razones, pero con lo de la “espantá” matrimonial mucho más, que Carlos Herrera repare en su persona en el programa de mayor audiencia de España, eso no tiene precio porque, insisto, desde ayer, todo el mundo conoce a Juan Ortega y les puedo asegurar que no es tarea sencilla que los asistentes a una corrida de toros, salvo media docena de diestros, sepan en realidad quién está toreando y, con Ortega a nadie tendrá la más mínima duda.
Ortega tiene carita de no haber roto un plato en su vida; digamos que, anda por los vericuetos por donde se desplaza casi que pidiendo perdón por pasar; sí, es un hombre aparentemente humilde pero que, en su fuero interno, como decía, sabe latín. De que es un gran torero lo sabemos todos pero, a partir de la entrevista con Herrera ya todos podemos certificar que de tonto no tiene un pelo; sabe lo que quiere, se trabajó el papel de víctima, pidió perdón a todo el mundo a sabiendas del daño que había hecho. Listo como el hambre, es la mejor definición que podríamos atribuirle. Si de arte hablamos, para empezar, es torero que más contratos tiene firmados antes de San Isidro, no sé si por el morbo que ha suscitado o porque es en realidad un gran torero pero, lo que si está ya certificado es que no se morirá de hambre.
Y para colmo, para remachar el clavo de su listeza, en todos los festejos que le vemos anunciado está junto a los más grandes y, por ende, con los toros más pequeños; o sea, el estado ideal para hacerse millonario si exponer más de lo necesario. Un caso muy curioso al que aprobaremos o repudiaremos, pero a nadie nos dejará indiferentes. Insisto, si quedaba alguien que no conociera a Juan Ortega, desde ayer, por el milagro de la Cope ha pasado a ser el torero más buscado por los medios de toda índole. Y encima se hace el mártir. Ole sus cojones, sí señor.
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