"..Según se puede leer en Internet, siempre ha militado en la extrema izquierda, y por sus dichos y hechos, hasta donde conocemos, o conozco, manifiesta un muy considerable odio a España, a su Cultura, y en general a todo lo que se refiera a nuestra patria, que es la suya, quiera él o no quiera.."
Un ministro poseído por el odio
Rafael Comino Delgado
El ministro de Cultura, don Ernesto Urtasun, español, nacido en Cataluña hace 42 años, economista, diplomático y político, según reza en su curriculum, es un hombre de figura física no demasiado fuerte, aparentemente, para lo que es el tipo medio español, y cara de pocos amigos, así como si el hombre estuviera siempre, o casi siempre, enojado, molesto por algo, o contra algo, o incluso padeciera dolor de estómago o de muelas permanente. En general podemos decir que, según las fotos, no cuida mucho su figura sino todo lo contario, pues le muestran algo desaliñado.
Según se puede leer en Internet, siempre ha militado en la extrema izquierda, y por sus dichos y hechos, hasta donde conocemos, o conozco, manifiesta un muy considerable odio a España, a su Cultura, y en general a todo lo que se refiera a nuestra patria, que es la suya, quiera él o no quiera. Las cosas, hoy por hoy son así y él no las puede cambiar, por tanto, me imagino que con ese sentimiento hacia su patria, su nación, se pueda explicar, en gran medida, la cara de malestar permanente que manifiesta o, al menos, es lo que me parece a mí.
Ha ejercido como político en Europa, según creo, desde hace varios años, y desde allí ha atacado a la Tauromaquia, arte español, aunque ya universal, quiérase o no se quiera, que ha emocionado y emociona a multitud de personajes del más alto nivel intelectual de todo el mundo, y es, sin duda, el arte que más inspira a las demás artes, con gran diferencia.
Ahora en España, desde su cargo de ministro de Cultura, continúa atacando al toreo, y ya ha empezado por no darle la Medalla de oro al mérito en las Bella Artes, que le corresponde por ley, dado que es Patrimonio Cultural Inmaterial de España.
Pero no contento con ello se está dedicando a atacar a la Cultura española y España en general, centrándose en la colonización de América, difundiendo, a su entender, pecados que los colonizadores supuestamente cometieron, y que han sido difundidos, entre otros, especialmente por mandatarios hispanoamericanos de la talla de López Obrador, Evo Morales, Nicolas Maduro, Rafael Correa, e incluso el mismo Papa Francisco (hombre de nivel cultural e intelectual muy alejado de su antecesor Benedicto XVI), que no desaprovecha ocasión para alinearse con la izquierda más extrema (a la que le gustaría eliminar físicamente al mismo Papa, a los creyentes, a los que rezan o van a misa, simplemente por el hecho de hacerlo, y si no los eliminan es porque no pueden).
Todos los citados, no son precisamente la crema de la intelectualidad y cultura mundiales, sino que están justamente en el más bajo nivel, guiados por el deseo de notoriedad se dedican a difundir mentiras, para ignorantes, sin reconocer que algo de bueno debió España aportarles, entre otras cosas, su lengua, su religión, y un nivel cultural que contrastaba con el que allí había, lógico en aquellos tiempos y en aquellos lugares.
Debemos recordar que 20 junio 1500, mediante una Real Provisión Isabel la Católica prohíbe la esclavitud, convirtiéndose en la primera persona por preocuparse de los derechos de los indios, mientras que otras naciones continuaron admitiéndola siglos después. Difunden esa leyenda negra, no sé si deliberadamente o por ignorancia supina de lo que verdaderamente ocurrió, y que es de dominio público, pero como decíamos su nivel intelectual y cultural no es el más elevado.
Las declaraciones del ministro han motivado que un gran grupo de hispanistas de reconocido prestigio, asociaciones vinculadas al hispanismo y personas de distintos colectivos culturales, como la Fundación Gustavo Bueno, académicos como Iván Vélez, Marcelo Gullo Omodeo y José Javier Esparza, han firmado el Protocolo de Santa Pola contra las injustas declaraciones del ministro Urtasun, exigiéndole que retire lo que ha vomitado, más que dicho, al respecto, que es leyenda negra utilizada por personajes de poco peso específico en el panorama mundial, y que necesitan hablar, sea lo que sea, para que la opinión mundial sepa que todavía viven. Terminan señalando que el prestigio del ministerio de Cultura está en peligro cuando se hace muestra de tamaña incultura de nuestro pasado, o se apoyan visiones negativas y sectarias de la Historia.
Yo diría que no solo está en peligro el ministerio de Cultura español, en manos de un indocumentado poseído por el odio a España, también lo está la nación española, en manos de una banda de indeseables, que solo piensan en enriquecerse mediante la Política.
Así las cosas, he de decir que no estoy de acuerdo con el ministro, pues me gusta la Tauromaquia y me siento orgulloso de ser español, de los países hermanos hispanoamericanos que llevan nuestra sangre y nuestra cultura, no así de algunos de sus gobernantes, y de muchas cosas que nuestra patria ha aportado a la cultura, a la civilización mundial, aunque pueda haber cometido errores, pero desde luego este ministro no tiene autoridad moral ni de la otra, para atacar así a España, para odiar así a nuestra patria, y creerse superior al resto de españoles simplemente por haber nacido en Cataluña, región importante de España, con virtudes y también defectos, pero no superior a las demás. Aunque creo que ese odio que lleva dentro, no solo le nace de ser catalán, sino también de ser un hombre de izquierda extrema, que como sabemos se alimenta del odio, como expresaba muy explícitamente el criminal Lenin.
Y naturalmente tampoco estoy de acuerdo con el sentimiento racista, supremacista que han expresado, y expresan algunos catalanes, lo cual no es que lo diga yo, es algo conocido por todo el mundo, y que muchísimos españoles nacidos en otras regiones, que tuvieron que emigrar a Cataluña, en épocas muy difíciles, lo han tenido que soportar y siguen soportándolo. No obstante debo manifestar claramente que no le tengo odio ni a él ni a los demás catalanes, piensen lo que piensen de estos temas o de otros, porque,“El odio es la cólera de los débiles.” (Alphonse Daudet), y, “Cuanto más pequeño es el corazón, más odio alberga”. (Victor Hugo)
Es decir, que demasiada desgracia tienen ya con llevar tanto odio dentro de si.
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