Un cordobés de postín, un aficionado de tronío como D. José María Portillo, traza con su plumilla el sentimiento de adiós de Manuel Rodríguez "Manolete".
La figura de Manolete traspasó las fronteras de lo estrictamente taurino. Su magnética personalidad, su gloriosa trayectoria en los ruedos y su dramática muerte en Linares le convirtieron en un mito, y así sigue en la memoria colectiva de los aficionados. Manuel Rodríguez es el torero sobre el que más libros se han escrito (cerca de doscientas monografías y numerosos artículos), y mas poemas dedicados (próximos al millar según publica el antólogo Fernando del Arco) y uno de ellos se funde en el sentimiento de amor plasmado por José María Portillo:
Gerardo Diego: Adiós a Manolete
Y te vas recto, recto
¿como el río a la mar?
A la mar de muerte
tus alamares van.
No como el agua dulce
que duda y vuelve atrás
antes del trago amargo
de efervescencia y sal,
sino como la bala
que ciega y recta va
al blanco que la hechiza
con pupila fatal,
tú, bala de ti mismo,
vas a la muerte imán,
proyectil, línea, héroe,
alma, sin paso atrás.
La balanza equilibra
la suerte y la muerte igual.
“Islero” a Manuel reta.
Manuel a su isla va.
Rodeados de sombra
de espesa inmensidad,
solos allá en su isla
se entrecruzan en paz.
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