"...Si se trabaja en el campo bravo la búsqueda de la bravura y la casta, sobraría votar corriente en buscar como “morigerar” el dolor del Toro..."
RESPETO, DISENSO Y CONSENSO
ENRIQUE CALVO “EL CALI”
DESDE EL PALCO
CALI-COLOMBIA, 7 de Febrero de 2013
En nuestra Constitución Política nos encontramos una pléyade de artículos que hacen referencia a la legitimidad de nuestra pasión por la Fiesta de los Toros, además de la Ley y de las varias Sentencias Constitucionales que avalan la Fiesta como un espectáculo Cultural al cual la Sentencia S-666/ 2010 nos obliga a “morigerar” el dolor de un animal preparado para dicho rito. De no ser por la claridad y derecho que nos da la razón, ya los detractores nos habrían enviado al olvido. Esta semana ha sido prolija en posiciones y reflexiones sobre el pasado y el futuro de nuestro espectáculo favorito. El artículo 20 de la Constitución Colombiana garantiza el derecho de expresión y de difundir el pensamiento, pero a su vez éstas incluyen responsabilidades y el derecho al disenso cuando se hace con respeto.
Las reflexiones del Maestro Rincón no dicen nada que no conozcamos los taurinos preocupados por el futuro de nuestra pasión, pues en efecto por culpa de todos nos encontramos de que hay menos Plazas de Toros, menos ganaderías, menos novilladas y por consiguiente menos “figuras”, las reflexiones del Maestro dejan un sabor agridulce pues justamente él, por ser quien es, debió en gran medida direccionar las posibles soluciones a mantener dicho rito en toda su dimensión. No hace más de un año le escuché una posición que avalaba con argumentos muy respetables pero que con el tiempo no ha tenido la entereza que demostró delante del Toro para controvertirla públicamente.
Las propuestas del ganadero de la Carolina también son respetables, es de esperar que una Mesa de trabajo, analice con mucho detenimiento hacia donde nos lleva el llamado “morigerar” las conductas crueles. Analizando el pasado, uno de los encantos de la Fiesta está en que el Toro Bravo es impredecible en su comportamiento, por lo tanto pretender que todo Toro satisfaga los deseos del aficionado “torista” estaría fuera de foco. Pero si miramos los tiempos en que vivimos, en donde la genética y los métodos para encontrar un Toro mas uniforme y BRAVO se multiplican cada día, no estaríamos tan lejos de poder exigir que dicho elemento constituya una constante del Toro en la Plaza.
Si se trabaja en el campo bravo la búsqueda de la bravura y la casta, sobraría votar corriente en buscar como “morigerar” el dolor del Toro. Tal vez la propuesta que tenga mas soporte sea la de acortar los tiempos de la muerte y por consiguiente las entradas a matar. Estando en la Escuela de Cali, hace mas de 10 años la propuse, y con el tiempo a favor he comprobado en cantidad de charlas con aficionados rasos de su necesidad. Aquí no estaríamos violando en absoluto el rito final y necesario que tiene las Corridas de Toros.
El otro tema de consenso o disenso está en la forma de como expandir el espectáculo, ya que de no haber inversiones que conlleven al fomento de la Fiesta en las nuevas generaciones, sobraría el recordar cuantas ganaderías se han acabado, o cuantas Plazas de Toros se han cerrado y menos si buscamos como “morigerar” la lidia del Toro manso.
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