Esta tarde arranca la feria más larga del mundo
08/05/2015
Hoy empieza la feria de San Isidro 2015. Vista sobre el papel, las expectativas son similares a las de años pasados. Aunque no están todos los que son – inexplicablemente falta Enrique Ponce en sus bodas de plata cumplidas – las demás figuras harán el paseo al menos una vez como son los casos de Morante y de Manzanares. Comprendo que el de alicante se administre tanto en Las Ventas. Y lo comprendo porque ya lleva años que en cuanto aparece en la puerta de cuadrillas, no le dejan ni respirar…
No es el único que ha padecido tan manifiesta y preconcebida animadversión haga lo que haga. Su padre le pasó igual aunque siempre pasó del ruido y no faltó a San Isidro casi ningún año. N fin…
Si escribo de esto, es porque lo que menos me gusta de la plaza de Las Ventas es, precisamente, por lo que en el desarrollo de la lidia y más durante el último tercio, el ya inevitable sector contestatario de la plaza suele complacerse en intentar reventar las actuaciones de los mejores toreros. Y, en cambio, callan cuando los que torean son de sus preferencias. Curiosamente, no son ni de lejos los mejores. Es algo lamentable porque este proceder le ha quitado fuerza a la plaza tenida por la más importante del mundo. Lo sigue siendo aunque desde hace bastante tiempo, más por lo que da que por lo que quita. Hoy en día las figuras consagradas pueden faltar en Madrid sin que les repercuta nada en su cotización y prestigio. Una pena.
En La feria de este año, el torero que más expectativas levanta es Miguel Ángel Perera por su enorme triunfo del año pasado. Es de esperar que este año lo repita.
Hay cierto morbo por ver qué hace y, sobre todo, como lo hace el toreo El Juli. El madrileño continúa en lo alto aunque lleva dos años que sus maneras de torear, sobre todo con la muleta, se han trocado en antiestéticas por lo forzado y crispado que se muestra casi siempre sean como sean sus toros. Incluso con los buenos. Su incuestionable poderío choca cuando las reses que enfrenta tienen poco que poder. Ojalá este año le salga un toro realmente bueno y podamos verle en esa plenitud que ha perdido.
De las demás figuras, destaca el gesto de El Cid que se enfrentará en solitario a la corrida de Victorino Martin. Dificilísimo empeño en a estas alturas de su carrera, ya en franco declive. Será inevitable recordar su grandioso triunfo de hace años en la plaza de Bilbao cuando hizo lo mismo con toros de esta ganadería. Ojalá lo consiga esta vez…
La afición estará también pendiente de lo que hagan Alejandro Talavante y del recién incorporado a la primera fila, Daniel Luque.
Y, cómo no, también del torero que lleva años queriendo ser figura y que, lejos de conseguirlo, está perdiendo enteros en su pertinaz propósito a medida qua avanza su carrera. Me refiero a Iván Fandiño. De su tarde con seis toros de ganaderías duras hace días, también en Las ventas, salió no solo escaldado, sino evidentemente desmoralizado como acabamos de comprobarlo en Sevilla.
La feria, seguro, dará sorpresas buenas y malas. Como siempre. Hay una segunda fila que todavía no ha roto. Y una tercera, inadmisible. Es hora de que se prescinda de los que llevan tiempo perdiendo buenas oportunidades.
La irrupción de una baraja de novilleros con virtudes más que sobradas para llegar al estrellato y la comparecencia de algunos de estos, como por ejemplo el peruano Roca Rey, ha despertado las esperanzas de la afición por contar por primera vez desde hace muchos años con una generación de más que posible relevo. Que así sea.
Del muestrario ganadero, también es de esperar que salgan buenos ejemplares y que estos animales tengan suerte de caer en manos de los que sepan aprovecharlos.
De esto siempre dependió el resultado final de las ferias y más aún en Madrid. Que los buenos toros que salgan les correspondan en suerte a los mejores toreros.
Finalmente y respecto al siempre maravilloso ambiente que precede a las corridas isidriles, con llenos o casi llenos a diario, un ruego: Que los espectadores, tantas veces de puro y duro aluvión, ocupen sus localidades antes de que empiece el espectáculo. Que no ocurra lo que viene sucediendo durante la lidia del primer toro. Es imposible para muchos poder ver lo que ocurre en el ruedo. Los acomodadores deben cortar la entrada de los rezagados desde que salen los toros al ruedo hasta que mueren. Y otra cosa más: Que los vendedores de bebidas, respeten también la lidia y no molesten a lo que solo van a la plaza a ver la corrida. Ya sé que el negocio de las bebidas es enorme. Pero hay que respetar a los que no quieran consumir copas. Y es que, últimamente, Las Ventas se ha convertido en el bar más grande de Europa.
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