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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 4 de mayo de 2015

Todos con el pie cambiado / por Pedro J. Cáceres



Todos con el pie cambiado

Pedro J. Cáceres
Crítico taurino y Periodista
Concluida la Feria de Abril de Sevilla –y a las puertas de San Isidro- y por encima del balance artístico y ganadero, el planteamiento forzado por las ausencias de cuatro figuras ha sido, pensamos, altamente rentable desde el punto de vista empresarial por ser carteles equilibrados en su costo mestizando una figura- generalmente Manzanares- con otra de las asequibles en caché y un meritorio o alternativado; lo que puede provocar un cambio de tendencia, ahora a instancia de parte de la empresa, a la hora de confeccionar ferias futuras con boicot o no por parte de éstas.

Los excelentes aforos registrados entre el sábado de prefería hasta el domingo, a excepción del lunes (Ferrera, Fandiño, Moral) pueden alimentar tal tesis.

Y todo partiendo de un abono débil, mucho. Ha tirado el día a día con público rotatorio como se ha comprobado con comportamientos distintos cada tarde. Y tiene su explicación, la misma sobre la que hemos venido trabajando desde hace años, con poco éxito, por cierto. Un abono de más de cuatro festejos se hace caro, con figuras; sin figuras, es disuasorio. Y abre puertas al “partido a partido”.

Comenté hace algunas semanas, al conocer el planning de esta feria, que tendríamos que acostumbrarnos a que Sevilla, cada vez en su confección de feria o abono se parecería más a Madrid, por razones obvias de mercado, tal como está la Tauromaquia en la actualidad.

El dato que tenemos de Madrid es, que respecto del año pasado, y pese a una buena feria y un buen ambiente el abono ha bajado. 715 abonados menos. Sin embargo es posible que terminado el mes completo de toros, el porcentaje de asistencia global sea superior.

De hecho, el lunes que salieron las localidades sueltas a la venta las colas eran importantes. E imagínense, ese personal para qué corridas ha madrugado tanto. Señores que escogen dos corridas, y pagan por cada billete para ver el mano a mano Juli-Perera, o Morante, Juli, Castella fueron las primeras en agotar el papel, lo mismo que el abonado, que además tiene que sacar otras 22 tardes. Te da para pagar un propio, o 100, que te guarde la fila desde la noche anterior. Incluso alimentar el mercado clandestino, viendo las hechuras de muchos de dicha fila.

La desmotivación del abonado, mientras haya entradas en taquilla, es grande. Y el vicio del que solo quiere ir a lo que quiere ir tiene cobertura ¡sobrada!

¿Solución? Motivar sacar el abono. ¿Cómo? Con ventajas sustanciales económicas y con fórmula simple, no la clásica mísera del 10% de descuento, sino algo que suponga premio… y agravio para el oportunista: precio base, como hasta ahora, tarifa plana para todas las corridas; y una vez cerrado el abono que las entradas sueltas costaran según cotización del festejo y costo del cartel.

Con esta fórmula, por la que ni me la he inventado yo, ni creo que me propongan para el Nobel no solo se puede fidelizar un abono, corregir equidistancias que es la mayor de las desigualdades, sino que con tal planteamiento se podrían dar muchos más carteles redondos por el simple hecho que la previsión de ingresos según presupuesto de gastos adecuando el precio del boleto, al menos sería de empate, y no como ahora donde la propina al torero tieso es para enjugar el agujera en taquilla del caché de la figura en cartel redondo y plaza llena.

Y además, es fórmula para acabar con la reventa, que al fin y al cabo es el termómetro del tirón de cada festejo y torero, no como el abono, éste, que pone a todos en fila como si fuera la jura de la bandera… y todos con el paso cambiado.

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