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TENTATIVA AL ALIMÓN
Eduardo Soto Alvarez
Mérida-Venezuela, 02/02/2017.
La convocatoria de los gobiernos de México y Uruguay, a una Conferencia para establecer un nuevo diálogo que devuelva la estabilidad y la paz a Venezuela, es no solo extemporánea, sino que contiene un germen que podría añadir innecesarias complicaciones, a la recuperación de la democracia y la libertad en nuestro país.
Se podría especular hasta la saciedad, sobre las razones de ambos países para tan infortunado proceder, cuando el único que clama por un diálogo es el régimen (y sus corifeos), el mismo que lo ha desvirtuado varias veces y para el que constituye solo un mecanismo que le gana tiempo y un espejismo para crear falsas expectativas a la comunidad internacional.
No deja de ser curioso que, en el Comunicado conjunto mediante el cual se convoca dicha Conferencia, no figura la palabra democracia, cuya recuperación constituye la esencia del problema, lo que, dando por sentado la buena fe de los proponentes, tendría que ser el propósito fundamental de sus gobiernos.
Pero su proceder no es fácil de explicar, ni tratando de involucrar al Secretario General de la ONU, para maquillar un intento, en cuya convocatoria también brilla por su ausencia la palabra libertad.
Nadie podría ser neutral en coyunturas de esta naturaleza, pues se trata del histórico conflicto entre la civilización y la barbarie; nadie tampoco podría vacilar sobre qué posición asumir en esta disyuntiva, pues es evidente la bárbara acción devastadora del régimen, a lo largo de casi veinte años.
Esta iniciativa festinada, que pudiera hasta interpretarse como excusa, para tratar de sustentar la aparente neutralidad de sus copatrocinadores, está signada por el fracaso, pues solo serviría para desviar agua hacia el molino de la tiranía.
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