Toro Horroroso de Jandilla, lidiado por Sebastián Castella en Valencia / CLICK /
A divertirse va uno a ver un espectáculo de humor, pero a los toros se va a emocionarse, y esa emoción la tienen que generar los dos actores principales de la Fiesta que son el toro y el torero.
Román durante su faena a 'Damasco', el toro de Fuente Ymbro premiado con la vuelta al ruedo
Toros como Damasco y Horroroso defienden la Fiesta.
Rafael Comino Delgado
Excepto el tercer toro de la corrida de Fuente Ymbro,
del pasado 19 de marzo, los 5 restantes,
con sus matices como es lógico,
posibilitaron con creces el
triunfo, pero el segundo, de nombre Damasco, fue un toro de los
que quedan para la historia de la ganadería, de la plaza donde se lidió, Valencia, y de la Tauromaquia. Enrazado y
encastado hasta decir basta; cuanto más se le exigía y se le bajaba la muleta más se la quería
comer, repitiendo una y otra vez sin pausa. Un toro bravísimo que transmitía
enorme emoción a los tendidos. Naturalmente pedía un torero delante y allí
estuvo Román, que se la jugó a carta cabal.
Hubo algunos
aficionados que pidieron el indulto, pero tal vez no insistieron dada la
experiencia que tiene la afición valenciana con el toro Horroroso de Jandilla,
lidiado dos días antes por Sebastián Castella, y además el ambiente era otro. Para
Horroroso se pidió insistentemente el indulto, que el presidente negó. Horroroso nunca debió matarse. Con
un presidente buen aficionado,
verdaderamente entendido y con la
suficiente sensibilidad Horroroso ahora
estaría en dehesa. A ambos se les
dio la vuelta al ruedo.
En los tiempos que corren con mucha frecuencia nos quejamos,
con razón, de falta de casta en los
toros, porque la casta es lo que genera emoción, que es a lo que uno va a los
toros, no a divertirse como algunos dicen. A divertirse va uno a ver un
espectáculo de humor, pero a los toros se va a emocionarse, y esa emoción la
tienen que generar los dos actores principales de la Fiesta que son el toro y
el torero. Y se genera por dos vías complementarias, el riesgo y la estética.
Por algo el Toreo es el único arte que necesita ser validado por el riesgo. Sin emoción, cosa que ocurre demasiadas
veces, la Fiesta se viene abajo.
Pues Damasco y Román por un lado y Horroroso y Sebastián Castella
por otro, generaron emoción a
raudales, y es precisamente así como de verdad se defiende la Fiesta. No vamos a
pedir que todas las corridas salgan como salió la de Fuente Ymbro, y mucho
menos que todos los toros sean como fueron Damasco y Horroroso, pero ¿se
imaginan Vds. que en cada corrida salieran un par de toros como ellos, y si me apuran que, al menos saliera uno por corrida? Las plazas
se llenarían con mucha frecuencia, y esa
es la mejor forma de defender la
Tauromaquia, llenando las plazas. Por eso decimos que toros como Damasco y
Horroroso defienden la Fiesta más que podamos hacerlo todos los aficionados.
Por tanto hay que seguir exigiendo el toro enrazado y
encastado, en su tipo, sin exceso de kilos. Muchos ganaderos están en ello,
pero deben estar todos los estamentos de la Fiesta, si de verdad queremos recuperar los tendidos llenos.
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