La diferencia entre asesinar a 148 cristianos en Kenia y a 50 musulmanes en Nueva Zelanda
POLÍTICOS Y MEDIOS CLAMAN CONTRA LA ISLAMOFOBIA Y CALLAN ANTE LA CRISTIANOFOBIA
@ElentirVigo / 17·3·2019
Este viernes, en la ciudad de Christchurch (Nueva Zelanda), dos mezquitas fueron atacadas por un terrorista pertrechado con armas de fuego, que fue disparando a todo el que se encontraba.
Un crimen horrendo cuya víctima de menor edad sólo tenía 3 años
El terrorista asesinó a 50 personas, incluido un niño de 3 años de edad, Mucad Ibrahim. El asesino, Brenton Tarrant, retransmitió los crímenes en directo a través de Facebook, un vídeo que han podido ver millones de personas y que muestra a ese criminal entrando en una de las mezquitas y disparando sus armas contra todo el que se encontró en su interior. Esta masacre merece la repulsa de toda persona mínimamente decente. Espero que todo el peso de la ley caiga sobre Tarrant, y que sea confinado en una prisión de la que nunca le dejen salir: en Nueva Zelanda, afortunadamente, existe la cadena perpetua para castigar los crímenes más graves.
El diario The Guardian señala al Partido Conservador del Reino Unido
Como no podía ser de otra forma, en todo el mundo ha habido gestos de repulsa hacia esta masacre, desde dirigentes políticos y medios de comunicación, hasta líderes religiosos de distintas confesiones. Algunas reflexiones que he leído me han llamado mucho la atención. El diario progresista británico The Guardian publicó el viernes un artículo firmado por H.A. Hellyer, un autor musulmán, con este título: “La islamofobia que condujo al tiroteo en Christchurch debe ser confrontada”, en el que su autor afirma lo siguiente: “cada vez que negamos la amenaza del fanatismo antimusulmán, o subestimamos el alcance de la islamofobia -incluso en nuestro partido de gobierno, el Partido Conservador- damos socorro a los miembros de nuestra sociedad que buscan provocar el odio contra nuestras comunidades musulmanas”. En la mención al Partido Conservador aparece un enlace a una noticia que habla sobre críticas al Islam de miembros de ese partido (por ejemplo, se cita esta opinión de un político conservador: “Seremos un país musulmán bajo la ley de la sharia si el trabajo laboral regresa”). Es decir, que Hellyer relaciona un atentado antimusulmán en Nueva Zelanda con las críticas al Islam que ocasionalmente hacen algunos políticos al otro lado del mundo.
El diario El País dice de la islamofobia lo que no dice de la cristianofobia
En la misma línea, hoy el diario socialista español El País publica un editorial con este título: “Atentado islamófobo”. El subtítulo de ese editorial hace esta afirmación: “Los discursos de odio contra la comunidad musulmana no pueden tener cabida en una democracia”. El texto termina con estas palabras: “Combatir la islamofobia es un deber y una prueba de calidad para las democracias”. Esta afirmación es llamativa en un periódico que nunca ha publicado un editorial llamando a combatir la cristianofobia, a pesar de ser el principal motivo de persecución contra los creyentes (en el mundo, 3 de cada 4 perseguidos por razón de sus creencias son cristianos) y siendo, como es hoy, el motivo del 77% de los ataques contra la libertad religiosa en España. Unos ataques que medios izquierdistas como El País suelen invisibilizar, tal vez porque gran parte de esas expresiones de odio proceden de la izquierda política. Ese periódico es, de hecho, un claro ejemplo de medio con prejuicios anticatólicos: hace meses El País llegó a comparar a Irlanda con Pakistán, y también comparó a Asia Bibi -madre cristiana condena a muerte por blasfemia en Pakistán- con Willy Toledo, un actor comunista español que afronta causas penales por actitudes como mofarse de los asesinatos de católicos en la Guerra Civil española.
La desigual reacción cuando islamistas asesinaron a 148 cristianos
La doble vara de medir de los medios progresistas en relación a la islamofobia y la cristianofobia incluye también las reacciones a atentados terroristas. El 2 de abril de 2015 terroristas islamistas atacaron la Universidad de Garissa, en Kenia, asesinando a 148 cristianos. Los terroristas fueron buscando a los cristianos para asesinarles mediantes disparos y decapitaciones. El claro móvil cristianófobo de aquella masacre fue disimulado por muchos políticos y medios de comunicación. En el Parlamento Europeo, partidos izquierdistas intentaron borrar toda referencia a los cristianos en la moción de condena de la masacre. The Guardian y El País no publicaron entonces ningún llamamiento contra la cristianofobia, a pesar de que había sido claramente la motivación de aquellos terroristas a la hora de seleccionar y matar cruelmente a sus víctimas. Tampoco se han visto llamamientos políticos y mediáticos contra la cristianofobia, salvo honrosas excepciones, ante el genocidio de miles de cristianos en Nigeria, que se está llevando a cabo ante un pasmoso silencio mediático en Occidente. ¿Por qué esta doble moral? ¿Acaso las vidas de los cristianos valen menos que las de los demás seres humanos? ¿Dónde está el límite de la inquina que de políticos y medios occidentales contra el Cristianismo?
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