Le ha salido redondo el San Isidro 2019 a El Juli
D. Julián se apunta el tanto, D. Simón se apunta al ridículo y los aficionados ven traicionada su buena fe. Una vez que dio el paso del sorteo y las condiciones que ello acarreaba, nunca debió de volverse atrás.
EL JULI, POR LA CARA
Sí señor, por la cara. Una cara no sabemos si muy dura, pero sí, incluso, muy cara económicamente. Una solución que más bien parece un despropósito.
El grave, y duradero, percance sufrido por Enrique Ponce en Valencia, puso en cuestión su inclusión en los carteles de San Isidro tal y como estaba previsto. El valenciano era uno de los diez toreros que aceptaron el sorteo del ‘bombo’, siendo uno de los que se atrevieron con más relieve en el escalafón. Junto a él Roca Rey en primera línea y después Castella y Perera.
De aquel sorteo, no tan amplio como hubiera sido de desear, la fortuna colocó al de Chiva junto a los toros de Juan Pedro Domecq, haciendo volar la imaginación a eso que se ha dado en llamar ‘bolas calientes’. Realmente el sorteo solo se puso de manifiesto al asignarle los toros de Adolfo Martín al torero peruano. Lo demás lo habrían aceptado el 100% del escalafón. O lo que es igual a lo que dice el refranero español: mucho arroz para tan poco pollo.
Pero lo que indiscutiblemente puso de manifiesto el dichoso, y facilón, sorteo fue que había que dar el paso p’alante y arriesgarse a la corrida de los de Albaserrada. A esa cita hubo una terna de la baraja principal, Morante, Juli y Manzanares, que no dieron el paso argumentado su categoría o su derecho a elegir. Quizá tampoco Cayetano, -no se ha sabido-, pues no le hemos visto finalmente en los carteles isidriles.
A Ponce, tras la de Juampedro, le ofrecieron la de Cuvillo en la Beneficencia y así haría el paseíllo dos veces. Pero hete aquí que el inoportuno percance le priva de estar en la línea de salida y la empresa, el productor Simón Casas, ha de recomponer los carteles previstos. Ignoramos los cálculos que haya hecho, pero no se le ha ocurrido ofrecer el puesto, o los puestos, al citado Cayetano o, mucho mejor, a Juan Mora, lo que hubiera revalorizado el interés. No, se los ofrece a uno que le dio con las puertas en las narices a él y a la afición: D. Julián López ‘El Juli’.
Nunca a uno, habiendo hecho menos 'esfuerzo' para figurar en San Isidro 2019, en igualdad de condiciones que sus compañeros de la parte alta del escalafón, se lo pusieron más fácil. Juampedro y Cuvillo y sin pasar por el angustioso momento de que le hubiera podido tocar la de Adolfo. El próximo año a muchos les será más fácil esperar los acontecimientos escondidos tras de la esquina. El paso p’alante se queda de este modo en paso p’atrás.
Dónde queda el gesto de Roca Rey. Para ese viaje no le habían hecho falta esas alforjas. D. Julián se apunta el tanto, D. Simón se apunta al ridículo y los aficionados ven traicionada su buena fe. Una vez que dio el paso del sorteo y las condiciones que ello acarreaba, nunca debió de volverse atrás. A los toreros que sí lo aceptaron les ha pagado con una moneda falsa, trucada. El Juli, por la cara, se lleva el plato más apetecible de la feria.
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