Pretenden lo que siempre ha pretendido la izquierda, hacerse con el poder, tras lo cual se enriquecen infinitamente sus líderes (como ejemplos están los Castro y Nicolás Maduro) y se empobrecen sin límite los que les votaron, pero ya es tarde, ya están bajo el yugo del criminal marxismo, dónde solo hay miseria, hambre, falta de libertad, crueldad, tortura y finalmente muerte.
Los decálogos del mal
Rafael Comino Delgado
Catedrático d ela Universidad de Cádiz
Dos abyectos personajes de la historia relativamente reciente, ambos caracterizados por su extrema maldad, por haber causado inmenso daño a la humanidad, por haber asesinado a muchos miles de personas, dejaron para la posteridad escritos sendos decálogos, donde las sucesivas generaciones supieran como se logra hacer el mal; digamos como ser un gran criminal.
Santiago Carrillo en la URSS de Nikita Kruschev
Nos estamos refiriendo a Lenin y Santiago Carrillo, cuyos decálogos, que llamaron, eufemísticamente, “para hacerse con el poder”, el primero, y “decálogo del joven socialista” el segundo, pero que en realidad son “decálogos del mal” (para hacer el mal), que fue lo único que ambos siniestros personajes hicieron a lo largo de toda su vida.
A continuación, exponen ambos decálogos:
El “Decálogo”, de Vladimir Ilyich Lenin, conoció simplemente por Lenin, escrito en 1913, bajo el título de “decálogo para tomar el poder y controlar la sociedad”.
1. Corrompa a la juventud y dele libertad sexual.
2. Infiltre y después controle todos los medios de comunicación de masas.
3. Divida a la población en grupos antagónicos, incitando las discusiones sobre asuntos sociales.
4. Destruya la confianza del pueblo en sus líderes.
5. Hable siempre sobre Democracia y Estado de Derecho, pero, en cuanto se presente la oportunidad, asuma el Poder sin ningún escrúpulo.
6. Colabore con el vaciamiento de los dineros públicos; desacredite la imagen del País, especialmente en el exterior y provoque el pánico y el desasosiego en la población por medio de la inflación.
7. Promueva huelgas, aunque sean ilegales, en las industrias vitales del País.
8. Promueva disturbios y contribuya para que las autoridades constituidas no las repriman.
9. Contribuya a destruir los valores morales, la honestidad y la creencia en las promesas de los gobernantes. Nuestros parlamentarios infiltrados en los partidos democráticos deben acusar a los no comunistas, obligándolos, so pena de exponerlos al ridículo, a votar solamente lo que sea de interés de la causa socialista.
10. Registre a todos aquellos que posean armas de fuego, para que sean confiscadas en el momento oportuno, haciendo imposible cualquier resistencia a la causa.
Decálogo de Santiago Carrillo, publicado en la revista Renovación, un órgano de la Federación de Juventudes Socialistas de España (del PSOE), y de la cual era director), el 17 de febrero de 1934, bajo el título, “Decálogo del joven socialista”:
«1. Los jóvenes socialistas deben acostumbrarse a las movilizaciones rápidas, formando militarmente de
tres en fondo.
2. Cada nueve (tres filas de tres) formarán la década, añadiéndole un jefe, que marchará al lado izquierdo.
3. Hay que saludar con el brazo en alto -vertical- y el puño cerrado, que es un signo de hombría y virilidad.
4. Es necesario manifestarse en todas partes, aprovechando todos los momentos, no despreciando ninguna ocasión. Manifestarse militarmente para que todas nuestras actuaciones lleven por delante una atmósfera de miedo o de respeto.
5. Cada joven socialista, en el momento de la acción, debe considerarse el ombligo del mundo y obrar como si de él y solamente él depende la victoria.
6. Solamente debe ayudar a su compañero cuando éste ya no se baste a ayudarse por sí solo.
7. Ha de acostumbrarse a pensar que en los momentos revolucionarios la democracia interna en la organización en un estorbo. El jefe superior debe ser ciegamente obedecido, como asimismo el jefe de cada grupo.
8. La única idea que hoy debe tener grabada el joven socialista en su cerebro en que el socialismo sólo puede imponerse por la violencia, y que aquel compañero que propugne lo contrario, que tenga todavía sueños democráticos, sea alto, sea bajo, no pasa de ser un traidor, consciente o inconscientemente.
9. Cada día, un esfuerzo nuevo, en la creencia de que al día siguiente puede sonar la hora de la revolución.
10. Y sobre todo esto: armase. Como sea, donde sea y “por los procedimientos que sean”. Armarse.
Consigna final: “Ármate tú, al concluir, arma si puedes al vecino, mientras haces todo lo posible por desarmar a un enemigo”.
Si leen detenidamente ambos decálogos y son algo observadores de la situación actual de España, se darán cuenta de que están siendo aplicados con todo rigor en nuestra patria por la izquierda, cuyos principales representantes son: Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero, Alberto Garzón, Iñigo Errejón. Hay otros muchos secundarios, a sus ordenes, pero igual de infames.
Pretenden lo que siempre ha pretendido la izquierda, hacerse con el poder, tras lo cual se enriquecen infinitamente sus líderes (como ejemplos están los Castro y Nicolás Maduro) y se empobrecen sin límite los que les votaron, pero ya es tarde, ya están bajo el yugo del criminal marxismo, dónde solo hay miseria, hambre, falta de libertad, crueldad, tortura y finalmente muerte. Tenemos dos ejemplos muy cercanos a los españoles, por los vínculos de sangre que a ellos nos unen, y que son Cuba y Venezuela. Si quieren que en España vivamos como viven en ambas naciones hermanas, solo tienen que votar, el próximo día 10 de noviembre, a la izquierda, a cualquiera de sus partidos políticos.
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