Año 1999, José Tomás y Marco en Santander
Foto: Club Taurino de Pamplona
Acaba de anunciarse que los sanfermines se suspenden en razón de la pandemia. Francisco Marco, en su primera época se anunció como Marquitos. Su padre, novillero, se había anunciado con el nombre de pila y su apellido en los años 50, y por eso el apodo.
Cancelado San Fermín - La marca de Marcos
Crónica Toro / Barquerito, Madrid IV 22 2020
Enviado por Ignacio Álvarez Vara, Madrid IV 19 2020.
La carrera del hijo fue, según adjetivo propio de la jerga taurina. "muy digna". que quiere decir "honrosa" y cabría añadir digna "de mejor suerte".
La evocación de Marco es a propósito de un hito de los que en tanto cuentan en otros oficios. En los sanfermines de 2013 Marco superó el número de comparecencias de toreros navarros anunciados en Pamplona, título que ostentaba un personaje de leyenda, Julián Marín.
Acaba de anunciarse que este año los sanfermines se suspenden en razón de la pandemia y todavía no esta decidido si en septiembre podría haber una versión reducida de la Feria del Toro, que es por todo única. El pasado domingo llegó la noticia de la muerte de Emilio García San Miguel, crítico taurino del Diario de Navarra durante muchos años y hasta su jubilación por la edad. Hombre de bien, excelente conocedor del toro, ecuánime. Disfruté de su amistad, que fue un regalo.
Y, en fin, ahora que se ha celebrado con honores pero sin fastos el cincuentenario de la alternativa de Paco Camino, me ha gustado recordar que estuve en su retirada, en septiembre del 82 en Valladolid, y charlando con él -un reportaje para Cambio 16-, y escuchando a Julián Marín hacer un canto sincero de admirador incondicional. Sin dárselas de nada. Camino, un superdotado, ha sido un torero genial. De modo que este texto viejo es un mero granito de arena en un infinito desierto.
LA MARCA DE MARCOS
El 11 de julio (2013) próximo será el décimo séptimo paseíllo de Francisco Marco en Pamplona y en sanfermines. Con esa cifra va a superar la que se consideraba inigualable marca de Julián Marín. Si el toreo fuera un deporte, sería un récord mítico en la historia taurina de Navarra. Aura de remoto mito tiene el propio y difunto Julián, primer matador de toros de un pueblo tan torero como Tudela, capital de la Ribera.
Dieciséis tardes en nueve sanfermines consecutivos. La primera de ellas, la de la alternativa en 1943. El 7 de julio se cumplen setenta años de la efeméride. Buen cartel: toros de Samuel Flores para Pepe Bienvenida, Manolete y Julián Marín. Palmas y división. Pero estaba anunciado al día siguiente en la propia Pamplona para sacarse la espina. Manolete, Pepe Luis Vázquez y Julián Marín, con toros de Urquijo (Carmen de Federico). Una oreja.
Gente que vio a Julián Marín en sus épicos años -pocos quedan, pero de juiciosa memoria- sostiene que Francisco Marco ha sido y es bastante mejor torero que Julián Marín. La técnica, la sensibilidad, el asiento. Solo que Julián fue un personaje. No solo como matador en activo sino, sobre todo, como taurino en ejercicio. Personalidad, don de gentes, facundia. Simpatía arrolladora y contagiosa de épocas felices del toreo.
El día 23 de septiembre de 1982 en que se cortó en Valladolid la coleta Paco Camino, el torero a quien más decía admirar, Julián Marín hizo en el hall del Conde Ansúrez una meditación en voz alta: “No tendríamos que permitir que La plaza del cupo digamos foral en sanfermines no es en rigor un refresco”.
Morante, Padilla, Antonio Ferrera y El Juli son los solo cuatro matadores con más antigüedad que Marco en Pamplona y en los carteles de la Feria del Toro. El Juli, solo por un día. Por un año Padilla y Ferrera, que hicieron el debut la misma tarde y matando una de Miura.
Morante, Padilla, Antonio Ferrera y El Juli son los solo cuatro matadores con más antigüedad que Marco en Pamplona y en los carteles de la Feria del Toro. El Juli, solo por un día. Por un año Padilla y Ferrera, que hicieron el debut la misma tarde y matando una de Miura.
Por dos años Morante, que es de ese modo el decano de sanfermines y, sin embargo, un nombre fresco todavía. Misterios del tiempo conjugados con las musas.
El caso Marco es singular. Por voluntad propia renunció a intentar siquiera auparse al circo ambulante de las grandes ferias y, en cambio, se acopló gustoso a su papel de torero regional. De dos regiones y no solo una, porque la mitad de su sangre, la materna, cántabra y en Cantabria ha sabido hacer valer sus méritos como torero de la tierra. En los Cuatro Caminos de Santander va a matar el último sábado de julio la corrida de Victorino Martín, y Victorino encantado porque es un torero más que bueno para el ganadero: luce el toro. Confinado en el Norte –Navarra, País Vasco, Cantabria, el Sudoeste francés-, Marco será de los contados casos del escalafón a quienes la crisis galopante va a pasarle tan solo rozando.
No solo por eso es singular el caso. Las dos únicas ferias de lustre donde puede verse a Marco –el torero de Estella, el torero de Santoña, tal vez por ese orden- son las de Pamplona y Santander. ¿Una rareza? Una coincidencia, una curiosidad. Y otra: su padrino de alternativa, Curro Romero. Testigo, José Tomás. Año 1999. ¿De Jandilla la corrida? De juampedros de Javier Sánchez Arjona. No, no fue de Cebada Gago.
Marco ha matado en Pamplona más toros de Cebada Gago que nadie. Con una de Cebada Gago debutó José Tomás en sanfermines en 1996.
FIN
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