En resumidas cuentas, nuestra patria, España, está muy herida por el COVID-19, y mucho más por el gobierno socialcomunista que ha decidido implantar aquí un régimen totalitario, bolivariano, que nos causará, en los próximos años, o décadas, muchísimos muertos y muchísimo sufrimiento. ¡Miremos lo de Venezuela!
España herida, en estado muy grave
Rafael Comino Delgado
Nuestra querida España está herida; tiene dos gravísimas heridas. Su estado es gravísimo y el pronóstico también.
Una herida es la causada por el coronavirus, que ya le ha causado más de 22.000 muertos, según cifras oficiales, pero que reales, lo más seguro, es que sean tres o cuatro veces más.
La otra herida es la que el gobierno socialcomunista le está causando en la democracia. Teníamos una democracia aceptable hasta hace solo un par de meses, más o menos, pero nuestro gobierno socialcomunista, con el apoyo de separatistas y proterroristas, quiere acabar con ella, y en tan poco tiempo la ha herido, yo diría, de muerte, salvo que todos los españoles bien nacidos reaccionemos rápidamente, salgamos a la calle y echemos al gobierno de la Moncloa, para sustituirlo por un gobierno demócrata. Aun siendo muy grave la herida causada por el virus, porque la vida humana no tiene precio, y se han perdido ya muchas, creemos que la herida causada por el gobierno socialcomunista en la democracia es mucho mayor, porque significa lo que este tipo de gobiernos lleva allí donde logran imponerse por la mentira y la violencia: Hambre, miseria, perdida de libertad, tortura y muerte (muchísimas muertes).
Cada día nos demuestran con sus dichos y con sus hechos que están dispuestos acabar con la democracia en España, y como prueba de ello solo citaremos algunas muestras.
- Lo que dijo el General de la guardia civil, don José Manuel Santiago, “estamos trabajando para minimizar las críticas al gobierno por la gestión de la pandemia” dicho está. “Cuando la piedra sale de tu mano ya no se puede parar”, y “cuando la palabra sale de tu boca, ya no hay vuelta atrás”, dicha está. Pueden dar todas las explicaciones que quieran, pueden maquillar la verdad todo lo que quieran, pero la verdad es que lo dijo, y lo peor es que, ¡dijo la verdad!, al menos, en mi opinión.
Ahora dirán que fue un lapsus, que no quería decir eso. De acuerdo, algunos se lo creerán, pero la mayoría no, y entre esa mayoría me cuento yo. Creo que lo dijo sabiendo lo que decía, e incluso por orden superior, para que poco a poco vayamos asumiendo que estamos en una dictadura comunista bolivariana, y que el gobierno está dispuesto a usar todas las instituciones del Estado en su beneficio, no en el de los españoles.
Al día siguiente, se vetaron todas las preguntas a él dirigidas en la rueda de prensa, o simulacro, pues las preguntas que no gustan son excluidas. Típico de los regímenes totalitarios. Solo intervino para decir que “lo primero son las personas”, por lo cual sus compañeros de grupo, o palmeros del gobierno, le aplaudieron, aunque sin mucho entusiasmo.
No, mi General (bueno Ud. no es mi General, es el General del presidente del gobierno a cuyas ordenes se ha puesto voluntariamente, no al servicio de los españoles), no dice verdad, para Ud. ahora mismo lo primero es apoyar al gobierno. Está deshonrando a la Guardia Civil al dedicar sus esfuerzos en apoyo de un gobierno socialcomunista, no de la Constitución y de la Patria. Ya ha perdido toda la credibilidad que pudiera tener. Y si no dimite del cargo, en ese grupo, es porque se ha perdido el respeto a sí mismo, que es lo máximo que se puede perder. Ha perdido la dignidad.
Usted sabrá por qué lo ha hecho, quizás por su ideología, por miedo a que le destituyan y trunquen su carrera, o por agradecimiento a un ascenso reciente. Pero lo ha hecho. Todos somos humanos y casi todos tenemos un precio. El suyo, por lo que se ha podido ver, no es muy alto.
Después del aplauso salió don Fernando Simón a defenderle, y dijo otra majadería más- ¿Cuántas van ya? Argumentó que no se había explicado bien, fruto del cansancio acumulado. Que se sepa el Sr. Simón está ahí por ser experto en pandemias, aunque en esta ha errado repetidas veces, pero ahora resulta que también es psicólogo. El Sr. Simón está para hablarnos solo de aspectos científicos de la pandemia, pero cada día demuestra que está para apoyar al gobierno, y que científicamente se equivoca frecuentemente, que cuando no sabe responder (aun llevándolas preparadas las respuestas), todo lo atribuye a que la edad media de los españoles es muy alta. Claro que países con la misma esperanza de vida tienen una décima parte, o menos, muertos que nosotros. Y si no, comprueben. En 2019 la esperanza de vida media en España y Suiza fue de 83 años, y en Japón, Singapur y Francia de 82,9. Suiza, Japón y Singapur son de los países con menos muertos por millón de habitantes en el mundo, y nosotros el primero.
¡Sr. Simón! Una pregunta muy fácil: ¿Por qué dijo Ud. poco antes del día 8 de marzo de 2020, que en España el COPVID-19 tendría muy poca incidencia, y que este virus se transmitía muy poco entre personas? Pudo ser porque estaba equivocado o porque se le ordenó que lo dijera, a sabiendas de que era mentira.
No existen más alternativas. Si estaba equivocado no merece estar en ese grupo de expertos, puesto que su error ha causado muchos muertos, y si lo dijo sabiendo que era falso, lo merece menos. Por eso Sr. Simón, da pena verle aparecer todos los días en TV, no porque lleve el mismo jersey y generalmente esté poco aseado-más bien sucio- sino porque es la imagen de la mentira, y por ver lo bajo que ha caído un científico. Probablemente, cuando esto pase el gobierno le recompensará muy bien, igual que al general Santiago, y su vejez la pasarán viviendo lujosamente, pero no podrán eludir que cuando alguien les vea por la calle diga, o al menos piense, ¡ahí va un hombre sin honor, ni dignidad! Y esto lo pensarán incluso sus propios familiares más allegados. Y lo pensarán porque es la verdad.
Y en medio de tantas comparecencias del gobierno, de sus palmeros, de tanta mentira, y de tantos muertos por el coronavirus, para contribuir más al afianzamiento del socialcomunismo bolivariano, dos pruebas más.
Ayer me llegó un audio, en el que se oye una locutora de la SER, en el programa, “hoy por hoy”, diciendo, con voz nítida, metálica y cargada de odio, que la derecha miente cuando dice que el gobierno oculta los muertos. No sé cómo se llama esa señora, ni me interesa, pero mire Ud., no es que lo diga la derecha, lo han dicho los propios jueces, y posteriormente lo ha reconocido el gobierno. No solo los oculta, sino que ordena a los medios afines, que son casi todos, unos comprados y otros amedrentados por miedo a la persecución, que los oculten. El periodista don Antonio Pérez Henares se fue de la Sexta precisamente porque ocultaba, y sigue ocultando, los muertos.
-El pasado día 20 de abril, salió una de las habituales palmeras del gobierno, ya metidita en años, Dª Mercedes Milá que, según he leído, en un ataque de histeria, por una parte, insultó a la presidente de la comunidad de Madrid, Dª. Mercedes Diaz Ayuso, y por otra nos hizo recordar el 1936, cuando la Pasionaria le advirtió al Sr. Calvo Sotelo de que era la última vez que había hablado en el parlamento, y así fue porque después le asesinaron. No se le ocurrió otra cosa, a la Sª. Milá, que decir lo siguiente, refiriéndose a don Pablo Casado: “Si no cambia, de esta va directo a la caja de madera”. Luego precisó que lo decía metafóricamente, pero lo cierto es que ahí quedo; ahora que cada uno lo interprete como prefiera.
Particularmente tengo mi opinión de la Sra. Mila, y por ahora solo diré que, generalmente, es muy mal encarada, y si además está histérica, como se dice en la publicación, dará miedo. Vamos que te la encuentras a solas por una calle obscura de noche, y si no te da un infarto de la impresión, te revienta el corazón corriendo sin mirar para atrás.
En resumidas cuentas, nuestra patria, España, está muy herida por el COVID-19, y mucho más por el gobierno socialcomunista que ha decidido implantar aquí un régimen totalitario, bolivariano, que nos causará, en los próximos años, o décadas, muchísimos muertos y muchísimo sufrimiento. ¡Miremos lo de Venezuela!
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