San Isidro/25: A qué nivel se puede llegar / por Antolín Castro

Fernando Sánchez hizo lo más destacable

'..Salvemos los pares de banderillas de Fernando Sánchez. En conjunto fue una tarde soporífera en un pueblo cualquiera, donde público y toreros tuvieron comportamientos, lejos, muy lejos, de lo que debe representar la plaza de Las Ventas. Concluyendo: El calor pudo con todos..'

San Isidro/25: A qué nivel se puede llegar

Antolín Castro  

Opinión y Toros/01 Junio 2025

En este día volvíamos al toreo a pie. Junto a las caras habituales en los tendidos, un aluvión de recién llegados poblaron la plaza.

La terna, Perera, Adrián y Rufo no eran de primera fila, pero sus nombres tampoco eran desconocidos, y dos de ellos de poblaciones cercanas, por lo que la plaza registró otro lleno. Una terna que hace triplete en la feria. Las máximas figuras, los que más cobran, anunciados dos tardes, los que van detrás a tres. A menor caché se les proporcionan tres tardes para mejorar la caja de la empresa. Los toros de El Parralejo completaban el cartel y la posible atracción para los asistentes.

Suficiente en un domingo para ver la plaza llena. Los aficionados más maliciosos se entretenían en decir ¡olé el arte de los tres!, pero estos diestros son capaces de exhibir otros argumentos para convencer al personal… se supone.

Para empezar, digamos que el ganado resultó desigual de presentación y juego, siendo la presentación deficiente en su primera parte y el juego malo en las 5/6 partes. Se salvó el último, llamado Gestor, que fue el único que ofreció embestidas continuadas. Por si fuera poco lo dicho, apuntemos también que fueron flojos en general.

La terna, como decíamos, a falta de arte disponen de otros argumentos para complacer a quienes pagan una entrada, si bien hoy ni eso pudieron redondear, los argumentos se les quedaron pequeños a los tres, siempre en base a lo que tuvieron delante.

La tarde de calor sofocante y el sofoco que producía el no ver nada hicieron que se adormecieran muchos en sus localidades, teniendo que consolarse y entretenerse con seguir por el móvil el desarrollo de la actuación de Alcaraz en Roland Garrós.

El más cercano al triunfo, evidentemente por lo dicho, fue Rufo con el último, marchándose a los tendidos del sol donde sus seguidores eran muchos. La faena, comenzada de rodillas, careció de hondura, aunque diera muchos pases jaleados por sus paisanos. ¡Viva Pepino!, su pueblo, acompañaba a los olés, rotundos, que le dedicaron durante su faena. Por supuesto, le pidieron la oreja, tras pinchazo y estocada deficiente, y el usía, justamente, se opuso.

Apuntemos los alardes de Adrián toda la tarde, al que alguien con bondad le llegó a llamar el ‘agradador’, tal era su interés por intentar agradar al personal, ya fuera citando de rodillas o pasándose el toro por la espalda con reiterada frecuencia. Sin embargo, no anotamos el toreo profundo que llega al tendido, sobre todo en su primero que fue algo potable.

De Perera se dice que tiene una muleta poderosa y hoy se la ha debido dejar en casa o, seguramente, ese poder no le hacía falta para ponerse delante de los despojos de toros que tuvo enfrente.

Salvemos los pares de banderillas de Fernando Sánchez. En conjunto fue una tarde soporífera en un pueblo cualquiera, donde público y toreros tuvieron comportamientos, lejos, muy lejos, de lo que debe representar la plaza de Las Ventas. Concluyendo: El calor pudo con todos.