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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 29 de agosto de 2016

Simeone: ¿Un mentalista desmotivado?



"...Así que una de las incógnitas de esta temporada consistirá en saber si el Cholo, que es una especie de Patrick Jane, una suerte de mentalista, es capaz de convencer de nuevo a su plantilla para que se levante de la lona después de haber sido derribada dos veces de un modo tan absolutamente brutal..."

Simeone: ¿Un mentalista desmotivado?

Juan Manuel Rodríguez
La única posibilidad que tiene de pasar a la historia un equipo que no juega especialmente bien al fútbol es ganando títulos. Lo ideal es jugar muy bien y que, como fruto de ese buen juego, acaben cosechándose los títulos, pero, aún perdiendo, la gente siempre te recordará si jugaste muy bien... y acabaste perdiendo. Uno de los ejemplos más claros de esto último que digo es la selección brasileña que disputó el Mundial de España, la de los Zico, Sócrates o Falcao, que, pese a haber sido apeada en la segunda fase del campeonato, impactó tanto con su juego que aún hoy, 34 años más tarde, es recordada con viva emoción. El campeonato acabó ganándolo Italia, sí, pero casi se habla más de Brasil que de la selección que conquistó el Mundial. El Atlético de Madrid de Simeone tiene muchos aspectos positivos, muchos; posiblemente el mayor haya sido el de haberse "incrustado" a codazos entre Real Madrid y Barcelona hasta el punto de ser considerado como un serio candidato a todos los títulos, pero el equipo del Cholo sólo puede trascender a través de sus triunfos porque su fútbol, que es solidario y muy bravo, está ausente demasiadas veces.

Nada más perder la segunda final de la Champions en tres años, y ante el mismo rival, que para más inri no fue otro que el Real Madrid, Simeone, aún con la mirada vidriosa y la mandíbula desencajada tras el batacazo, dijo que tenía que pensar. Muchos días después (pero muchos, puede que demasiados) el técnico colchonero desveló que sus declaraciones no tenían nada que ver con su futuro profesional inmediato sino con otras cuestiones. Yo creo que el asunto fundamental que condujo a Simeone a decir que tenía que pensar no era sino cómo convencer a su equipo de que, después de dos golpes tan duros, tenía que levantarse de nuevo y, con las mismas ideas, con idéntico método de trabajo y con el mismo cuerpo técnico, volver a competir para tratar de pasar a la historia del fútbol ganando el título por excelencia, que no es otro que la Copa de Europa que tanto se le resiste.

Así que una de las incógnitas de esta temporada consistirá en saber si el Cholo, que es una especie de Patrick Jane, una suerte de mentalista, es capaz de convencer de nuevo a su plantilla para que se levante de la lona después de haber sido derribada dos veces de un modo tan absolutamente brutal. Y, aunque aún es demasiado pronto, las primeras señales que lanzan los jugadores colchoneros es que, después de que en mayo se lo pensará el entrenador, en agosto se lo están pensando ellos. Simeone, que llegó al banquillo rojiblanco a finales de 2011, ha ganado una Liga, una Copa, una Supercopa española, otra europea y una Europa League, cinco títulos en menos de cinco años; y ha tocado con la yema de los dedos la Copa de Europa, que es el Santo Grial del fútbol mundial. Las dos derrotas ante el Madrid han desdibujado los otros títulos, que están ahí, sí, pero que ahora, después de tener tan cerca la Champions, quedan inevitablemente oscurecidos. Por lo demás, el Atleti carece ahora del factor sorpresa, todo el mundo lo conoce y sabe perfectamente cómo y a qué juega. Con su mejor equipo, pero a 4 puntos de Real y Barça en la Liga y en sólo dos jornadas, el técnico tiene que volver a empezar otra vez, de nuevo, un año más. Para saber si será capaz de motivar de nuevo a sus futbolistas o si, por el contrario, el proyecto simplemente se agotó con aquel penalti de Cristiano, habrá que esperar un pelín más. No hay peor cosa que un mentalista desmotivado.

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