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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 21 de noviembre de 2017

Odio el 4-4-2, amo a Brian Johnson / por Juan Manuel Rodríguez



...odio que el equipo haya cedido al chantaje del establishment periodístico que dicta qué es jugar bien al fútbol y qué no lo es. Odio que no haya desmarques, que la palabra engaño haya desaparecido del diccionario blanco. Odio todas esas cosas... y echo de menos las cabalgadas, los pases al espacio, el descontrol controlado, la anarquía, el despipote, el "a mí Sabino, que los arrollo", la locura...

Odio el 4-4-2, amo a Brian Johnson

Ayer dije en Fútbol EsRadio que odio el 4-4-2 y hoy lo reitero: lo odio, odio el 4-4-2, odio el sistema que hace predecible a un equipo que precisamente ha cosechado sus mayores éxitos no siéndolo, odio ese modo de tocar, tocar y tocar, como queriendo desgastar la pelota, para no acabar yendo a ningún sitio. También odio profundamente que el Real Madrid quiera ser el Barça de Guardiola pero haciéndolo todo peor y mucho más lento, odio que el equipo haya cedido al chantaje del establishment periodístico que dicta qué es jugar bien al fútbol y qué no lo es. Odio que no haya desmarques, que la palabra engaño haya desaparecido del diccionario blanco. Odio todas esas cosas... y echo de menos las cabalgadas, los pases al espacio, el descontrol controlado, la anarquía, el despipote, el "a mí Sabino, que los arrollo", la locura...

Doy por hecho que cualquier cosa que diga o escriba será utilizada ad eternum en mi contra y que, por si eso fuera poco, será rápidamente sacada de contexto, pero, aún así, ahí va: a mí Isco me parece un futbolista sensacional, un jugador que la temporada anterior sacó de muchísimos apuros al Madrid, pero, aunque lo diga Maldini, Isco no está siempre bien. En el derbi del sábado pasado, por ejemplo, no estuvo bien y, pese a ello, se insistió en que había sido el mejor. El caso es que con cuatro jugadores en el centro del campo y con Isco como maestro de ceremonias a Benzema y, sobre todo, a Cristiano no les llega un balón en condiciones, el Real está a 10 puntos del Barça cuando aún no hemos llegado a diciembre y el equipo está en sus cifras goleadores más bajas. Culpa de todos, por supuesto, pero también de Isco.

Yo echo de menos a mi BBC. De acuerdo, sí, echo de menos a una BBC en forma, pero es que ahora mismo todo el equipo está uno o dos escalones por debajo de lo que se espera de ellos. Bale, Benzema y Cristiano conectan, se entienden, hablan el mismo idioma, que es el del desmarque, el de la explosión, el de la carrera larga, el de pillar desprevenido al equipo rival, el de llegar... y enchufarla. En su ánimo por desacreditar a Bale y por arruinar deportivamente a Benzema, el establishment periodístico ha conseguido, de paso, desnaturalizar a un Real Madrid libre y salvaje, un equipo que galopaba por Europa y que por aquellos campos que pasaba no volvía a crecer la hierba. Hoy el Real controla y mece el balón como el gondolero agita con mimo los remos al tiempo que susurra Nel blu dipinto di blu, y yo necesito AC/DC: "Me molan los rollos de una noche y quieres verme en mi salsa, sólo tienes que conectarme el nivel alto, rock and roll de alto voltaje". Odio el 4-4-2 y amo a Brian Johnson.

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