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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 6 de octubre de 2018

4ª de Otoño en Madrid. El cuento chino del “bombo” se vino abajo / por J. A. del Moral




La imagen que encabeza esta crónica nos muestra a Alejandro Talavante cuando recibió al primer toro con una larga cambiada de rodillas. Muestra también las ganas y la ilusión con las que llegó a la plaza, todavía intactas en ese momento. No había podido triunfar en su primera actuación de esta feria del pasado viernes, a la postre basada en su nombre, siendo el único que actuó dos tardes en esta feria que pasará a la historia como la del bombo. Sí, el bombo de la suerte como el de las loterías. La lotería taurina inventada por el mayor inventor de los empresarios taurinos, mi gran amigo desde hace muchísimos años, Simón Casas.


El cuento chino del “bombo” se vino abajo

Esto del bombo, a mi me parece un legítimo un ardíz para llamar la atención en el propósito de atraer más al público que los meros anuncios de siempre. Por esto sí que debemos elogiar a Simón. Pero en absoluto por todo lo demás. Y es que el toreo siempre dependió de la suerte. “!Suerte p´atos!”. Es decir, que a cada cual le correspondan buenos toros. Mala suerte es que te toquen los malos y malísima suerte es que no te valga ninguno. Lo demás son cáscaras publicitarias, señores. En vista del éxito de taquilla que está teniendo esta última versión de la llamada Feria de Otoño, Simón Casas anunció antier y antes de que se celebrara esta cuarta corrida que comentamos que el famoso “bombo” también será utilizado en la próxima feria de San Isidro que va a ser menos larga que la de este año. Me parece muy bien la rebaja. Pero lo del bombo es un cuento chino. Prefiero la suerte de siempre. Esa suerte que en su mayor parte depende del mejor o peor juego que den los toros que te hayan correspondido en el sorteo que por eso se llama así. Y que únicamente los grandes maestros suelen lograr que muchos toros malos parezcan buenos en sus manos. No hace falta nombrarlos. Sobre todo no hace falta nombrar a uno. Al mejor de todos desde hace más de 30 años. 

Dicen que Alejandro Talavante cambia tanto de apoderados porque no está conforme con lo que le pagan por torear. Está en su derecho. Pero Alejando es un gran torero aunque algo guadiana. Que alterna periodos magníficos con otros bastante menos lucidos. Siempre fue así. Y claro, este desigual comportamiento influye en los emolumentos. No gana lo que ganan los más grandes. Me temo que esta seguirá siendo su situación. Porque en esta feria que ha protagonizado en su plausible intención de triunfar por lo grande todo le ha salido del revés y se acabó el carbón. Una pena. Pero el toreo, señores, siempre será y seguirá siendo así. ¿O no?. Lo del bombo es para partirse de risa. Y si lo utilizan en San Isidro del año que viene, que Dios nos coja confesados… Han bastado unos pocos días y ayer mismo solo un par de horas para que el tinglado se venga abajo. En fin… Alejandro, escucha: Quítate esa coleta con que te peinaste ayer. Quítatela porque te sienta como un tiro. Y además, no te ha servido para nada.


Madrid. Plaza de Las Ventas. Viernes, 5 de octubre de 2018. Cuarta de feria. Tarde muy agradable con casi lleno.

Cinco toros de Adolfo Martín, muy bien aunque desigualmente presentados y de muy pobre juego en distintos grados de fuerza y manejablilidad. El más aprovechable fue el segundo. Por devolución del muy flojo quinto, se corrió un sobrero de El Conde de Mayalde, bravo en el caballo y noble aunque muy débil en el último tercio quizá por el exceso de castigo en varas.
Alejandro Talavante (verde musgo y oro): Pinchazo y media estocada, Tres pinchazos y cinco descabellos, más pitos.
Álvaro Lorenzo ( grana y oro): Estocada perpendicular y nueve descabellos, aviso y silencio. Dos pinchazos y cuatro descabellos, aviso y silencio.
Luis David (azul marino y oro): Pinchazo que hace guardia y estocada, silencio. Tres pinchazos y cinco descabellos, aviso y silencio.
Fue tarde de muy buenos banderilleros. Entre todos destacó sobremanera Juan José Trujillo al parear el cuarto y después de resultar aparatosamente revolcado en la brega del primer toro. Nombremos a los que también banderillearon con lucimiento: Valentín Luján, Sergio Aguilar, Alberto Zayas, El Puchi y Miguel Martín.

Creo que con lo dicho en la entradilla sobre Alejando Talavante en su desgraciadísima tarde de ayer en Las Ventas, sobra cualquier otro comentario. Claro que en pura y dura realidad, la cuarta de feria fue lo que suele llamar un petardo. Una tarde aburridisima e infumable como tantas y tantas en esta maldita plaza de Las Ventas a que consideramos la más importante del mundo a sabiendas de que también es la más insufrible del mundo. Oigan, es que aguantar una corrida como la de ayer y en plaza casi llena es como ponerse a mear y no echar gota.
El fracaso más estrepitoso fue el de la corrida de Adolfo Martín. Una mierda. ¡Qué le vamos a hacer!. Porque esto mismo pasa muchas veces en todas las familias. Y seguirá pasando. Esa es la mala y buena suerte que acompaña al toreo desde que se inventó. Algo que el ya famoso “bombo” no va a remediar. Pero hombre, por Dios, ¿es que somos tontos o qué? La chistera de mago que usa Simón casas es una maravilla. Enhorabuena queridísimo Simón. Siempre fuiste un genio.

Nos falta comentar la mala suerte que también se cebó en los otros dos matadores – muy jóvenes, por cierto -, el toledano Álvaro Lorenzo y el mexicano Luis David que es el segundo de los tres hermanos Adame de Aguascalientes. Me gustan los dos.


Álvaro Lorenzo me gustó desde le vi de novillero en Aranjuez. Y Luis David, aunque es de otro “palo”, también. Les he visto triunfar. Sobre todo al hidrocálido. Lorenzo, que fue a quien le correspondieron los dos toros menos malos se tapó con la habilidad que le caracteriza salvo con la espada. Pegó un petardo con los aceros. Y Luis David no fue ni su sombra con los dos horribles toros de su pésimo lote. Muchos espectadores, hartos hasta la coronilla, se fueron de la plaza antes de que soltaran al sexto. Eso que se ahorraron….

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