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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 11 de octubre de 2018

6ª de El Pilar en Zaragoza. “El robo del siglo” / por J. A. del Moral



Si entrecomillo las palabras del titular es porque la clase de robo que sufrimos ayer exageran lo sucedido aunque no es la primera vez que el presidente de la plaza de La Misericordia comete esta clase de hurtos. Ayer le tocó la china a El Fandi que tuvo una de las actuaciones más redondas y brillantes de su vida y, en vez de las cuatro orejas que le debieron conceder, solamente le dieron una sola en medio de la segunda gran bronca que el público dedicó al usía, mientras este miraba displicente y encantado cual Nerón contemplando el incendio de Roma provocado por él mismo. Este señor o lo que sea, es un imbécil redomado. Este señor incumplió ayer el reglamento al negarse a dar una oreja a El Fandi absolutamente reglamentaria porque el despojo del primer toro lo pidió el público por inmensa mayoría. Razón por la que debería ser destituido de inmediato. Claro que hace años que debería estar en su casa moviendo la badila del brasero.


Pocas veces habrá existido una figura del toreo más negado por los “listos” que don David Fandila, granadino universal y uno uno de los más grandes profesionales del toreo que hayamos visto en nuestra vida. Gran torero sin finura interpretativa con la muleta, pero sensacional y muy templado capotero, banderillero fuera del cualquier serie y gran matador. Junto con Enrique Ponce y El Juli, tan regular en el triunfo o más que ambas grandes figuras. Que ya es decir y no quito ni una coma. Pero es que además, mantiene sus inmensas facultades físicas con diaria dedicación propia de los más grande deportistas mediante también un diario y no poco esfuerzo. Tantos años seguidos toreando tanto o más que los que más corridas suman en anuales actuaciones por todo el mundo es decir poco porque sus muchos son realmente aplastantes.
Bueno, pues a este señor que para mayor gloria es educadísimo aparte de una gran persona – ayer saludó reverencioso al estúpido presidente con extrema caballerosidad tras ser atracado por el saludado -, no ha habido nadie que le apee del privilegiado lugar que viene ocupando en el toreo desde hace ya veinte años – dos de novillero y dieciocho de alternativa – triunfando cuasi a diario. O sea…
Y pasemos al salón del ruedo sito en esta histórica plaza de La Misericordia.



“El robo del siglo” 

Zaragoza. Plaza de la Misericordia. Miércoles, 10 de octubre de 2018. Sexta de feria. Tarde agradable en plaza cubierta con dos tercios de entrada.
Seis toros de la familia Matilla con sus tres hierros. El primero, de Peña de Francia: segundo, cuarto y sexto de García Jiménez; y tercero y quinto de doña Olga Jiménez. Bien aunque desigualmente presentados entre lo entipados y los bastos. Primero y cuarto extraordinarios. Segundo, manejable. Tercero sin fuerza ni clase. Quinto muy noble aunque algo apagado. Y sexto muy noble por el lado derecho y desclasado por el izquierdo. En conjunto una gran corrida. 
El Fandi (grana y oro): Estocada, vuelta al ruedo tras unánime petición de oreja y enorme bronca al presidente. Gran estocada, oreja con fortísima petición de la segunda y monumental bronca al palco.
López Simón (marino y oro): Pinchazo y media contraria, silencio. Estocada, oreja. 
Ginés Marín (añil y oro): Estocada, silencio. Estocada, ovación.
Del peonaje, en banderillas destacaron sobremanera Jesús Arruga. Y en menor medida, Vicente Osuna, Fini y Manuél Izquierdo. 


Continuando con la sensacional actuación de El Fandi, volver a señalar una vez más y van… la excelencia por el valor y por el temple en sus intervenciones con el capote, tanto en los saludos a sus dos toros con largas cambiadas de rodillas como en las verónicas del primer toro, su quite por chicuelinas y tijerilla en este mismo toro, y la media seguida de revolera en el recibo del cuarto, así como el quite por navarras. Soltura, temple y variedad con el público volcado y encantado con el granadino.
No digamos sus portentosos pares de banderillas. Cuatro pares cuatro en el cuarto cual sobredosis voluntaria porque, con este cuarto se volcó totalmente como buscada respuesta a la increíble negativa presidencial en premiar su primera actuación con la muleta y con la espada. Dos faenones sobre ambas manos. El del cuarto con miradas del torero al palco presidencial en las que el desafío quedó patente. Un definitivo derroche porque El Fandi contó con la colaboración de sus dos oponentes en todos los tercios, sin olvidar su habitual y oportuna maestría como cada vez que le corresponde ser director de lidia al ser primer espada.


El momento cumbre por lo que respecta al entusiasmo del público con El Fandi, se tradujo en su más que clamorosa vuelta al ruedo tras matar al cuarto toro y no serle concedida la segunda oreja, envuelto en nuestra bandera. La de España. El Fandi nos mostró así su alegría y su patriotismo. Olé.


Aparte, comento la enorme diferencia de comportamiento de los seis toros de la semana pasada en la Maestranza de Sevilla. Catastrófico aquel y estupendo el que señalamos con alegría en esta crónica maña. ¿Como es posible este cambio que otra vez más y van..?, hablan del siempre incierto comportarse del ganado bravo. Así son los toros, señores…
En fin, que a la inmensa alegría por cuanto llevó a cabo El Fandi, le siguió el disgusto o más bien decir cabreo con la presidencia.


Puntos y a parte dedicados a los dos compañeros de terna de David Fandila, López Simón y Ginés Marín quien, por cierto, ayer reapareció tras la convalecencia de su reciente y grave percance. Y con la pregunta de siempre en tales casos: ¿Se le notó o no se le notó? Pues apenas salvo por el vendaje o apósito que llevaba Gines en su barbilla.

Una de cal y otra de arena en el devenir de Lopez Simón. Muy desconfiado e incapaz con el deslucido segundo toro y bastante más ducho y mejor con el quinto que cumplió el refrán. Logrando una oreja tras matarlo pronto y eficazmente.


Y de vacío Ginés Marin que no acabó de romperse en sus dos toros. Sin clase alguna el tercero. Muy noble por el lado derecho el sexto con el que anduvo bastante mejor que frente al primero de su lote, el peor de la corrida. Le notamos algo disminuido de facultades a Marín aunque no le faltaron su clase proverbial y su tierna destreza. Pero sin premio en la lidia y la muerte de sus dos oponentes.

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