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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 26 de diciembre de 2020

La bravura, el gran pilar de la Fiesta / por Rafael Comino Delgado

La bravura es una característica, cualidad o condición del toro de lidia que permite torearle. Si el toro no fuese bravo no se podría torear y no habría toreo, o fiesta de toros.

La bravura, el gran pilar de la Fiesta

Se piensa que todas las razas de toros existentes hoy día derivan del uro (a su vez deriva del bos primigenius), toro salvaje, que habitaba en una extensa superficie que iba desde la península Ibérica hasta la China.

Por distintas razones, entre ellas que el clima en el este y norte era más crudo, fueron emigrando hacia la península Ibérica donde había buenos pastos y un clima más suave.

El emperador Julio César ya hablaba del uro (toro) como un animal muy grande, agresivo y peligroso que habitaba por las orillas del Danubio, pero en general en Europa.

Las grandes ganaderías de toros de lidia que ya los criaban para ser toreados en plazas se empiezan a formar en siglo XVIII avanzado, aunque en el siglo XVII hay referencias de ganaderos de toros de lidia que ya seleccionaban bravura.

La verdadera selección, o selección más rigurosa, del toro de lidia empezó en tiempos no muy lejanos, pues la Unión de Criadores de Toros de Lidia (UCTL) se fundó en 1905.

CUALIDAD INDISPENSABLE

La bravura es una característica, cualidad o condición del toro de lidia que permite torearle. Si el toro no fuese bravo no se podría torear y no habría toreo, o fiesta de toros. Gracias, pues, a la bravura existe la fiesta de los toros. Ortega y Gasset decía que "el toro es un profesional de la bravura" y el veterinario don Julio Fernández Sanz, gran experto en ganado de lidia, dice que "el toro es una máquina de embestir".

Tradicionalmente se ha intentado valorar la bravura, en el campo, mediante la tienta de vacas, con especial atención a cuántas veces acude, y cómo lo hace, al caballo de picar, y también mediante la tienta de machos a campo abierto (acoso y derribo), o en la plaza, citándoles con ramas de olivo u otro árbol (jamás con capote o muleta, pues aprendería, y ello sería un peligro a la hora de torearle). 

En la corrida, el referente principal para valorar la bravura es la suerte de varas, aunque puede ocurrir que en dicha suerte se comporte de una manera y luego en la muleta de otra, por ello la bravura hay que evaluarla a lo largo de toda la lidia.

José María Sotomayor recoge un conjunto de signos manifestados por el toro en cada uno de los tercios de la lidia, que sirven para evaluar la bravura (publicados en El Cossío, nº 3. El Toro I. ABC. Espasa Calpe, 2000).

En el año 2004 los profesores de la Universidad de Cádiz don José Almenara Barrios y don Rodrigo González-Gordón publicaron una escala para valorar la bravura.

En el Departamento de Fisiología Animal de la Facultad de Veterinaria de la Complutense de Madrid, entre los años 2002 y 2007, se realizaron unos estudios tratando de relacionar los niveles en plasma de serotonina y testosterona con la agresividad o bravura del toro durante la lidia, concluyendo que los toros más agresivos presentaron valores mayores de testosterona y muy bajos de serotonina. Posteriormente el mencionado veterinario, don Julio Fernández, y un gran equipo de investigadores (al que él pertenece) de Madrid, Córdoba y Francia han realizado estudios midiendo hormonas tales como cortisol, serotonina, beta-endorfinas y dopamina, comprobando que todas ellas influyen en el comportamiento, más o menos bravo, del toro durante la lidia. Además, influye cómo se hayan realizado la suerte de varas y la de banderillas, pues en las mismas, a veces, se le producen lesiones que condicionan su comportamiento posterior. Pero lo cierto es que no disponemos de un método totalmente seguro y exacto para valorar a priori la bravura.

La bravura es un concepto difícil de definir, hasta el punto de que don Juan Ignacio Pérez-Tabernero, representante de la ganadería salmantina de Montalvo, dijo en una entrevista concedida a la revista Aplausos del día 9-01-2017 (nº 2050) que "hay tantas definiciones de bravura como ganaderos. Todos sabemos lo que queremos (un toro bravo) pero no todos coincidimos en la definición".

Ahora bien, queremos dejar muy claro que si nosotros no somos capaces de definir un concepto es porque no lo comprendemos bien, por tanto, si todavía tenemos dificultades para definir la bravura es que no la hemos comprendido del todo.

Por otra parte, en el toreo o mundo del toreo, se utilizan muchas palabras, a veces, con significados diferentes según quién las utilice, y también es frecuente que se empleen varias palabras para significar el mismo término o concepto, porque muchas de esas palabras o conceptos se han ido transmitiendo de forma oral, con el riesgo que ello conlleva de que se introduzcan errores y modificaciones no bien fundamentadas.

Por ejemplo, es frecuente que profesionales del mundo del toro empleen las palabras raza, casta, fiereza, bravura con significados diferentes según el momento. Todo ello lleva a gran confusión. Nosotros después de hablar con muchos profesionales, de leer todo lo que ha caído en nuestras manos, vamos a intentar clarificar, en lo posible, el concepto de bravura.

DEFINICIÓN DEL CONCEPTO

Sobre este tema han hablado y escrito diversos autores, especialmente el veterinario don Cesáreo Sanz Egaña (Madrid 1885-1959) y más recientemente don Juan Pedro Domecq y Díez (más que escribir, habló), don Álvaro Domecq y Díez (Jerez de la Frontera 1917-2005), que escribió un gran capítulo sobre "Cría y selección del ganado de lidia", en el Cossío Tomo XI, donde revisa ampliamente el concepto de bravura, don Juan Pedro Domecq Solís (Sevilla, 1942-Higuera de la Sierra 2011), especialmente en su libro "Del toro a la bravura", y don Jorge Ramón Sarasa Juanto (Pamplona 1936-2008), sociólogo navarro que presentó una gran ponencia al VIII Congreso de Criadores de Toros de Lidia, celebrado en Aguascalientes (Méjico) los días 31-X al 4-XI de 2007.

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