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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

domingo, 2 de abril de 2023

Barça, comprar el sistema / por Javier Vázquez


"...Lo más flagrante, lo más grave que puede hacer una sociedad deportiva es pagar para manipular la competición, para conseguir arbitrajes imparciales, para controlar todo el sistema arbitral, en una palabra. Han pagado para manejar a su antojo a los jueces que tienen que impartir justicia en los terrenos de juego en su propio beneficio. Pues bien, siguiendo la senda de lo explicado anteriormente, el FC Barcelona debería ser expulsado de por vida de las competiciones nacionales..."

Barça, comprar el sistema

Javier Vázquez
La Galerna/Madrid, 1 abril, 2023
El otro día publiqué en este medio madridista y excelso que para devolver la dignidad al fútbol español se debía fumigar las instituciones que lo gobiernan, desde la Real Federación Española de Fútbol hasta el estamento arbitral por completo, pasando, cómo no, por FC Barcelona, muñidor y comprador no sólo de los árbitros españoles (se ha publicado que los  Negreira cobraban 10.000 euros extras al año para que el hijo acompañara a los árbitros que pitaban en el Camp Nou “para que no perjudicaran al Barcelona y al Barcelona At. y que mandaban a un asistente a sacar sumas extraordinarias de dinero en efectivo, que sería para alguien, digo yo, lo que demuestra una vez más lo que acabo de decir) sino de todo el sistema arbitral.

No hace falta (en presente, porque siguen igual) amañar un Socuéllamos-Parla, no, no es necesario que el trencilla de turno cobre una cantidad pecuniaria por sus “servicios” en el campo de juego para demostrar la compra descarada, no. Los árbitros saben lo que tiene que hacer, que tienen que favorecer al Barcelona y perjudicar a sus rivales (en especial al Real Madrid) porque ello es sinónimo de mantenimiento en la máxima categoría, ascensos e internacionalidades (aunque después la UEFA y la FIFA les bajen al suelo y no pasen de pitar un Macedonia-Islas Feroe, claro) y si, por el contrario, el árbitro de turno hace lo contrario de lo esperado, sabe que va a ser introducido en la nevera, postrado en las designaciones importantes o, directamente, descendido de categoría.


Si pensamos que un trencilla de Primera División se embolsa en torno a los 300.000 euros anuales (extras aparte) y uno de segunda llega a duras penas a 100.000, la cosa está clara, no hay color. Ellos saben perfectamente qué es lo que deben hacer en cada campo sin necesidad de cobrar por ello, saben perfectamente lo que deben pitar y hacia quién deben inclinar el campo para seguir o, en su caso, aspirar, a una vida mucho mejor.

No, no habrá pruebas de que el Barcelona haya comprado un partido determinado porque, simple y llanamente, ha comprado todo el sistema. Esto es lo más grave y en esto se basa mi teoría de la fumigación que el otro día expliqué y en la que hoy quiero ahondar.

NO, NO HABRÁ PRUEBAS DE QUE EL BARCELONA HAYA COMPRADO UN PARTIDO DETERMINADO PORQUE, SIMPLE Y LLANAMENTE, HA COMPRADO TODO EL SISTEMA

Es patente ya en la sociedad española que los delitos más execrables, más repelentes y más sanguinarios (pederastia, agresiones sexuales a menores, asesinatos en serie, etc.) se deben sancionar con la prisión permanente revisable, esto es, con la expulsión de por vida (o prácticamente) de la sociedad. Si un Juez o Magistrado comete el delito más grave que puede cometer en el ejercicio de su profesión, que es la prevaricación (dictar una resolución injusta a sabiendas de que lo es), es condenado, entre otras, a la pena de inhabilitación, expulsándole ipso facto de la carrera judicial, o sea, la sociedad estima que un Juez prevaricador no puede seguir juzgando.

Pues en esas estamos ahora. Lo más flagrante, lo más grave que puede hacer una sociedad deportiva es pagar para manipular la competición, para conseguir arbitrajes imparciales, para controlar todo el sistema arbitral, en una palabra. Han pagado para manejar a su antojo a los jueces que tienen que impartir justicia en los terrenos de juego en su propio beneficio. Pues bien, siguiendo la senda de lo explicado anteriormente, el FC Barcelona debería ser expulsado de por vida de las competiciones nacionales. Debería aplicarse el art. 33.7 del Código Penal en su vertiente de la disolución de la sociedad y la desposesión de todos los títulos obtenidos en el período de pago.


Estamos de acuerdo que hay una masa social y política muy fuerte en España (y especial en Cataluña) que sigue a este club, pero estoy seguro de que resurgirían de sus cenizas, de que se reinventarían y de que, en ese caso, los éxitos que consiguieran no estarían manchados de la porquería y la sombra de la duda (certeza, diría yo) de las trampas generalizadas en el tiempo.

A todo esto, vuelve el campeonato nacional y nuestro equipo juega en casa contra el Valladolid de nuestro querido Ronaldo Nazario. Esperemos que saquen el partido adelante para ir a Barcelona a la guerra (nos van a mangar, aviso) de la Copa de España el miércoles que viene.

1 comentario:

  1. Yo pienso lo mismo que el señor Vázquez...es más, lo afirmó. Las sinvergoncerías del VAR las hemos visto hoy. No han pitado penalti en una jugada más escandalosa que la que pitaron al jugador del Real Madrid Asensio. Así es imposible poder vencer.

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