Última tarde en Las Ventas, 12 de octubre,
cerró 2013 y su presencia en la plaza
"...Pocos pueden presumir de su dilatada carrera de aficionado. Además, se le podían discutir y objetar muchas cosas en el tema taurino, era un buen tertuliano, pero muy pocas veces se le podía superar dada su vastísima experiencia directa y la cultura adquirida..."
JOAQUÍN MONFIL: Desde el 7... al cielo
Antolín Castro
Así será, así ha sido. Joaquín Monfil ha volado derechito al cielo taurino, ese en el que solo pueden entrar los aficionados consagrados a su afición.
Y no crean, allí se habrá producido una revolución. Verle llegar los allí presentes y se producirá un revuelo entre los que comparten su ilustrada afición y los que prefirieron ser aficionados de puntillas, de los que se dejaban llevar por lo que decían los medios taurinos, seguro que hará resucitar el debate y la controversia entre los aficionados.
Allí va a tener oportunidad de trasladar sus conocimientos, adquiridos en todas las tardes de toros, no solo las de los días de feria y glamour, a cuantos no pudieron, o no quisieron, ser tan perseverantes como él en eso de asimilar y adquirir tantos y tantos conocimientos sobre ganaderías, toreros y avatares de la lidia. Pocos pueden presumir de su dilatada carrera de aficionado. Además, se le podían discutir y objetar muchas cosas en el tema taurino, era un buen tertuliano, pero muy pocas veces se le podía superar dada su vastísima experiencia directa y la cultura adquirida.
Tampoco crean que lo que le gustaba era censurar todo cuanto sucedía en Las Ventas. Esa es un arma de los que siempre han preferido denostar al aficionado capacitado y exigente, antes que acentuar sus conocimientos taurinos; de ahí ese grito de ¡ignorantes, ignorantes! que surgía de vez en cuando si se aplaudía lo banal. Joaquín no lo era, no era ningún ignorante, sí exigente con todo y con todos, para que cada cual cumpliera cabalmente su quehacer en la Fiesta y el toreo. Pero era un ángel, que se deshacía cuando la tauromaquia eterna, la que defendía, tenía lugar. Por eso voy a dejar de hablar de él, para que sea él el que nos hable.
Como prueba de su capacidad de disfrutar, es curiosa la coincidencia, les voy a dejar con su última crónica, Desde el 7, en el pasado San Isidro. Ahí podemos ver que no todo eran críticas si la oportunidad lo requería. Si todos fuéramos tan exigentes como lo fue él, esa oportunidad de alabanzas ocurriría más a menudo:
Joaquín, allá en el cielo tendrás menos oportunidad de quejarte de tantas ventajas y hasta del ‘julipié’ que tú acuñaste y que aquí seguiremos padeciendo. No habrá esos roces porque las almas no tienen intereses materiales y eso, y no otra cosa, es lo que separa el bien del mal. Asi que de tus conocimientos beberán todos, incluso aquellos que aquí no te entendían, te criticaban o no te aceptaban. Son las ventajas de estar en un estado diferente, donde lo material deja paso abierto a lo divino.
Nosotros seguiremos aquí padeciendo en el purgatorio taurino, mientras tú podrás gozar de la eternidad de charla con gente como Joselito, Belmonte, Domingo Ortega, Antoñete... incluso tu tocayo Joaquín Vidal.
No te olvidaremos y seguiremos peleando por una Fiesta íntegra y plena Joaquín. Tú descansa en paz. *** Opinión y toros |
Del 7 al Cielo pasando previamente por el Purgatorio y el Infierno, que han creado los Gobiernos de Aznar con su aplaudida “Burbuja Inmobiliaria” que luego resulto ser parte muy importante para el descalabro de Zapatero, y como estamos viendo y padeciendo, tampoco las buenas intenciones de Rajoy están resolviendo el problema, más bien todo lo contrario, pues la España más débil está sufriendo de una manera muy penosa las consecuencias de unas medidas muy crueles para los ciudadanos más necesitados.
ResponderEliminarSolamente citare el mismo número del tendido venteño, el 7,y así tenemos el paro, los recortes, la subida de la luz, la precariedad cada vez mayor para el más humilde, la inexistencia cada vez más severa para la dependencia, la Educación cada vez más distante para el pobre y las dificultades cada vez mayores para los muchos pensionistas con pensiones de 600 euros y menos.
Y mientras todo esto ocurre algunos y algunas nos quieren presentar una España de colores, colores alegres y luminosos que asín lo ven estos políticos (algunos de ellos corruptos) y sin embargo para la gran mayoría de los españolitos de a pie no hay más que un color con el que se ve España, que es le color más oscuro de todos y que no puede ser otro que el negro
Enrique Castillo