la suerte suprema

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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 31 de diciembre de 2013

CALI 6ª DE FERIA: Triunfo de Perera. Estética pura / Jorge Arturo Díaz Reyes.






Perera hipnotizó a sus toros y al público, se llevó tres orejas, la Puerta Señor de los Cristales y quizá los trofeos de la feria. Luís Miguel Castrillón tomó alternativa muy digna cortando oreja. Fandiño en mala tarde y con mal lote resultó volteado.

Estética pura   

Jorge Arturo Díaz Reyes, 
Cali, Colombia, XII 30 13.- Los pequeños caucanos de Ernesto González Caicedo, ayunos de bravura y raza, justos de trapío y fuerza, y sobrados de una nobleza supina y sosa, confundieron a la fiestera plaza que aplaudió al 2º, le dio la vuelta al 4o, (para el que hasta pidieron indulto), pero que sin embargo, pitó el 5o, que cogió a Fandiño y silenció piadosamente los demás. Sólo el sexto mostró cuajo, pero de juego no fue menos insulso. Filiberto Mira dijo: Los Miuras, los más temibles. Los Murubes, los de más clase. Los Pablorromeros, los más bellos, y los Santacolomas los más bravos. Hoy en Cali estos lo desmintieron.


Toro, no toro, propicio para el toreo, no toreo, que cautiva los públicos modernos. La coreografía retórica, sosegada y lánguida del torero inmóvil, que juega con el animal haciéndolo ambular tras el trapo, trazando recorridos surrealistas al capricho de su imaginación. También se requiere arte para ello, no lo niego. Un currista lo definía así: “Lo que hace Curro con el toro, ninguno lo hace sin el toro”. Es una estética por supuesto, es otra estética seguro, pero las emociones incruentas que suscita nada tienen que ver con la épica que ha sido la sustancia de la bronca fiesta, y denuncian su anacronía épica y gloriosa. Qué le vamos a hacer.

La tarde llegó al paroxismo cuando Miguel Ángel Perera, hecho un poste, con el brazo desmayado y media muleta por el suelo, puso a orbitar alrededor de su cintura a “Calentao”, el cuarto, que como hipnotizado la seguía pa´llá y pa´cá, por un pitón y por el otro, en redondo, en círculo, en arabescos, aceptando el dominio absoluto, la sincronía total, regalando su obediencia plena. Parecía mentira, y el toro caminaba y caminaba, y el coro se desgañitaba y la banda resoplaba. Era una danza, era un manicomio.

El torero, uno de los apóstoles actuales de la quietud (el parar) más que una virtud, un canon de la tauromaquia, se regustó y dio rienda suelta a su creatividad. Bella la faena, una de las más en años aquí, plástica, lírica si se quiere, pero… Ante la esquizoide petición de indulto para el manso noblote que se dejaba, se rajaba y no había sido picado, se deshizo la igualada solo para comprobar su renuncia a los medios. Entonces el pinchazo y la estocada cimera cobraron las dos orejas, que sumadas a la del segundo, recibida por un discurso similar, aunque a toro más soso, refrendaron el triunfo total.

El paisa Castrillón, ex alumno de la escuela de Cali, apuesto en su traje hueso y oro, recibió la borla, y aunque correcto sin glosa, matando con media delantera saludó una ovación. Pero su momento llegó con el sexto, el más toro, situado y templado en las verónicas y en las personalísimas chicuelinas. Se superó plantado, relajándose y echando la cintura al viaje del caminante, en derechas y naturales. Ligazón y compostura que hicieron olvidar lo poco y nada que venía placeado, el cuajo del rival y su inferioridad en el cartel. El tendido congraciado con él desde el paseíllo, ahora veía justificada su simpatía y se entregó del todo. Mata como valiente, tirándose sobre la cuna del toro que lo esperó y la oreja fue una de las más justas en la feria.

Fandiño, tuvo un lote adverso, un aburrido noblote y un manso muy bronco que lo cogió feo. En ambos fue silenciado y en el último escuchó un aviso cuando maltrecho pinchó tres veces saliéndose, puso un bajo metisaca con boquete, y tiró un fierrazo de recurso, antes de ir a la enfermería.

Pese a ese tenso momento, que recordó la presencia del peligro, la tarde tuvo visos de aquella estética pura y abstracta que tiene el toreo de salón, el toreo de teatro, el toreo sin toro.

FICHA DEL FESTEJO
Sábado 30 de diciembre 2013. Plaza de Cañaveralejo. 6a de feria. Sol. Dos tercios de plaza. 
Seis toros Ernesto González Caicedo (en Santacoloma), justos de trapío, raza, y fuerza, noblotes y sosos. Aplaudido el 2o, vuelta al ruedo al 4o "Calentao" # 61 de 484 kilos, pitado el 5o, el resto silenciados.

Miguel Ángel Perera, oreja y dos orejas.
Iván Fandiño, silencio y silencio tras aviso
Luis Miguel Castrillón, saludo y oreja.

Incidencias: 
El toro de la alternativa fue: "Cantador" cárdeno, cornivuelto, # 99 de 456 kilos. Saludaron "Granerito" y Carlos Martínez tras parear al 4o y "Chiricuto" y "El Popis" tras parear al 5o. 
Al finalizar la corrida Miguel Ángel Perera salió a hombros por la Puerta Señor de los Cristales.
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