Foto: Camilo Díaz Santa
Solvente, pero lejano de su excelsitud, Manzanares recibe máximos honores. Un Fandi de masas los pierde por accidente y Bolívar se bate contra dos imposibles del repartido encierro.
Manzanares por la puerta Señor de los Cristales
- Otra tarde linda, luminosa y cálida, de plaza llena, de toros escogidos, de público regalón, en la que por encima de los trofeos otorgados, flotó la sensación de que con esos toreros y las bondades del encierro la cosa era para más.
Jorge Arturo Díaz Reyes.
Cali,Sábado, 28/XII/2013.- A plaza llena, los domecq de César Rincón saltaron bellos de lámina, pero medidos de volumen, peso y poder. Nobles, aún los mansos. Tres de gran calidad; los aplaudidos primero y cuarto (que soltó un casco delantero), y sobretodo el quinto "Pamplonica", número 511 de 468 kilos al que se le dio vuelta al ruedo (con un picotazo). Venían de largo y al toque, humillaban, pasaban y volvían francos planeando.
La corrida (para figuras), exigida, dio para más, bastante de habérsele matado bien. Desafortunadamente no se le picó. Al monopuyazo de uso, se le agrega otro prefijo; el mini-monopuyazo, y venga el cambio de tercio. Injusto, eso nos priva de saber si la bravura de los buenos lo es de verdad. Un solo viaje al caballo es la norma, y hay que ver como lo protesta el público y como aplaude cuando ni eso se da.
Manzanares, tres temporadas anunciado, tres temporadas caído de los carteles, (con cartas médicas), hasta que a la cuarta fue la vencida. Vino, y con el blando, soso, dolido y escarbador de su reaparición borró sonrisas, y con una espada asomando por el costillar, y otra contraria, tendida, trasera y un aviso alargó caras.
Pero luego le salió el de la corrida. Dos delantales, tres verónicas y una revolera de pata firme, tronco erecto y actitud serena. Tras buen tercio de Amores y Pineda, pronto, a galope y de largo viene y va el venteño, haciendo el avión, y el poso, el temple y la secuencia riman tres tandas por la derecha y tres por la zurda, con los tiempos y las distancias precisas, que pusieron la plaza en estado de sitio.
No era el Manzanares más exquisito, el más sublime pero su corrección, mucha, le bastó. Jaleo del bueno. De allí en adelante sobraron algunas suertes espaciadas incluso el trabajoso circular invertido y la obra perdió unidad. Pero el gran volapié y la estocada fulminante se la devolvieron, y los pañuelos del palco flamearon entre los primeros, abriéndole al esperado la puerta máxima de Cañaveralejo, la del Señor de los Cristales.
“El Fandi”, que se llevó el sorteo, cumplió sus seis tercios, con capacidad, honradez y vibración. Es torero de mayorías, el que más ha toreado en la última década, las empresas lo saben. Variado, sorpresivo, divertido, espectacular y a ratos puro. Lances diversos de pie, de rodillas, naturales y cambiados, banderillas y toreo a cuerpo limpio, ingenios como dos pares uno a relance del otro, pases y antipases, y entre ellos, cómo se puede negar, algunos de verdadero clasicismo. Más con el quinto, que le marcó la mejilla en banderillas. La gente a sus pies, tanto que asomando la espada por el costillar del segundo, apostrofaron largo a Usía por no premiarlo. Con el cuarto, se superó y la estocada trasera le dio una oreja automática, en contra de algunos pocos protectores de animales que le culpaban duro por el casco perdido.
Luís Bolívar, llegó embalado, portagayola, verónicas, chicuelinas, saltilleras y… el manso se raja, rajado. Porfía sin esperanza, espada total y descabello. El sexto se la ancló en la arena, no quiso nada, nada. Dos pinchos, y medio estoque sellaron la mala suerte del paisano.
Otra tarde linda, luminosa y cálida, de plaza llena, de toros escogidos, de público regalón, en la que por encima de los trofeos otorgados, flotó la sensación de que con esos toreros y las bondades del encierro la cosa era para más.
FICHA DEL FESTEJO
Sábado 28 de diciembre 2013. Plaza de Cañaveralejo. 4ª de feria. Sol. Lleno.
Seis toros de Las Ventas (en Domecq) parejos, bellos de lámina, medidos de romana, nobles y dispares de juego, aplaudidos 1o y 4o, vuelta al ruedo para el 5o Nº 511, de 468 kilos.
“El Fandi", vuelta tras fuerte petición de oreja y bronca al palco y oreja.
José María Manzanares, silencio tras aviso y dos orejas.
Luis Bolívar, silencio y silencio.
Incidencias: Saludaron Francisco Amores y Emerson Pineda tras parear al 5o.
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