Primera vez que veía a una rejoneadora en las Ventas y debo confesar que estaba expectante. Es cierto que los toros de Carmen Lorenzo y El Capea no acompañaron en absoluto pues se mostraron mansos y muy distraídos. Lea estuvo muy voluntariosa durante todo el festejo, expuso, y llevó al toro cosido a la grupa de su caballo especialmente durante su faena al cuarto de la tarde, pero no es menos cierto que clavó a toro pasado en muchas ocasiones, por no hablar de su actuación con el rejón de muerte que le valió ligeros pitos en el primero de su terna. Sí consiguió un rejonazo certero en el que cerró la corrida que le abrió la puerta grande de Madrid.
Guillermo Hermoso de Mendoza confirmó que de casta le viene al galgo y firmó 3 actuaciones vibrantes que hubieran sido espectaculares si no hubiera marrado también con el de muerte. Quiebros ajustadísimos, banderillas a dos manos citando de frente y cambios de grupa por dentro que levantaron al público de Las Ventas. Debo confesar que el navarro me ha puesto la carne de gallina en varias ocasiones y sí, veía a su padre perfectamente reflejado en muchos movimientos de la joven promesa.
En cuanto a la doble puerta grande debo confesar que, para mi gusto, la afición de Madrid hoy ha sido bastante generosa con Lea Vicens. Ha tenido momentos de toreo a caballo al más puro estilo, pero ha clavado a destiempo en multitud de ocasiones y ha fallado estrepitosamente con el de muerte por lo que tal premio se me antoja un poco exagerado si los aficionados de verdad al toreo a caballo queremos que nos tomen en serio en Madrid.
Bien merecida, por el contrario, la puerta grande de Guillermo Hermoso de Mendoza. De tal palo tal astilla... aquí hay toreo a caballo para rato...
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