"...Hoy , precisamente hoy, día del patrón que alberga la primera plaza del mundo, todos nos hemos llevado una auténtica lección de torería y el pundonor que se le supone a esta: un hombre, un TORERO, ha sido atravesado por un pitón y rematado en una feísima caída… se ha levantado sangrando y como si nada pasara, ha continuado su lidia hasta matar a su oponente y cuando ha terminado, sólo entonces, ha ido por su propio pie a la enfermería..."
A veces se nos olvida…
Mika Zarcas
Burladero / 15 de mayo de 2022
Vivimos una época…unos tiempos…en los que, tenemos tan sumamente “interiorizado” el acudir a la plaza a ver una corrida, verla por tv…¿qué más da el modo? a criticar, buscar fallos - fallos en ocasiones absurdos sinceramente- , a “defender” el , supuestamente dañado honor de mi torero con el comentario que ha hecho este o aquel…pues debían haber dado una manita de pintura aquí o allí…pues yo me he leído todos los libros Taurinos que hay y sé de lo que hablo…( porque eso da “consistencia” a la afirmación de turno) y mil cosas más, ¡ojo! lícitas todas y cada una de ellas, pero que a veces, hacen que se nos olvide lo que realmente vamos a ver: una danza de lucha a muerte entre hombre y animal.
Hoy , precisamente hoy, día del patrón que alberga la primera plaza del mundo, todos nos hemos llevado una auténtica lección de torería y el pundonor que se le supone a esta: un hombre, un TORERO, ha sido atravesado por un pitón y rematado en una feísima caída… se ha levantado sangrando y como si nada pasara, ha continuado su lidia hasta matar a su oponente y cuando ha terminado, sólo entonces, ha ido por su propio pie a la enfermería (donde fue intervenido y posteriormente trasladado al hospital), si esto no es pundonor torero pues, sinceramente ya no sé qué lo es. Pero insisto, a veces se nos olvida… y de hecho eso mismo parecía en los tendidos, donde determinados sectores, parecían más preocupados por la copa y puro de turno, la foto de postureo que dejaba constancia de que habían estado allí presentes y otras tantas chorradas ajenas a lo que se había ido a vivir ¡y se estaba viviendo! que por la suerte que había corrido ese hombre que se había jugado la vida y a nadie parecía importarle… A veces se nos olvida…
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