De la pancarta que alguien colgó en la fachada del estadio no ha dicho, sin embargo, nada hasta el momento Cerezo. Rezaba "Entre la prensa y los de amarillo, 120 años de pasillo", sugiriendo que el periodismo deportivo español es madridista y que el Real Madrid le debe todos sus éxitos a los árbitros. Más allá del profundo desconocimiento que encierra el texto, esa pancarta tuvo que ser necesariamente colgada con el consentimiento del consejo de administración del Atlético, que volvió a mirar hacia otro lado. Y digo que volvió a mirar hacia otro lado porque cuando un grupo de fanáticos racistas insultó a Peter Federico con cánticos que habría firmado el mismísimo Ku Klux Klan, el club se hizo el sueco. El Atlético de Madrid, y lo dije el otro día, tiene un gravísimo problema con los ultras, un problema que no quiere o no puede solucionar porque no le dejan hacerlo... los propios ultras.
Dice Cerezo que al Madrid no se le hizo el pasillo por lo que dijeron (o dijimos) tres periodistas, pero yo dije que el ciclo del Cholo Simeone se había acabado y entonces no se tuvo en cuenta mi opinión porque ahí sigue el Cholo, viendo pasar el tiempo como la Puerta de Alcalá. Dice Cerezo que la afición del Atleti no quería pasillo pero yo tengo un montón de amigos atléticos que están realmente abochornados con lo que ha pasado. La opinión de los socios es tenida en cuenta a veces y a veces no, como pican los pimientos de Padrón, porque, y a propósito por ejemplo del nuevo diseño del escudo, la afición se mostró mayoritariamente en contra y, pese a ello, el consejo de administración hizo caso omiso. Tampoco entendieron muy bien los socios del Atleti que el estadio se trasladara desde el distrito de Arganzuela al barrio de Rosas ni que Wanda antecediera a Metropolitano y ahí está el nuevo campo, en San Blas-Canillejas y con Wanda por delante. Yo creo, y lo dije el otro día, que en el Atleti tienen miedo a un sector minoritario de aficionados y que para adoptar una decisión que atenta contra el más puro fair play deportivo se escudan en el periodismo, que es un buen agujero donde esconderse, uno profundo y demagógico. No quieren soliviantar al Frente y nos echan la culpa de todo a nosotros. Además de ridículo, el argumentario, que probablemente haya salido del departamento de comunicación, parece ideado por un loco.
Lo que Cerezo dice y lo que no dice Cerezo está encaminado, creo yo, a esconder una temporada deportiva muy mediocre. El Atlético de Madrid de los 400 millones y el entrenador mejor pagado del mundo no ha jugado a nada, ha aburrido mucho y la gente se ha revuelto contra Simeone.
Puede que por eso precisamente mantengan ahí al Cholo, que el otro día les decía a sus jugadores que a él no le iban a echar; puede que le mantengan en su puesto para que siga siendo el dique de contención entre el césped y el palco. El Atlético de Madrid sería mucho más grande si se olvidara del Real Madrid. De hecho, cuando más ha crecido el Atleti ha sido precisamente cuando ha logrado olvidar por un instante que es el vecino del trece veces campeón de Europa. El Atleti, en fin, cierra una semana negra con una serie de decisiones desafortunadas y que únicamente le perjudican a él y a su propia imagen. A mí Enrique Cerezo me cae muy bien pero el otro día nos contó una película de terror, una de esas de serie B en las que se ve claramente que la sangre es ketchup. Los responsables del Atlético de Madrid no le quisieron hacer el pasillo al Real Madrid para que no se enfadaran los ultras, que viven enfadados por todo. Un error, ese de alimentar al fanatismo, que ya solucionaron en su día Florentino y Laporta. Ese es el camino sin duda.
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