Paco Cañamero
Glorieta Digital / Diciembre/2020
La candidatura de Andrés Vázquez se alza como justa candidata para lograr al premio Tauromaquia de Castilla y León-2020. Galardón muy merecido para este castellano que paseó el nombre de su tierra por todo el orbe taurino con la pureza de bandera. De quien se supo ganar con tanto arte y sangre por los ruedos del mundo y, una vez sea oficializado, este premio honrará toda su carrera.
Me alegra enormemente este nombramiento al que se han adherido diferentes colectivos taurinos de toda España, porque ellos tuvieron sensibilidad con quien fue tan destacado torero en las pasadas décadas de los sesenta y setenta. El mismo que, además, formó parte de una magnífica generación en una de las mejores épocas del torero, cuajada de nombres de postín, hasta rendir en tantas ocasiones la cátedra madrileña. O el resto de las plazas, donde se ganó los honores de maestro. El que siempre llevó a su querido pueblo tan en el corazón que, incluso, más allá del ámbito taurino cuando surgía el nombre de Villalpando enseguida surgía “el pueblo del torero Andrés Vázquez”. Andrés, a quien nadie ha regalado nada, lo merece y será un orgullo que el premio Tauromaquia Castilla y León-2020 vaya a sus manos. Porque va a ser el honor más grande que lucirá el protagonista y una medalla en su corazón de castellano viejo.
Mis respetos a un hombre que dignificó la Tauromaquia y a un maestro del toreo que siempre sintió orgullo de su origen.
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