"..el maestro José María Montilla, el empresario cordobés don Ángel Larrea y yo mismo, hemos solicitado a la Junta de Andalucía que le nombre Hijo Predilecto de Andalucía, o en su caso le otorgue la Medalla de Andalucía, pues ha llevado el nombre de Camas-su pueblo-Sevilla, Andalucía y España, por todo el orbe taurino.."
Si Joselito el Gallo es el rey de los toreros, Paco Camino es el emperador del toreo.
Empecemos por establecer algunas de las diferencias que hay entre un rey y un emperador:
-El rey es el monarca soberano de un reino, mientras que el emperador es el monarca soberano de un imperio, que puede comprender varios reinos.
-Por tanto, un emperador está por encima, en autoridad, a un rey, ya que puede gobernar varios reinos gracias a como se componga su imperio.
-El emperador es superior en rango y honor al rey.
-El rey es normalmente elegido por una asamblea de aristócratas, mientras que el emperador es nombrado por una asamblea de nobles.
Establecidas estas diferencias, diremos que desde que el periodista Paco Aguado escribió el libro titulado, “Joselito el Gallo "Rey de los toreros”, muchos aficionados empezaron a hablar de José Gómez, Joselito el Gallo, como el rey de los toreros, naturalmente sin haberle visto torear, como tampoco le llegó a ver el autor del libro, y como cuando alguna frase empieza a repetirse una y miles de veces se la da por cierta aunque no lo sea, pues ya demasiados aficionados, más o menos bien informados repiten ufanos, con gran aparente autoridad, dicha frase y se quedan tan satisfechos. En cualquier caso, para mí es una opinión respetable y nada más, que la he oído muchas veces, especialmente al gran aficionado que es don Domingo Delgado de la Cámara (obviamente tampoco le pudo ver en directo), ahora muy conocido por ejercer de comentarista de festejos taurinos en la plataforma OnToro. A este incluso le oí el gran atrevimiento de decir que Joselito es el mejor banderillero que ha dado la historia. Ante este afirmativo universal, expresado como dogma de fe, puesto que no dio argumentos -aunque puede que los tenga- yo solo pido un poco de respeto para los muchísimos grandiosos banderilleros que ha habido y hay, unos matadores de toros y otros no. Y especial respeto pido para David Fandila, el Fandi, para mí el banderillero que más y mejor ha dominado este tercio de la lidia, pues pone banderillas en todos los terrenos, a todos los toros, de todas las formas posibles y con una suficiencia apabullante (es poderosísimo, aunque puede que no se pinturero), como no he visto hacerlo desde el año 1950 en que estoy viendo toros. Naturalmente antes de 1950 no pude ver en directo a ninguno, y tampoco a Joselito el Gallo, pero sé de sus cualidades como banderillero y como torero, a través de las mismas fuentes que los demás que han opinado sin tampoco haber visto a todos los banderilleros y matadores de toros que ha habido a lo largo de la historia, y si mis opiniones son erradas también pueden serlo las de ellos.
Como Joselito y Paco Camino actuaron en épocas distintas resulta muy difícil compararles, pues al cambiar de época se cambia de toros, de exigencias y gustos de los públicos, de la forma de torear, etc. sin embargo vamos a tratar de analizar a cada uno con los datos que tenemos. Centrándonos en Joselito el Gallo como matador de toros, mis datos son los que me han contado algunos que le habían visto (murió en 1920), lo que he leído, y lo muy poco que hay en fotografías y grabado sobre tan gran maestro de la tauromaquia, es decir, tengo los mismos datos que puede tener cualquier aficionado, más o menos de mi edad.
Ciertamente Joselito empezó muy joven a ponerse delante de becerras, erales, utreros y toros, y desde el principio demostraba estar en posesión de unas cualidades extraordinarias, de una gran inteligencia para la profesión de torero, misma que de su padre y hermanos pues, como todos sabemos era una familia taurina cien por cien. Por lo que sé de él, su inteligencia no solo era ante el toro sino en cualquier aspecto de la vida, y por otra parte estaba dotado de una gran ambición por ser el número uno en el toreo, es decir, ser una gran figura, como solemos decir actualmente, entendiendo por tal aquel que es capaz de meter en las plazas de toros, cuando se anuncia, a mucha gente, que no es lo mismo que ser un gran torero-ha habido y hay grandes toreros que no han sido ni son grandes figuras- aunque ambos aspectos suelen coincidir. Joselito, pues, siempre iba apretando al máximo para intentar estar por encima de los compañeros.
Joselito tuvo la suerte de coincidir con Juan Belmonte, un genio de la tauromaquia, que aportó el llamado temple, y con ello trajo el arte al toreo, y acortó muchísimo las distancias entre toro y torero, de tal manera que en aquellos tiempos se decía que el toro tenía su terreno y el torero el suyo, pero Belmonte redujo el terreno del toro. Además, hasta entonces se toreaba sobre las piernas, que el torero no dejaba quietas en la arena, y Belmonte empezó a pararse y torear sobre los brazos y las muñecas, dejando las zapatillas clavadas en la arena. Naturalmente Joselito veía lo que hacía el genio Belmonte, y como era muy inteligente pues procuraba hacerlo también él, pero repito, el genio fue Belmonte, lo cual no quiere decir que fuese mejor torero que Joselito. Luego el temple lo consolidó Domingo Ortega, y vinieron cosas nuevas, traídas por nuevos genios, como la ligazón aportada por Chicuelo, aunque consolidada por Manolete, pues Chicuelo ligaba solo en algunos toros, y Manolete en todos. En definitiva, como todo en la vida, el toreo fue evolucionando y evolucionando sigue.
Por lo que he podido saber y ver de Joselito, era un torero que basaba su toreo, especialmente, en su agilidad y fortaleza física, naturalmente también en su conocimiento del toro y en su gran ambición por ser el primero, pero no era lo que llamamos un artista, que si lo era Belmonte. Es decir, un torero que cuando pega un lance o un muletazo aquello nos llega a las fibras del alma, y nos hace sentir algo especial que es el arte. Con la espada era bueno, pero sin exagerar, si bien es verdad que en aquellos tiempos no se exigía que la espada quedara perfectamente colocada en el hoyo de las agujas como se exige hoy. En definitiva, Joselito fue un grandioso toreo, una gran figura que mandó en el toreo, pero mando compartido con Juan Belmonte. De eso a decir que es el rey de los toreros (están incluyendo a todos, a los de antes y a los que han venido después) puede mediar un gran trecho, pero claro esta es mi opinión, tan respetable como cualquier otra, pues no estoy en posesión de la verdad absoluta.
Al maestro Paco Camino si le he visto muchas veces en directo, pues solo tiene dos años más que yo y, por tanto, de este si que puedo hablar con más autoridad. Igual que Joselito, empezó a ponerse delante siendo un niño con nueve años, y de luces debutó en Bodonal de la Sierra (Badajoz), cuando no había cumplido los catorce años y yo no había cumplido los doce. Por aquel entonces yo leía una revista taurina llamada el Ruedo y también un periódico que publicaba mucho taurino, el Dígame, y casualmente un día me encontré con una fotografía suya, de un natural, que me incidió en el mismo centro del alma, me dijo algo y decidí que había que seguirle porque valía la pena. Desde entonces nunca he dejado de seguirle en sus declaraciones, en entrevistas, en todo lo que se publica sobre él y su vida, en general en todo, pues ocurre que su concepto del toreo me gusta, es el mío, y además también me identifico con su forma de ser, pensar y comportarse en la vida. Por circunstancias de la vida, que no voy a detallar, a primeros de 2021 le conocí personalmente, y desde entonces nació una amistad que cada día va incrementándose. Siento vivir a muchos kilómetros de distancia de donde vive él, y no poder hablar con más frecuencia, pues es un hombre de una inteligencia superior, y cuando él habla hay que escucharle con atención porque cualquier cosa que diga tiene tanto sentido común, tanta lógica que siempre se aprende.
Pero centrándonos en el aspecto profesional, como torero, es sencillamente grandioso. También, como Joselito, está dotado de una gran inteligencia para ponerse delante de los toros, para darles la lidia exacta, para pensar delante del toro, que todo lo hace con suma facilidad, todo va fluyendo como si fuera muy fácil, como si no estuviera haciendo nada. Todos los profesionales, todos los buenos aficionados, cuando hablan de Paco Camino dicen que es un toreo muy inteligente, que veía los toros inmediatamente. El maestro Santiago Martin, el Viti, dijo en una ocasión que es el torero más inteligente de la historia, y yo creo que llevaba razón.
Podemos decir de él, sin temor a equivocarnos, que es un torero completo, pues todo lo hace muy bien, tiene gran valor, gran afición, gran clasicismo, gran pureza, gran técnica, muy poderoso y gran arte. Estoy convencido de que es el toreo que ha reunido al mismo tiempo, todas las cualidades para ser el más grande de la historia, el mejor, pues hay toreros muy artistas, pero luego les falta técnica, o valor, o muy valientes pero no son tan artistas. El reúne todo a unos niveles como no he visto en otros, porque creo que no los ha habido. Con el capote era buenísimo, con la muleta grandioso, especialmente por el lado izquierdo, y con la espada el que mejor ha matado los toros en toda la historia, hasta el punto de que los profesionales dicen que es el único torero que ha matado los toros con arte. Otra cualidad que le caracteriza es la gran torería. En mi opinión es el torero con más torería que ha habido en la historia, entendiendo como tal, “elegancia natural, señorío, respeto y distinción; todo ello tanto dentro como fuera de la plaza. En definitiva es ser torero y parecerlo dentro y fuera de la plaza.Tener porte de torero”. También Joselito tenía mucha torería, pero creo que gran parte meditada, no como la de Paco Camino, que le fluye espontáneamente, igual que se respira.
Con respecto a Joselito, el maestro Camino no banderilleaba ni tampoco tenía ambición por ser el número uno en corridas toreadas o en meter gente en la plaza, iba a su aire, triunfaba siempre que se lo proponía, sabía que era el mejor, lo demostraba cuando hacía falta, y con eso le bastaba. Muy pocas veces apretaba hasta ponerse al 100 por cien, a diferencia de Joselito que, como dijimos, siempre iba al máximo. En cierta ocasión le oí decir a Manuel Benítez, El Cordobés, “Paco Camino es el mejor que he visto, lo que pasa es que no apretaba todo lo que podía, pues si lo hubiese hecho, hubiese acabado con todos nosotros”. Otros compañeros, que alternaron con él, dicen que, “jamás nadie le vio con el agua al cuello ante un toro, pues cuando a los demás les llegaba el agua al cuello a él no le llegaba ni a la cintura”. El maestro Camino dice que solo le interesaba e interesa que digan que es un buen toreo, que nos es poco. Su filosofía de vida me parece muy inteligente, y la comparto.
Como persona solo diré de él, pues estamos hablando del aspecto taurino, que es un hombre muy cabal, de una sola palabra, formal, amigos de sus amigos, enemigo de la falsedad, de las falsas adulaciones, que marcha por la vida con la verdad y la sinceridad por delante. No le gusta aparecer en primer plano sino más bien pasar desapercibido. Me consta que ha ayudado y ayuda a muchísima gente, pues está dotado de una gran bondad, sin que se entere su mano izquierda de lo que hace su mano derecha. Desde mi punto de vista es lo que siempre hemos llamado, “un hombre de bien”.
Por todo lo expuesto, y apoyándome en cuantos argumentos he dado, yo digo, y es una opinión tan respetable como otras, que, si Joselito el Gallo es el rey de los toreros, “Paco Camino es el emperador del toreo”, y por encima del emperador no hay nadie.
Y también por todo lo expuesto, el maestro José María Montilla, el empresario cordobés don Ángel Larrea y yo mismo, hemos solicitado a la Junta de Andalucía que le nombre Hijo Predilecto de Andalucía, o en su caso le otorgue la Medalla de Andalucía, pues ha llevado el nombre de Camas-su pueblo-Sevilla, Andalucía y España, por todo el orbe taurino, como referente del toreo clásico, puro, artístico y de máxima calidad, méritos más que suficientes para obtener cualquiera de dichos galardones.
Rafael Comino Delgado / 10 de Febrero de 2024
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