El Madrid se impuso al Sevilla (y al negreirato 2.0) merced a un mito del fútbol cuya vigencia es eterna en los libros y perdurable en el verde: Luka Modric.
Jesús Bengoechea
La Galerna/ 25 febrero, 2024
El partido comenzaba con un ambiente de vaga nostalgia propiciado por el retorno de Ramos. El club, vía speaker, lo gestionó con la inteligencia que da el cariño cuando es somero y se ve amablemente arrinconado por la urgencia de los puntos. Su nombre, contradiciendo la aritmética de los dorsales, fue enunciado al final de la alineación sevillista para cosechar una gran ovación, la misma que ya había recibido en el calentamiento. Al primer balón en juego, pitos para el camero. ¿Esquizofrenia o refinamiento en el homenaje? Lo segundo: él venia a ganar, y el Bernabéu a que perdiera. Se te quiere, Sergio, y ahora, a ser posible, se te gana. Sería posible, sí, gracias a un icono todavía más señero que el de Camas.
Los primeros minutos serían de lo que los clásicos llaman tanteo, aunque un remate franco de En-Nesyri, a las nubes, propició la primera congoja. Para compensar, enseguida, Vinícius hizo gala de una visión de juego que no se le pondera la suficiente para dejar solo a Lucas Vázquez ante Nyland. El gol del coruñés fue anulado por el VAR por presunta falta anterior en el centro del campo, desatando en el público gritos de "corrupción en la Federación" que se acrecentaron por una posible agresión al propio Lucas a renglón seguido. Desde la grada no apreciamos bien ninguna de las dos jugadas, aunque el chat de La Galerna parecía compartir plenamente el criterio del madridismo congregado en Chamartín.
Gol anulado a Lucas Vázquez
Dominaba el Madrid, que desaprovechó una buena incursión de Vinícius por su reciente obsesión por el pase con el exterior. Pero el brasileño también levantó al público de sus asientos con un sombrero para morirse. Bien organizado, con cinco atrás, el Sevilla neutralizaba bien el peligro blanco. Los de Ancelotti tenían a Vinícius y Rodrygo estorbándose algo por la izquierda. Superada la media hora, el primero volvió a crear peligro desde la esquina con un chut que se fue fuera.
En el minuto 34, volvió a desatarse el cántico relativo a las corruptelas federativas cuando el colegiado ignoró una falta al borde del área sevillista para a continuación señalar otra a Kroos y amonestarle. Todo es una broma muy pesada. ¿Y sabéis lo mejor? Que va a durar para siempre. Una excepcional jugada por la derecha de Brahim la remató Tchouaméni al exterior de la red, pero el partido seguía incómodo para los de Carlo, en gran parte por el nerviosismo generado por el lamentable trencilla. Manos al borde del área no pitadas, tarjetas de manual perdonadas a los de Quique... La gloria bendita habitual. El tipo tuvo a bien añadir cuatro minutos a la primera mitad, cuando sólo en anular el gol del Madrid había tardado más tiempo. Quítennos goles si no hay más remedio, pero ¿serían tan amables de devolvemos el tiempo que invierten en robárnoslos?
Con el 0-0 inicial nos fuimos al descanso. Aparte del asunto arbitral, el Madrid manifestaba lo mismo que en los últimos partidos: cierta falta de frescura y acuse de recibo de las bajas, en particular la de Bellingham. A este cronista le amenizaron el descanso, desde su localidad, amigos que le mandaban videos de la jugada por la que se anula el gol de Lucas y el mayestático cabreo de Kroos por su tarjeta. Uno no calculaba que dedicarse a opinar de fútbol pudiera acarrearle nunca tamaña mala sangre. Me pasaré a opinar de política.
Valverde al palo Sevilla
Al poco del reinicio, Valverde la arrojó al palo tras otra gran internada de Brahim. No pudo precisar su remate, dando la impresión de que se resbalaba. Quizá el charrúa tenía tiempo hasta de pararla. El malagueño constituía el elemento más desestabilizador en el ataque vikingo. Lunin sacó una pierna prodigiosa en un tiro a bocajarro, Rodrygo chutó fuera después de hacerlo todo bien y Vinícius obligó a Nyland a sacar otra gran mano, todo en cuestion de segundos. Vini lanzó un chut espectacular, fuera por poco. ¿Da todo esto igual, en medio de la putrefacción del sistema? Nosotros ya lo ignoramos todo.
Decidido a que Nyland no fuera, en sus saques de puerta, el único protagonista en el arte de la pérdida de tiempo, el árbitro detuvo el partido por unas molestias suyas. "Que salga Negreira", coreó esta vez la grada. "Mejor Cantalejo, que es lo mismo, pero puede deslumbrar a los de Ancelotti con el rolex", apuntó mi vecino de abono. Al final no sé si salió otro árbitro. Qué más da. Son todos iguales. Los mejores minutos del Madrid ya estaban arruinados por la interrupción. El catenaccio de Quique aguantaba en pie.
Gol Modric Sevilla
Ancelotti dio entrada a Modric en lugar de Nacho. Mano (o pie) de santo. Luka maniobró en la frontal y soltó el zapatazo del partido. Recordó a su gol clásico en Old Trafford. Por poco lo anulan desde la sala Z del VAR. Gran enfado de Clos. Esto se podía haber gestionado mejor, hombre.
En el descuento apretó el Sevilla. Ramos se fue arriba, a ver si la noche se aupaba a su leyenda. Pero en la noche no había mas hueco para otra leyenda que la de Luka.
Getty Images
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