FRANCIS WOLFF: "LA PROHIBICIÓN DE LAS CORRIDAS TRAERÍA EFECTOS ECOLÓGICOS PERNICIOSO"
FRANCOIS ZUMBIEHL: "HAY QUE PROHIBIR QUE LOS POLÍTICOS PUEDAN PROHIBIR LAS MINORÍAS CULTURALES COMO NUESTRA FIESTA DE LOS TOROS
ANTONIO MORENO GONZÁLEZ: "LA CORRIDA DE TOROS ES UNA RIQUEZA PATRIMONIAL "
HISTORIA Y FILOSOFIA DAN FUNDAMENTO A UNA INMORTAL FIESTA DE LOS TOROS
La Fiesta de los Toros tiene más que asegurado el futuro, de acuerdo a los elementos que le prestan la historia y la filosofía, han concluido tres notables intelectuales de constante vocación por lo taurino.
El catedrático francés de Filosofía de la Universidad de La Sorbona de París, Francis Wolff; el también francés y catedrático de Lenguas Clásicas, Francois Zumbiehl; y el investigador y asimismo catedrático de Física Nuclear en la Complutense de Madrid, Antonio Moreno González, los tres, autores de una prolífica relación de obras que detallan y acercan al aficionado a la esencia y principales motivos de "la Fiesta", expusieron argumentos de absoluta rotundidad en dicho sentido, ayer, martes, en Vera (Almería), en la tercera jornada de la XVIII Semana Cultural Taurina que organiza el Foro Cultural Taurino de esta ciudad.
Wolff, autor del libro titulado "50 razones para defender la corrida de toros", advirtió que dicho manual lo había escrito con intención de contrarrestar los ataques que recibía en Cataluña el espectáculo taurino, finalmente prohibido por el parlamento de aquella Autonomía, "por lo que ya no seguiría intentando convencer a los que están en contra, si no a los propios convencidos de antemano".
En este libro sienta las bases de lo que podría denominarse "la tauroética", y en el mismo asegura que la prohibición de las corridas traería efectos ecológicos perniciosos, además de que este espectáculo es "bueno moralmente".
E igualmente recomienda la afición a lo taurino, porque "una corrida de toros es algo admirable por la coincidencia de juntarse en él las emociones del miedo y de la belleza. "Y la admiración es uno de los mejores placeres en la vida", sentenció, refiriéndose también a un conjunto de doctrinas repletas de fundamentos a favor del toreo.
Y aunque Wolff considera que los propios aficionados y profesionales deben admitir que el grupo de lo taurino "es algo minoritario", sin embargo, se debe respetar esa minoría. "La Fiesta minoritaria merece ser respetada como tal. Y los aficionados debemos ir a la Plaza sin complejos, como algo natural, para defender esa minoría amenazada".
Igualmente en esa línea se expresó Francois Zumbiehl, y precisando que "sería absurdo medir las preferencias de los públicos".
Zumbiehl hizo hincapié en que "hay que proteger la diversidad de las culturas, las minorías culturales; y hay que prohibir que sean los políticos los que prohíban estas minorías".
"Concluyamos que por muchas razones éticas y estéticas los Toros son para pensar la vida", proclamó Zumbiehl.
El tercer "espada" de tan enterada terna, Antonio Moreno González, se apoyó en imágenes de fotos, la mayoría antiguas, para resaltar la importancia del espectáculo taurino, "al que -según él- ha de considerarse como riqueza patrimonial".
Y basó su disertación en primer lugar en consideraciones globales, como el caso del lenguaje taurino, "que se incorpora paulatinamente al lenguaje habitual, el lenguaje familiar", del que termina apoderándose.
También habló de situaciones históricas y el carácter de alguno de sus protagonistas. La reunión en Sevilla del grupo de literatos para recordar a Luis de Góngora, que daría lugar al nacimiento de la llamada generación del 27, que propició y financió Ignacio Sánchez Mejías, el torero cuya muerte inspiró la famosa elegía "A las cinco de la tarde", la obra cumbre de Federico García Lorca.
Evocó asimismo figuras distinguidas del cante flamenco y de toreros de tiempos pasados protagonistas de "detalles únicos que hay que aprender a saborear", algunos muy significativos y elocuentes para significar el talento de toreros como, entre otros, los Gallos (José y Rafael), Belmonte, Domingo Ortega y Cagancho. Una fotografía de éste último firmada con dedicatoria "a María Teresa" para recordarle "la mejor tarde que tuve en Sevilla". Y se le ve en la gráfica dirigiéndose cabizbajo a la barrera en el ruedo de La Maestranza sembrado de almohadillas, sin duda por el enfado que provocaron sus faenas. ¡Vivan los genios! exclamó Antonio Moreno al mostrar la estampa de la situación.
Y muchas más observaciones que deben dar pie a considerar la corrida como algo único, por ejemplo, el hecho de que sólo en una plaza de toros, donde preside la función un policía, se le puede censurar públicamente a éste, representante de la autoridad, sin riesgo de acabar siendo detenido.
Y una foto muy personal como reconocimiento al mundo del toro: Antonio Moreno torea en el campo una vaca de Cortijoliva. No obstante, advierte el "matador" que ahí sólo se ve el inicio del muletazo. El final tiene que imaginarlo el espectador, "como habría que hacer con muchos pases de Curro Romero", según apreciación que le habría confesado un "partidario" del camero.
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