José Luis Marca
"...En 1982 llegó a Madrid en pleno verano un torero de Sanlúcar de Barrameda de nombre Paco Ojeda. Sin cortar orejas, su labor ante una corrida de Cortijoliva se cuenta de boca a boca por todo el toreo. Después de su salida por la Puerta del Príncipe de Sevilla el 12 de octubre de 1982, José Luis Marca le puso a Paco Ojeda por delante su clásico maletín y se convirtió en el apoderado del llamado último revolucionario del toreo..."
Por Carlos Crivell
Ha fallecido en Sevilla José Luis Marca Rodrigo, uno de los hombres más polifacéticos del mundo de los toros. José Luis Marca, que padeció al final una enfermedad cardiorrespiratoria, tenía 83 años. De joven quiso ser torero, pero como él mismo dijo en su día, no tenía las condiciones precisas para destacar, de forma que se dedicó a otros temas dentro del mundo del toreo. Apenas toreó tres novilladas. Entre las primeras ocupaciones de este maño estuvo la de apoderar a un torero atípico de Sevilla: Manuel Álvarez “El Bala”, que hizo muchas veces el paseíllo en la Maestranza para mostrar un estilo heterodoxo y tremendista que le dio cierta popularidad. El Bala acabó con una pierna cortada y Marca se volvió a las laderas del Moncayo.
De aquel apoderamiento surgió su relación con Diodoro Canorea, con el que estuvo en la empresa de la plaza de Zaragoza, al tiempo que probaba fortuna empresarial en plazas como Egea de los Caballeros, Teruel, Soria…Mientras, su sagacidad para los negocios le posibilitó convertirse en una persona acaudalada. Pero seguía pendiente de los toros.
En 1982 llegó a Madrid en pleno verano un torero de Sanlúcar de Barrameda de nombre Paco Ojeda. Sin cortar orejas, su labor ante una corrida de Cortijoliva se cuenta de boca a boca por todo el toreo. Después de su salida por la Puerta del Príncipe de Sevilla el 12 de octubre de 1982, José Luis Marca le puso a Paco Ojeda por delante su clásico maletín y se convirtió en el apoderado del llamado último revolucionario del toreo. Ya para siempre la trayectoria de José Luis Marca quedaría ligada a la de Paco Ojeda, torero de impacto, de vida breve en los ruedos, pero como decía Marca, posteriormente suegro del diestro sanluqueño, “tenía tanta personalidad que no tenía más remedio que marcar una época en el toreo”.
Con Paco Ojeda se cumplieron todos los sueños de este taurino. Dado que la vida torera de Paco no fue larga, que incluso en 1992 hizo incursiones en el mundo del rejoneo, Marca siguió apoderando toreros. La nómina es larga: Rafael De Paula, Juan Mora, Espartaco, Manzanares padre, Emilio Muñoz, Litri, Finito de Córdoba, Morante de la Puebla, Manuel Díaz “El Cordobés”, Matías Tejela, César Jiménez, Juan Bautista, Miguel Abellán…
Se hizo ganadero en 1974 al comprar un hierro de la Unión y reses de procedencia Jandilla. Ha tenido otro hierro, lidiado a nombre de su mujer como Antonia Julia de Marca, con reses de procedencia Atanasio, que vendió a Manuel Ángel Millares.
José Luis Marca ha sido definido de mil formas. Se ha dicho que era altanero, campechano, jocoso, cercano, distinto, único, peculiar, simpático, antipático, engreído, soberbio…. Cada uno que le trató y lo conoció tiene su propio Marca. Como apoderado, después de su llegada a la cumbre con Paco Ojeda, logró que todos a los que les dirigió su carrera torearan muchos festejos. Cuando un torero le gustaba, lo buscaba –dicen que con el maletín por delante – y lo apoderaba. Luego llegaban las rupturas, en las que casi siempre era el propio Marca quien se adelantaba para contarlas, salvo en el caso de Espartaco cuando se fue con Manolo González. . A Manuel Díaz “El Cordobés” lo dejó de la noche a la mañana casi sin previo aviso. Más ruidoso fue el último episodio con Daniel Luque, al que dejó a principios de 2010 con un cruce de acusaciones poco frecuentes. Marca se marcó aquello de “aprovecho para dar el pésame al apoderado que lo lleve en el futuro”.
Así era José Luis Marca, un hombre que se forjó de la nada, ganó mucho dinero como empresario del mundo del espectáculo en su tierra natal y que fue un gran aficionado a los toros, a los que dedicó casi su vida entera. En sus muchos años en la Fiesta se cuentan infinidad de anécdotas de su forma de ser, algunas que le favorecen porque dejan entrever un tipo sencillo, afable y de trato claro y directo. Sin embargo, también hay otras muchas historias que no le favorecen, casi todas relacionadas con su posición dominante en el plano económico. Marca era muy transparente. Podría gustar o no su manera de andar por el mundo, pero se le veía venir siempre. Sus ideas taurinas siempre estaban encaminadas a una Fiesta como un gran espectáculo, por lo que buscó siempre un toro para el triunfo de los toreros, aunque para ello tuviera que sacrificar otras virtudes del toro de lidia. Su imagen con el puro habano en las plazas de toros forma parte de la película del toreo de los últimos veinte años del siglo XX y los comienzos del XXI.
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