Foto de esta semana y la comparativa del año 1973 más abajo, muestran la defensa de esta fiesta innata con el paso de los siglos
¡¡VIVA EL TORO VEGA!! ¡¡VIVA LA TAUROMAQUIA!! ¡¡viva la libertad!!".
EL TORO DE LA VEGA " TORDESILLAS"
21 de Junio de 2016.-
Aquí tenéis todos el texto completo de mi intervención en la Plaza mayor de Tordesillas en la inolvidable concentración del sábado día 18, dando cumplida respuesta a cuantos la han pedido para leerla, conocerla o guardarla.
"Desde este corazón de la Villa de Tordesillas, en donde estamos reunidos alrededor de una idea, timbre de nuestro orgullo festivo, mostramos nuestra protesta por el indigno decreto de su prohibición tal y como fue concebido, El TORO DE LA VEGA es el festejo taurino vivo más antiguo que se celebra en estas tierras de la vieja Castilla y que ha producido y sigue produciendo hondo encuentro con la raíz de la tradición y costumbre. Se precisa la comprensión y el conocimiento de esta popularísima fiesta taurina de todos vosotros hoy vejada y eliminada tal como la heredamos de nuestros antepasados, por un Decreto inicuo.
Poco se han preocupado de conocer este hecho tan singular de ser el único festejo taurino de neta raíz medieval e incluso celtibérico que se conserva en España.
Aquí mismo, en este cuadrilátero de la Plaza mayor que nos alberga y acoge salió el toro de la Vega hacia el palenque ininterrumpidamente desde el 22 de junio de 1543 hasta 1980 y un siglo antes desde el corro de Santa María. Esos años de tiempo sí que nos dan más de una razón para decir por qué estamos aquí hoy.
Y en esa nube encima de nosotros el espíritu de Isidro Cachano, el sastre; Abundio el rorro, Casimiro Sánchez Monjero “El pelotas”; Mariano Durán “rincones”; Esteban “el chulo”; Felipe “Montanero”; Vidal “el torpe”; Mariano y Eleuterio Rojo “Moruchos”; Santiago Abril “La santiaga”; Miguel Díez “Sangustiero”; Simón Santiago “Furruche”; Bonifacio “El Moco”; Marcelino Valea “barranco”;Basilio Puertas Monje; Anastasio el Cífere; Eduardo Rollán “Dudas”; Ezequiel Alonso Casado; Germán, Candido y Antonio Pimentel; Fernando Fadrique “El pelotari”; Celestino de la Cruz “Minique”; Pedro, Saturnino y Basilio Puertas Vega; Jacinto Alonso de Paz; Felipe y Mariano Valea Herrera; Juan José Jimeno García; Manuel Serrador; Antonio Giménez; Talavera el vaquero de Pimentel; Pedro y José Puertas Labajos; Eduardo Rodríguez Jiménez, el vaquero de Villalar; Eduardo Fernández de Araoz; Vicente Gimeno el de Rueda; Mariano Alvarez, Marianín el confitero; Teodoro Cembranos; Gregorio de Paz Alvarez; Teodoro López “el sastre”; Graciano Giménez; Valeriano Merinero; Luis el barbero de la Seca; Samuel Rodríguez “malduerme”; Isaac Centeno Sampedro; Lucio Abril “Petere”; Gregorio Santiago; Antonio Gutiérrez Cesteros; Ramón García Casado; Pablo Alvarez el hijo de Liborio; José Rodríguez González; y Eusebio González Herrera, mientras los hermanos Celestino y Florencio tocan al alimón el reloj suelto anunciando EL TORO DE LA VEGA.
La Fiesta de Toros, y el Toro de la Vega es su paradigma, se sostiene sobre la base de valores esenciales que, si bien pueden haber perdido vigencia en esta llamada era de la globalización, pero que siguen ofreciendo ejemplos vivos de ética y autencidad como esta muestra orgullosa, sana, valiente, comprometida, leal y noble que pone nuestro pueblo desde tiempo inmemorial.
Contra el adoctrinamiento de lo políticamente correcto, la Tauromaquia y El Toro de la Vega se mantiene como una experiencia de belleza, pasión e inteligencia que debería ganar espacio y ser respetada como modelo de comportamiento de una sociedad que va perdiendo sus referencias esenciales. Aquí todos participan y cuantos deseen zambullirse en la más pura esencia del recuerdo primigenio del hombre cazador tienen en este Torneo, arropado por pasiones, intereses, comentarios, nervios, entusiasmo... complementos imprescindibles del hecho taurino, de su ayer y su futuro, hacer inolvidable el recuerdo y la espectacular vivencia.
En Tordesillas, en la vega del Duero se revive cada año la memoria de aquellas justas medievales antiguas con un anhelo, una ilusión, una evocación tan grata y ecuménica que hace vibrar a los tordesillanos, porque es la lidia del Toro de la Vega el enfrentamiento entre un hombre y una res brava, ésta con sus defensas naturales intactas y aquél con la que le proporciona su lanza astillada. El valor es un elemento indudable; el riesgo para cuantos participan palpable y además es en este espectáculo donde aún puede contemplarse la vieja suerte taurina de la lanzada.
Los valores humanos, ecológicos, culturales, sociales, económicos y éticos que afloran de manera evidente en este rito taurino representan por sí mismo una lección de vida, frente a la deriva deshumanizadora de los difíciles tiempos actuales. El Toro Vega ha sido y es un espectáculo gratuito para todos, ceremonia, rito secular, lidia de valientes y algo tendrá el agua cuando la bendicen por la riada humana que arrastra su solemnidad en un encuentro de pasiones único, olor de siglos y perenne árbol con raigón tordesillano en su pureza original, enraizado en lo más profundo del alma de todos nosotros, arrancado sin piedad, ni explicación por políticos sin alma.
Es por tanto obligación de las gentes del toro, y vosotros hoy aquí las representáis con vuestra presencia física, aunque la nube de nuestros antepasados cuyo espíritu está latiendo aquí y cobija este recinto singular de Tordesillas, digo que es obligación difundir con orgullo todos los valores de este legado cultural de siglos con una actitud positiva y sin complejos, reivindicándolo entre los indiferentes y frente a sus contrarios como argumentos incontestables que desmontan las manipuladas y mentirosas campañas de violencia que pretenden la desaparición de la Fiesta de los toros y protestar contra la ley malvada y oportunista que arrebata y arranca a nuestra comunidad el sentido heredado de su sentimiento, redactada y aprobada a raíz de las presiones externas e internas, intolerables, del acoso al que ha visto sometida nuestra población y nuestra fiesta, del insulto, de la violencia verbal y física, exposiciones de odio y vociferantes, declaraciones políticas de dirigentes, escraches de mercenarios ideológicos contra la libertad de la gente común… Toda una riada que pretende nuestra redención y que abandonemos por una prohibición y aniquilamiento impuesto hacia esta costumbre ancestral.
Y ahora, como los muchos millones de personas en todo el mundo que necesitamos del toro, ese animal admirable, para seguir sintiéndonos vivos, que suene la dulzaina en ese tañido agudo y estridente acompañando a todos los vecinos y forasteros de Tordesillas que durante toda su existencia han sido protagonistas del torneo derrochando valor, esfuerzo e ilusión y a los que llegados de múltiples lugares de toda la geografía española se dan cita anualmente para la conmemoración del rito, contemplación del mismo o participación activa en él.
Tordesillanos, castellanos, taurinos todos, levantad la cabeza, altivos, y decid con orgullo: Es septiembre, martes de la peña, en Tordesillas.
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