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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

viernes, 2 de marzo de 2018

No es lo mismo, Pep Guardiola / Por Juan Manuel Rodríguez



 ..y no lo es porque cuando portas un lazo gris por aquellas personas que sufren un cáncer de cerebro estás llevando a cabo una buena acción, es un gesto positivo en sí mismo, mientras que tu lazo es malo per se, alienta a aquellos que se saltaron la ley a que continúen haciéndolo..


No es lo mismo, Pep Guardiola

No es lo mismo, Pep Guardiola, no es lo mismo. No es lo mismo llevar un lazo o una pulsera o algún distintivo que sirva para solidarizarnos con los enfermos de cáncer que hacer proselitismo de unos políticos que han incumplido la ley y la Constitución. La idea tampoco es la misma, Pep Guardiola, por mucho que te empeñes. Llevando un lazo rosa en solidaridad con quienes sufren cáncer de mama, o amarillo por el sarcoma, o azul por el cáncer de próstata apoyamos una buena causa; todos tenemos familiares o amigos que han sufrido el cáncer; todos conocemos alguien que ha muerto víctima de esa enfermedad. Llevando esos distintivos rendimos homenaje a quienes se fueron, animamos a quienes luchan y, en el fondo, jaleamos también a nuestros científicos, a nuestros investigadores para que sigan avanzando en nuevos fármacos que vayan acorralándola poco a poco.

La idea no es la misma, Pep Guardiola, y no lo es porque cuando portas un lazo gris por aquellas personas que sufren un cáncer de cerebro estás llevando a cabo una buena acción, es un gesto positivo en sí mismo, mientras que tu lazo es malo per se, alienta a aquellos que se saltaron la ley a que continúen haciéndolo, distrae la atención de problemas reales que tienen compatriotas nuestros, contribuye a seguir engañando a quienes, fruto de años y años de educación nociva, creen sinceramente que la independencia es posible y, por último, transmite al exterior una imagen muy negativa y desvirtuada de la realidad de la España del siglo XXI, que es una nación moderna, democrática e integrada plenamente en las instituciones internacionales. Así que no es en modo alguno lo mismo, Guardiola, no lo es.

De ningún modo es lo mismo llevar un lazo rojo como símbolo de la lucha contra la infección por el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, el SIDA, que es una enfermedad que se estima que ya ha matado entorno a los 35 millones de personas en todo el mundo que llevar un lazo a favor de Junqueras, que se saltó la Constitución, que dio un golpe de Estado y que con su actitud estuvo a punto de provocar una revuelta, que sólo Dios impidió que fuera peor de lo que fue. Llevando un lazo rojo apoyas la prevención de una pandemia, sirve para que la gente se informe, conozca la enfermedad y se prepare contra ella; ese lazo es el símbolo de la solidaridad mientras que el tuyo, Pep Guardiola, es el lazo del engaño. Habéis engañado a mucha gente, Guardiola, a mucha, y algún día tendréis que explicarles a aquellos que confiaron en vosotros que todo era una gran mentira.


Lo peor, Pep Guardiola, es la trivialización de un asunto que no es en absoluto banal. La enfermedad no es un juego, Guardiola, es algo muy serio. Si me he pensado responderte hoy desde aquí ha sido precisamente porque he tenido que pensar si, al hacerlo, no habrá algún lector que piense que yo también trivializo, pero creo que no es el caso. Ahora dices que si el City te lo pide no llevarás el lazo. Dices que si piensas que llevar el lazo progolpista puede perjudicar a tu equipo... simplemente lo dejarás en tu casa. Cuando se trata del City sí, cuando se trata de España y de Cataluña no. Respeta, Pep Guardiola, respeta. No hagas más daño gratis. Reflexiona. Infórmate. No es una broma, Pep Guardiola, no lo es. Y no es en modo alguno lo mismo, créeme, no es loi mismo.

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