Fernando Grande-Marlaska (ministro del Interior)
La AVT exige explicaciones al Ministerio del Interior por el acercamiento del asesino etarra Sergio Polo, que se realizó en octubre desde la cárcel de Almería a la de Herrera de la Mancha (Ciudad Real) y de la que se han enterado por la prensa.
DENUNCIA DE LA AVT
Las víctimas, ‘traicionadas’ por Marlaska: Interior acerca asesinos etarras a sus espaldas.
LA GACETA / Madrid, 11 de Enero de 2019
“¿Por qué se preocupan de la salud y del bienestar de los asesinos etarras y no de nosotros?”. Es la dolorosa pregunta que se hacen las víctimas del terrorista Sergio Polo, condenado a 110 años de prisión por el asesinato en 1995 del militar Luciano Cortizo, tras enterarse por los medios de comunicación de que el Ministerio del Interior lo trasladó en octubre desde la cárcel de Almería a la de Herrera de la Mancha (Ciudad Real) -alegando motivos de salud- a sus espaldas y a pesar de la promesa de que los acercamientos no afectarían a reclusos con delitos de sangre.
Ha sido la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) la que ha exigido explicaciones al Departamento de Fernando Grande-Marlaska por los acercamientos de etarras llevados a cabo a escondidas de las víctimas. “Nos dijeron que habría movimientos, pero que siempre nos iban a informar primero a las asociaciones”, ha señalado la presidenta de la organización, Maite Araluce, en declaraciones a La Gaceta.
Desde la AVT muestran su “decepción” con Marlaska: “Nos ha mentido”. Y es que no se han cumplido ni cuatro meses desde que Interior, en boca de su titular, asegurara a las víctimas del terrorismo que los acercamientos de presos de la banda terrorista de ultraizquierda ETA serían decisiones aisladas referentes a presos sin delitos de sangre y con pocos años pendientes de condena y previa notificación a las víctimas. Pero este viernes, las víctimas han amanecido con una noticia que “traiciona” todas estas promesas: se han llevado a cabo tres acercamientos de etarras a espaldas de las víctimas, entre ellos el de Sergio Polo, condenado por su participación en al menos tres atentados que provocaron la muerte de tres personas y dejaron gravemente heridas a otras dos.
En opinión de las víctimas, esos motivos tan graves de salud no fueron suficientes para eximirle de acudir al juicio que se celebró el pasado mes de octubre por el asesinato del militar ni tampoco para mostrar síntoma alguno de arrepentimiento, colaboración con la Justicia o compasión con las víctimas.
La Audiencia Nacional le condenó a 110 años de cárcel al considerar acreditado que colocó el 22 de diciembre de 1995 en León una bomba lapa en el coche del comandante del Ejército de Tierra Luciano Cortizo, que, al estallar, le causó la muerte y heridas graves a su hija.
Polo, que integró varios comandos de ETA y fue detenido en marzo de 1999 en las inmediaciones del campo de fútbol de Anoeta, ha sido condenado también por su participación en al menos otros dos atentados con resultado de muerte.
Desde Instituciones Penitenciarias han señalado sin ningún tipo de reparo que no se informó a las víctimas de este traslado al entender que no se trata de un acercamiento, ya que la prisión manchega dista más de 600 kilómetros del País Vasco.
“Digan lo que digan, se trata de un traslado… y se me cae el alma a los pies al escuchar a los familiares de las víctimas y ver que ellos son los que realmente están mal psicológicamente y de salud”, ha denunciado Araluce.
Además del traslado de este etarra, la AVT exige explicaciones por otros dos movimientos realizados en los últimos meses. Se trata de María Lizarraga e Íñigo Gutiérrez, que son pareja y que, según Prisiones, han sido trasladados desde la prisión de Alicante a la de Valencia porque van a ser padres y en el centro penitenciario alicantino no existe una unidad de madre.
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