Vista aérea del Puente Tienditas, en la frontera entre Cúcuta, Colombia y Táchira, Venezuela, después de que las fuerzas militares venezolanas lo bloquearon con contenedores el 6 de febrero de 2019 (Foto por EDINSON ESTUPINAN / AFP)
El régimen se cierra a cal y canto, para impedir la ayuda humanitaria internacional, mediante la manipulación del patrioterismo, buscando algún estallido de violencia, sin que le importe cuan cruento pueda resultar, pero que espera poder capitalizar para propio beneficio.
RÉGIMEN CHAVISTA Y DERECHO
INTERNACIONAL HUMANITARIO
Eduardo Soto Alvarez
Mérida, /02/2019.
Muchas veces, al mencionar el Tratado de Ginebra, en realidad se quiere hacer referencia a las cuatro Convenciones, que contienen un conjunto de normas de Derecho Internacional Humanitario (DIH), destinadas a limitar la barbarie de la guerra, las cuales están cumpliendo setenta años de existencia y Venezuela firmó en 1950 y ratificó en el 56.
A pesar de la preponderancia de los militares, afortunadamente, no existe ahora en nuestro país un conflicto armado y, en consecuencia, estaríamos fuera del ámbito de estas Convenciones.
Pero nuestro país, ha sido pionero en materia de DIH, bastaría recordar que, en 1820, se concluyó el Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra, entre El Libertador y el Capitán General Pablo Morillo, mediante el cual se comprometían a hacer la guerra de manera civilizada, a respetar a los no combatientes, a canjear prisioneros y a poner fin a la práctica de guerra a muerte.
Nuestra región, ha venido contribuyendo con la evolución del DIH y, a nivel del Comité de Asuntos Jurídicos y Políticos del Consejo Permanente de la OEA, se adoptó una Guía de principios para regular el uso de la fuerza y la protección de las personas en situaciones de violencia interna, que no alcanzan el umbral de conflicto armado.
Entre los principios enunciados en la Guía, destacan la obligación del Estado de brindar protección y seguridad a las personas amenazadas por la violencia; de utilizar la fuerza, respetando siempre los principios de legalidad, necesidad y proporcionalidad; los Estados también tienen la obligación de garantizar tratamiento digno a las personas involucradas o afectadas por situaciones de violencia interna y garantizar que las medidas adoptadas por las autoridades, sean respetuosas de los derechos individuales, protegidos por convenciones internacionales.
Sin embargo, toda normativa o sugerencia internacional será letra muerta, para un régimen que rechaza visceralmente la noción misma de humanitarismo, no es solidario ni siquiera con su propio pueblo y ha roto relaciones con la racionalidad.
El régimen se cierra a cal y canto, para impedir la ayuda humanitaria internacional, mediante la manipulación del patrioterismo, buscando algún estallido de violencia, sin que le importe cuan cruento pueda resultar, pero que espera poder capitalizar para propio beneficio.
Su conciencia culpable les habrá indicado, que la mejor ayuda humanitaria para Venezuela (y la mejor salida para los chavistas), es que el régimen abandone de inmediato, su ilegítimo ejercicio del poder.
Pero, el régimen está empecinado en continuar sacrificando la nación y, no obstante haberse auto proclamado bolivariano, sigue haciendo mofa de la memoria de El Libertador, quien colocó, hace casi dos siglos, la piedra fundacional del Derecho Internacional Humanitario.
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