hay actitudes lesivas al espíritu que hieren más al venir de España, país con el que se tiene un especial vínculo afectivo, que comenzó con las primeras letras y se ha venido consolidando, por múltiples razones, al paso del tiempo.
CARACAS Y MADRID: CAIMANES DEL MISMO POZO
Eduardo Soto Alvarez*
Mérida-Venezuela, 14/02/2020.
Reconozco que la política exterior se mueve en base a intereses, más que por cualquier otro motivo; sin embargo, a pesar de tener cierta experiencia en esas lides, hay actitudes lesivas al espíritu que hieren más al venir de España, país con el que se tiene un especial vínculo afectivo, que comenzó con las primeras letras y se ha venido consolidando, por múltiples razones, al paso del tiempo.
Así que no es fácil permanecer impasibles, ante el accionar de un gobierno español empeñado en mancillar la historia, no solamente al haber forzado la visita del monarca a la longeva dictadura castrista, imposible de justificar (a pesar del vil metal) y despreciativa hacia el sentir democrático de América Latina, sino también al asumir ahora el desdoroso papel de quinta columna en la Unión Europea, para resquebrajar las sanciones impuestas contra el régimen que usurpa el poder en Venezuela, con una visita ahora muy conspicua, la cual todavía no se sabe todo lo que taparea, pero que seguramente no debe ser nada ejemplarizante.
Con el conocido bagaje histórico y lo que ahora está en juego, se hubiera podido pensar que a un gobierno de España es al que menos le conviene guarecerse en la ambigüedad, al reconocer de manera formal al Presidente Guaidó, mientras trata de arrimar agua al molino chavista.
A veces la inmediata conveniencia para aferrarse al poder, hace perder la perspectiva y los regímenes de Caracas y Madrid son, por ahora, caimanes del mismo pozo.
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*Eduardo Soto Alvarez embajador retirado de Venezuela
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