Se ha confirmado la sanción de dos años sin disputar competiciones europeas para el Manchester City. La UEFA castiga así, y con una multa de 30 millones de euros, el incumplimiento del Fair Play Financiero por parte del club inglés, al que condena a una pena que sus mandatarios ya han anunciado que recurrirán.
La sanción al Manchester City
Madrid, 15 Febrero 2020
Es inevitable, a la luz de esta noticia, el echar la vista atrás y recordar las severas críticas que ha sufrido el Real Madrid por parte de cierta prensa -y también por parte de esa crítica más atomizada que se canaliza a través de las redes sociales- por no haber invertido cantidades exorbitantes en fichajes. “El dinero en el campo y no en el banco” fue un lema acuñado en forma de queja no hace tanto tiempo por parte de muchos madridistas desencantados. Ahora entenderán que había alguna que otra razón para no pagar 200 millones por Kane. Demasiado dinero en el campo puede acabar con un campo privado de fútbol europeo por un par de campañas. Puede que la prudencia del Real Madrid no fuera exagerada, si bien hay que tomar las posibles consecuencias de esta medida de la UEFA con algunas reservas.
La noticia de la sanción causa en el madridista una primera reacción de regocijo y una segunda de expectativa. El regocijo está justificado en virtud de las rencillas deportivas con el entrenador del City, acumuladas a lo largo de los años. Decir que el madridista lamenta que Guardiola (con su permanente politiqueo y su proverbial hipocresía y sus sibilinas faltas de respeto al Madrid) sufra un descalabro como quedarse dos años sin Champions sería mentir, aunque cabe la opción de que el de Sanpedó abandone el barco antes del naufragio. Ver encajar este varapalo a un club que, sin apenas currículum europeo de fuste, ha cimentado toda su fortaleza en el apoyo de un petroestado puede en todo caso ocasionar el cosquilleo inconfundible de la justicia poética.
Si el regocijo, decimos, está justificado, no lo está tanto la expectativa, y aquí conviene llamar de nuevo a la prudencia. Primero, hay que esperar a comprobar que la sanción se cumpla, existiendo precedentes de lo contrario. Segundo, es preciso aguardar antes de corroborar que habrá una continuidad en este tipo de sanciones también para otros clubes, en particular el PSG, que es el vórtice de la verdad. No se podrá decir que este intento de hacer cumplir el Fair Play por parte de la UEFA va en serio hasta que no se vea al organismo europeo meter mano a fondo a los cataríes. Entre los clubes europeos históricos, el Madrid incluido, cunde un alto grado de escepticismo al respecto, de igual modo que se impone un resentimiento con la UEFA que hace temer que esta sanción llegue tarde y sea insuficiente. La grosera inacción, sostenida durante años, contra las prácticas desleales de los petrodólares ha empujado al mercado del fútbol europeo a un galopante inflacionismo. El resultado es difícil de olvidar y perdonar, con bastantes clubes en serias dificultades financieras por efecto del laissez faire otorgado a los capitales árabes, que han campado por sus respetos durante demasiado tiempo como para albergar la esperanza de que las sanciones no quedarán ahora en flor de un día.
En Barcelona, mientras tanto, un sí pero no a esta noticia. Foto, eso sí, de Guardiola en ambas portadas. Pep vale para todo. Al que le suele valer cualquier cosa en su portada es a 'Sport', que hoy tira por el morbo y la desestabilización. Llevan a Ángel a la primera página casi más por su posible futuro en el Camp Nou que por las virtudes que pueden hacer que sea un arma a tener en cuenta esta misma tarde. Los periódicos cataculés son unos maestros en el noble arte de hablar de lo que a nadie interesa con tal de agitar las aguas y ver si hay ganancia de pescadores. Pobre Getafe, la verdad. Pasen ustedes un estupendo sábado.
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