Nunca antes se había escuchado un sartal de mentiras, argumentos falaces, comentarios erróneos y aseveraciones sin fundamento de la mayoría de Representantes a la Cámara que votó un proyecto sin conocer el tema taurino, sin invitar a la otra parte para escuchar conceptos, estructuras razonables sobre un tema desconocido para los prohibicionistas y material argumentativo sobre la crianza del toro bravo y su destino final como rito sacrificial.
Mas estupideces juntas es imposible escuchar; incluso uno de esos especímenes se atrevió a decir que no le gustaba el maltrato animal pero que por favor no le fueran a pedir que dejara de comer carne como si lo hace ese otro espécimen que goza de su veganismo y que se llama Juan Carlos Losada.
Es materialmente imposible tratar el tema taurino con seres tan cerrados, tan sectarios, tan ignorantes en sus conceptos con una narrativa errada cien por ciento por su desconocimiento sobre la actividad.
Se agradece la inteligencia de los seis Representantes que dieron su voto afirmativo y en favor de la tauromaquia y se condena la ignorancia, la actitud prohibicionista, excluyente y privativa de libertades a la cual tenemos derecho todos los ciudadanos.
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