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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 21 de diciembre de 2020

Rafaelillo: “En el toreo vives el día día, y en décimas de segundo se pasa del triunfo al fracaso o a la muerte”


El matador de toros murciano Rafael Rubio Rafaelillo afronta a una nueva etapa en su carrera. Acaba de firmar contrato de apoderamiento con Manuel Martínez Erice, componente de una de las sagas taurinas más importantes de España. Tras el percance sufrido el 14 de julio de 2019 ante un toro de Miura en la plaza de toros de Pamplona, este año ha dedicado gran parte de su tiempo a la recuperación.

Rafaelillo: “En el toreo vives el día día, y en décimas de segundo se pasa del triunfo al fracaso o a la muerte”

Enrique Amat
Avance Taurino / 21 diciembre, 2020
“Así es, estoy saliendo de una etapa que ha sido muy dura, pero también enriquecedora y bonita. Con todo, satisfactoria tanto en lo personal como en lo profesional. La vida es siempre una enseñanza. Este ha sido un año de recuperación. Y de regeneración, de ponerme mejor y además dedicar parte de mi tiempo a mi familia, a mi gente y a mis cosas. Este tiempo me ha venido bien también porque el percance de Pamplona me produjo graves lesiones, algunas de las cuales voy a tener de por vida. También he aprovechado para tener amplias conversaciones con mi nuevo apoderado Manuel Martínez Erice en profundidad. Es una persona con un currículum enorme en el mundo de los toros, tanto como apoderado como en su faceta de empresario. He encontrado que con él tengo un gran feeling personal y profesional. Estoy deseando que pasen las Navidades y que en 2021 pueda volver a disfrutar de mi profesión.”

Aquel 14 de julio de 2019 un toro de Miura le cambió la vida.

“Bueno. Para bien o para mal, la tauromaquia es esto. Vives el día día, y en décimas de segundo se pasa del triunfo al fracaso o a la muerte. Gracias a Dios, el percance ocurrió en la plaza de toros de Pamplona, y me pusieron en manos de los doctores Hidalgo, Cía y todo su equipo. Tuve la gran suerte de contar con una enfermería que es todo un hospital. Aquello fue clave y tuve la fortuna de estar allí en aquellos momentos. Esto es el toreo y los toreros tenemos asumidos estos riesgos. La gloria y la tragedia. Esta es una profesión tan grande como dura.”

Una profesión que usted comenzó muy joven, con apenas con 11 años.

“Cierto. Abandoné mi casa, mi entorno, mis amigos y mi gente de Murcia y me fui a Jaén a casa de Juan Collado. Fueron años muy bonitos. Enrique Ponce, mi maestro y mi padrino, fue muy importante en mi vida y también su apoderado Juan Ruiz, y todo su entorno. También fue una etapa dura, porque empecé muy joven y dejé a mi familia y mi entorno. No tuve infancia ni adolescencia. Y todo eso lo sacrificas por un sueño que tienes, pero que no sabes si algún día lo vas a cumplir y a conseguir. Ello te exige mucha madurez, curtirte como persona y como torero muy pronto. Rodeado de gente muy mayor. Y para un chaval tan joven, hay cosas que son buenas, pero otras que igual no resultan muy convenientes visto ya desde la desde la perspectiva de un padre, como ahora lo soy yo.”

Y con apenas 15 años, el 26 de febrero de 1995 debuta como un novillero con caballos en Nimes y al lado ni más ni menos que de José Tomás.

“Pues sí, y aquel día le mojé la oreja y yo corté más orejas que él. Pero ya se veía lo que podía llegar a ser. Además toreamos juntos aquel año unas 7 u 8 novilladas. No llegamos a ser amigos, apenas nos saludábamos porque José Tomás ya tenía el carácter que apuntaba y que luego desarrolló. Es una persona muy seca, seria, muy competitiva y que iba a la suya. Pero yo guardo muchos recuerdos de todo aquello con cariño y de él con todo el respeto y la admiración del mundo.”

Y con apenas 17 años, Enrique Ponce le da la alternativa en Murcia.

“Seguía siendo muy joven. El toreo te da valores. Muchos de ellos que hay que fomentar. La grandeza del espíritu de sacrificio, del aguante, de tener respeto por lo que haces, de la cultura del esfuerzo, de aprender el oficio, de la ilusión. Luego hay cosas menos buenas, porque convives con gente mucho mayor que tú. Aquello te marca, y dedicas mucho tiempo a vivir con adultos y sus cosas, y vives estas cosas a destiempo, fuera de tu edad y a veces no es lo más conveniente. Yo llegué como digo muy joven a la alternativa. Pero para mí fue un sueño que Enrique me la diese. Y aquel día me dijo: “Rafita, he dado muchas alternativas ya en mi carrera, pero ninguna con el cariño y con la ilusión que tengo por dartela a ti. Y de tenerte como ahijado. Ten paciencia y mucha constancia en esta procesión, quiérela mucho y respétala y esfuérzate porque tienes muchas cualidades para ser torero.”

Haciendo un inciso, esos valores de los que usted habla en el toreo son extrapolables a un personaje como Adrián Hinojosa. Por quien usted tanto hizo.

“Y él por mi. El festival de Adrián y todo lo que rodeó a aquellos es de las cosas más bonitas que he hecho en mi vida. Adrián, siendo un niño, nos dió una lección de valores, no solo a los profesionales del toreo, si no a toda la sociedad. Un ejemplo. De entereza, de afrontar las adversidades con hombría y con hombría. Le recuerdo con mucho cariño. Lo más importante es que dejó una gran huella, dio un gran ejemplo y su recuerdo siempre estará con nosotros. Yo me considero un privilegiado por haber estado a su lado.”

Un año y medio y medio después del percance de Pamplona, se presentan nuevas perspectivas en su vida.

“Yo me encuentro bien, con mucha ilusión y con ganas de volver a la procesión. Ha sido un año muy raro, pero a pesar de las circunstancias no he dejado de prepararme. Tras las Navidades, voy a entrenar a muerte y espero volver a la plaza con la misma ilusión. Dios quiera que me den cancha en otros carteles y con otro tipo de ganado. He demostrado que tengo la capacidad y el oficio suficientes para resolver los problemas de cualquier toro, sobre todo de los más complicados. Y cuando los toros me han dejado, he mostrado el sentimiento artista que tengo. A mi me gustaría más prodigarme en otro tipo de corridas y dar otra dimensión de toreo, que la tengo. A ver si puedo este año desarrollar mi lado más artístico.”

A pesar de que usted estaba bastante resentido todavía, se anunció el 13 de abril de 2020 en Arles, festejo que finalmente las circunstancias impidieron que se celebrase.

“Sí, antes de la pandemia estaba previsto que torease. Lo cierto es que hubiera sido una heroicidad, una locura. Porque en el último TAC que me habían hecho, tenía seis fracturas de las costillas sin consolidar y aparte, tenía todavía con líquido en el hígado y la pleura, que la tenía muy dañada. Lo tenía muy mal, pero bueno, decidí tirar palante. Y con una corrida de Miura y en una plaza de primera. Pero cuando me preparaba en el campo, los dolores eran tremendos. Luego sucedió lo que sucedió, las cosas vienen como vienen y quizá me vino bien este parón por el COVIDl. Aunque yo me acuerdo mucho todos los días de las víctimas, de los fallecidos y los enfermos y la gente que lo está pasando mal en lo económico y en la salud por esta pandemia. Los tengo presentes en todo momento.”

Parece que los empresarios no he acabado de darle el sitio que a usted le corresponde. A pesar de que ha toreado en todas las plazas importantes

“A base de lucha y sacrificio me he conseguido abrir un hueco. Lo cierto es que he triunfado en plazas pero en las que luego no me han repetido. Es la ley de la oferta y la demanda, tal como funciona el toreo, los compromisos de los despachos. Todo es cuestión de que poco a poco vaya habiendo entendimiento. Tengo el respeto profesional y de los aficionados, que es lo importante. Pero a veces sí, pienso que me he merecido otro trato.”

Un trato que sí que parece que le han dado en Francia.

“Allí debuté con picadores y desde mis inicios me dieron un sitio. Cuando no estaba anunciado en ferias importantes, salvo la de Madrid, en Francia así que se contaba conmigo. La filosofía que tienen en aquel país en el tema de las contrataciones es muy distinta. Allí mandan más las comisiones, los aficionados. Y siempre me respetaron y me dieron mi sitio.”

El año que viene hace 25 años de alternativa y es hora de hacer un balance de lo que ha supuesto para usted esta época.

“Pues es una gran satisfacción haber sido torero. Por supuesto que a veces he tenido la tentación de tirar la toalla. Eso pasa como todo en la vida. Incluso en lo familiar, a veces uno piensa aquello que para qué me casaría yo con esta mujer, o cuando tu hija te hace una trastada, dices que por qué no me habría quedado yo soltero. Es un decir. Pero si en todo en la vida tienes problemas y a veces le das una vuelta y parece que te puedes llegar a arrepentir, pues fíjate lo que puede ser en el toro. Una profesión en la que para tener una alegría te llevas diez disgustos. Cierto es que por momentos te vienes abajo. Porque tienes muchos sinsabores, muchas penas y pesares. Pero no hay que venirse abajo, porque al final no es más fuerte el que se cae menos veces, sino que es capaz de levantarse más veces en estas circunstancias y venirse arriba con las dificultades. Eso es lo que intentado yo hacer. Sacar lo mejor de lo que lleva dentro cada uno, superarse.”

Y estas adversidades se afrontan sobre todo porque uno tiene afición, más que por el objetivo de ganar dinero

“El dinero es importante, pero lo básico es la vocación, el sentirse torero. Esta es una profesión de mucha exigencia. Dedicas muchas horas, le quitas tiempo a tu familia a tu gente tus cosas y se lo dedicas a una profesión sin saber si vas a tener una recompensa, si vas a triunfar. Eso sí, eres un artista y quieres tener una compensación y que te paguen por tu esfuerzo. Pero sobre todo la satisfacción de llegar a ser alguien. Que no lo tienes garantizado.”

Usted siempre se ha preocupado de tener una buena cuadrilla, de ir bien acompañado.

“A las corridas que yo me enfrento, los encierros que yo mato necesitan de profesionales capacitados. Son corridas que requieren un gran esfuerzo y tienen un gran desgaste físico, emocional y mental enorme. Por eso hace falta gente preparada mental, física y anímicamente para dar la cara y ser capaz de resolver los problemas. Y luego es importante también el tema personal. El día día. Crear un entorno de amistad, cuasi familiar. Ayudarse unos a otros, porque todos tenemos problemas personales. Y yo intento sobre todo crear un equipo. Pascual Mellinas es mi compadre, yo soy padrino de su hijo. José Mora, los picadores Esquievel, Agustín Collado. Ahora ha entrado el Lipi. Mi hermano Ramón está de mozo de espadas, Mario el ayuda. Hay que tener un equipo, y lo que haya sea confianza, amistad. Un grupo, un equipo sólido para afrontar la temporada y todo lo que ello conlleva.”

Ahora solo queda acabar el año en familia y con tranquilidad y esperar que 2021 sea otra cosa.

“Es lo que toca. Pero en cuanto pasen las fiestas, al campo a entrenar y a ponerse en forma. Y si Dios quiere y las circunstancias lo permiten, ir a las plazas a torear, a disfrutar en la cara del todo. Voy a hacer las bodas de plata como matador de toros. Y lo quiero celebrar pudiendo torear toros a mi gusto y mostrar mi sentimiento torero“.

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