Yo hablo con gentes de todos los niveles sociales y tendencias políticas, estoy bien informado de las noticias nacionales y moderadamente de las extranjeras, y creo sinceramente que Pedro Sánchez (podemos decir, todo el gobierno actual) con sus actuaciones, sus decisiones, no solo recientes sino desde que es presidente del gobierno, está exaltando, engrandeciendo la figura de Franco, hasta límites nunca antes soñados, pues evidencian, recuerdan y sacan a la luz lo que realmente fue el franquismo, no lo que muchos han querido contar, y mucho menos lo que dicen la ley de Memoria Histórica de Zapatero, y Memoria Democrática (dictada por los por los mayores enemigos de España), de Sánchez, ambas enormemente sesgadas, plenas de mentiras, hipertrofiando lo que les interesa y ocultando verdades que no les interesan, pero muchos conocemos.
Ahora muchísima gente, unos que lo vivieron y otros por lo que han leído o les han contado, cada vez va conociendo más la verdad, a pesar de las infinitas mentiras que ha difundido toda la izquierda, sobre todo el PSOE y los nacionalistas separatistas, especialmente desde que, por desgracia para España, para Europa, para la humanidad, Zapatero llegó al poder de una forma, digamos extraña, todo ello multiplicado por 1000 con el gobierno de Sánchez, y es inevitable que hagan comparaciones entre Franco y Sánchez como gobernantes de España.
En los últimos años han ocurrido dos enormes catástrofes en nuestra patria, primero el volcán de La Palma y últimamente la Dana en Valencia y Castilla la Mancha, desgracias que han permitido al pueblo español-y también en el extranjero-comparar la actuación del gobierno de Sánchez, y de él especialmente, con lo que hizo el gobierno de Franco en situaciones parecidas como fue la gran riada de octubre de 1957 en Valencia. Esa comparación ha dado lugar a infinidad de comentarios y valoraciones en las que, a decir verdad, el actual gobierno, sobre todo Pedro Sánchez, salen muy mal parados, y es que la verdad por mucho que se quiera ocultar, por mucha propaganda que se haga en contra, la personas normales, siempre acaban descubriéndola, ya que, “Puedes engañar a todas las personas una parte del tiempo y a algunas personas todo el tiempo, pero no puedes engañar a todas las personas todo el tiempo”, frase atribuida a Abraham Lincoln, que la dijera o no es una gran verdad, porque “La verdad adelgaza pero no quiebra, y siempre anda sobre la mentira como el aceite sobre el agua” (Miguel de Cervantes)
Por una parte la inmensa corrupción en la que está inmerso el gobierno actual, con asalto a casi todas las instituciones del Estado, ya controladas por Sánchez, típico de dictadura cruel y bananera, por otra la corrupción económica, que afecta muy de cerca al presidente, el abandono a que está sometida la zona de Valencia más afectada por la riada, los datos que salen cada día en redes sociales, y que los medios los silencian, indicativos de que las autoridades dependientes del gobierno central abrieron compuertas de muchos embalses y no avisaron, lo cual ocasionó muchas muertes, según se dice en aquella zona (se sigue investigando por qué ocurrió lo que ocurrió, y hay datos, según se dice allí, para pensar en premeditación y alevosía, con la intención de culpar al gobierno local del PP), el abandono del campo, la humillación ante el rey de Marruecos (por algo será), pactos con todos los enemigos de España, blanqueando a ETA y a los golpistas catalanes todo lo que pueden, pagando a catalanes y vascos con nuestro dinero el seguir viviendo en la Moncloa, etc. etc.
Desacreditado el presidente como no se recuerda otro caso en la historia de España, hasta el punto de que no puede salir a la calle, pues cuanto le ven le abuchean, le insultan, le recuerdan a su madre, y la gente, que no es tonta, sabe que a Franco se le aclamaba multitudinariamente, como muestran los muchos videos que circulan por las redes sociales. Bueno, pues en medio del descomunal descontento, del descomunal hartazgo de la población, al presidente no se le ocurre otra cosa que organizar, en este año, 100 actos para celebrar (conmemorar dice él) la muerte de Franco hace 50 años, naturalmente con la intención de que no se hable de su corrupción, del caso Tito Berni, del caso Delcy Rodríguez, del caso Begoña, del caso David Sánchez, su hermano, del caso fiscal General del Estado, del caso Ábalos, de que tiene comprados a la mayoría de los medios de comunicación y a muchos jueces y fiscales, del caso Sánchez en definitiva.
Como era lógico han salido cientos, miles de personas, aportando datos en las redes sociales de lo que hizo Franco en los años que fue jefe del Estado, y comparándolo con lo que está haciendo Sánchez, exaltando con toda claridad las bondades de Franco y las maldades de Sánchez, y eso a pesar de las leyes Memoria Histórica y Democrática, pues la gente decente ya no tiene miedo a represalias, dice su verdad, está muy cansada de este nefasto presidente y gobierno. Y con esas verdades, que la gente difunde en la redes sociales, la opinión publica cada vez se entera de más cosas que no sabía, y cada vez se calla menos, en definitiva que actualmente, creo yo, que para la mayoría de los españoles, Franco fue mucho mejor gobernante que Sánchez, más honrado y más patriota. De hecho, según ha publicado el ABC, solo el 14 % de los españoles, y 35% de los votantes del PSOE (partido que es, “una secta radical de extrema izquierda”, según don Antonio Naranjo), están de acuerdo con los actos o celebraciones de la muerte de Franco programadas por Sánchez, y el día 28 de enero Libertad Digital decía que, según las últimas encuestas, ni los socialistas le quieren. Recuerdo que en los años de la transición, poco antes de las primeras elecciones generales, oí decir a varios lideres del PSOE (están vivos, y no digo su nombre para no perjudicarles), que si en aquel momento Franco se hubiese presentado a las elecciones las hubiese ganado con mayoría absoluta.
En definitiva, que Sánchez pretendiendo desprestigiar, vilipendiar la figura del caudillo lo que está consiguiendo es lo contario, está exaltando su figura, y elevándola a niveles que ni el más franquista hubiera imaginado.
Como decía, hablo con gentes de todos los nivele sociales y de todas las tendencias políticas, y cuando no han hecho más que empezar la conmemoraciones de la muerte de Franco, insisto en que la mayoría de los españoles, y también en el extranjero (tengo amigos en Estados Unidos, en Inglaterra, Hispanoamérica, y otros países), me parece que opinan a favor de Franco y en contra de Sánchez, y que con el dictador había más verdadera libertad, más justicia social, más seguridad ciudadana, España progresaba y ahora retrocede, y se vivía mejor que actualmente, y que Sánchez es infinitamente más dictador que Franco.
Está haciendo el ridículo, dentro y fuera de España, en su guerra contra un muerto, y en su guerra contra don Javier Milei, presidente de Argentina, quien, dicho sea de paso, hace unos días, dialécticamente le destrozó en la reunión anual de Davos (Suiza), diciéndole a la cara que, “intenta callar a quien piensa distinto”, y que, “es lamentable, como todo lo que dice y hace”. Por cierto, en dicha reunión, cuando habló Sánchez la sala estaba casi vacía, y cuando habló el Sr. Milei llena a rebosar, lo cual nos da una idea de lo que se le respeta y valora internacionalmente. Bueno, pues no le parece suficiente ridículo, y ahora pretende erigirse en líder de la oposición mundial a Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, país aliado de España, por lo que a su distanciamiento de Argentina, país hermano, de Israel, principal socio de Estados Unidos, ahora se une el de la mayor potencia mundial. Lo malo no es la repercusión que tenga para Sánchez, lo malo es la que seguro va a tener para todos los españoles. ¿Hasta cuándo va a permitir Dios que Pedro Sánchez siga haciéndole daño a España, a Europa y al mundo?
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