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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 30 de julio de 2025

Las verdades de El Cid / por Manuel Viera

Foto: Eduardo Porcuna.

'..Parece que ha visto una luz nueva, especial, tan suya que lo que ha hecho en el ruedo de la plaza de toros de Santander ha vuelto a brillar. Una portentosa lidia que cuando se acabó de degustar no cupo otra que dar la razón a quien lo proclamó como una de las mejores manos izquierda del toreo..'

GALLEANDO
Las verdades de El Cid

Por Manuel Viera
Ha logrado lo que parecía imposible: volver a ser distinto después de veinticinco años en los ruedos. Lo ha conseguido con la redondez de su toreo. Un toreo depurado de manera notable con una forma de decirlo mucho más íntima, sabia y transparente. Parece que ha visto una luz nueva, especial, tan suya que lo que ha hecho en el ruedo de la plaza de toros de Santander ha vuelto a brillar. Una portentosa lidia que cuando se acabó de degustar no cupo otra que dar la razón a quien lo proclamó como una de las mejores manos izquierda del toreo.

Si cabe, la diferencia en como lo dice y hace en el ruedo es mucho mayor que ayer. Sigue siendo emocional, pero a la vez sus formas rebosan en la brillantez más absoluta. A ese estado de madurez creativa se adscribe la obra realizada a “Vengativo”, el gran toro de Victorino Martín, en el ruedo del coso de “Cuatro Caminos”. La esencia del natural cautivó e hizo ilusionar de nuevo a toda la afición.

Tan mal situado está en el escalafón de matadores que resulta chocante no poder deleitarse a menudo con un torero tan representativo del clasicismo más puro. Gozar de quien crea en el ruedo ese mundo imaginativo por el que discurre la tauromaquia que le define. Sea en el mando de su mano derecha y cuantas otras posibilidades de emocionar inserta con su mano izquierda. Ejecutado entre la realidad y el deseo, la verdad y la belleza.

Las historias que han sucedido últimamente en Santander en dos tardes de triunfos consecutivos son suficientes para calificarlas de sublime. Historias intensas que fluyeron desde fuera hacia dentro para expresar el toreo con tanta profundidad como consistencia. Una lidia que nace y acaba con la sinceridad escondida en los vuelos de su capote y muleta. Por ahí es por donde mejor se conecta con la más absoluta de las verdades. Manuel Jesús El Cid ha vuelto a dar cumplida muestra de su solidez como torero.

En el alma del diestro de Salteras hay mucho más toreo que lo que pueda imaginar los más desbordados deseos. Una tauromaquia que muchos daban por desaparecida de forma irremediable. Es preciso que siga pisando la tierra de las plazas de toros para seguir recuperando el tiempo perdido. O ganado.

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