la suerte suprema

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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 23 de julio de 2025

SANTANDER / 4ª de Santiago.- A según el toro / por Jorge Arturo Díaz Reyes

Damián Castaño al doblar el tercero. Fotograma OneToro

Damián Castaño pincha la puerta grande. Escribano y Galván a gran altura, ovacionados. Seria y brava corrida de Miura...

 4ª de Santiago
A según el toro

Jorge Arturo Díaz Reyes
CrónicaToro/Cali, VII 22 2024
Que nadie se llame a engaño cuando de Miura se trata. Puede pasar cualquier cosa. Entre lo festivo y lo trágico, entre lo grotesco y lo heroico, entre lo aterrador y lo valiente. Si algún toro cumple con la premisa fundamental de la corrida, la imprevisibilidad, es este. Que nadie se mienta. Es la emoción auténtica.

Y la de hoy en Cuatro Caminos fue intensamente así. La inminencia, el albur, la incertidumbre dominaban la plaza y hacían que la resolución de cada suerte fuera una sorpresa y un descanso. Y no es que todos fueran alimañas como el tercero, no. Los hubo nobles y apagados como el primero y entre todos, esa variedad de talantes y esa personalidad tan rica como los orígenes de la casta.

Todo frente a ellos tuvo importancia. Variopintos, tres cárdenos, un colorado, un castaño y dos negros, incluyendo al cinqueño cuarto bis de El Pilar. El sexto también de cinco. 574 kilos promedio, tuvieron por denominador la falta de fuerza que al contario de aliviar a los lidiadores los comprometía más, pues aguzaba su agresividad defensiva. Con eso pecharon los tres. El gerenero, el gaditano y el salmantino que llegó de Mont de Marsan recién corneado por un escolar.

Y fue este convaleciente Damián Castaño quien debió enfrentar el fiero mal genio del tercero, que se quedaba a medio viaje, buscaba y emboscaba, obligando no solo a tragar mucho sino a lidiar con los envites. No podía ser de ligazón la brega, tampoco de languideces. Era un combate romano, a tú por tú. En esas la cogida, de milagro no con le punta sino con la pala del pitón por el muslo derecho, la lucha cuerpo a cuerpo, y el desenlace del agarrón sin sangre. Nada de nervios, renqueante, cuatro naturales, cambio de mano y el de pecho. A ver quien manda. Lo avisado de “Granujito”, hizo laboriosa la igualada. No se dejaba. El Primer viaje dio en hueso, pero sin demora el segundo sepultó el acero hasta los gavilanes. Delantero, pero fulminante. La cosa había sido tan abrumadora que la casi total petición de oreja se impuso. Luego fue a la enfermería para volverá al sexto.

“Gavioto”, un galgo, largo, alto, castaño, playero de 602 kilos, increíblemente vareado para ese peso y esos cinco años cumplidos. Más toro, más seriedad y más desafío para un hombre en inferioridad de condiciones, imposible. Lo que decía. Sin embargo, barbeo las tablas largamente como buscando la salida. Desilusión, pero nunca se sabe, era un miura. Sorpresivamente se peleó bravío como todos en la vara de Javier Martín y apretó a los banderilleros. Luego se fijó en el pequeño cojo que acababa de brindarlo a la taurina alcaldesa, y se le fue encima, Tres por alto y un ayudado por bajo resolvieron ese primer encuentro, y…, de pronto se echó, y de pronto se paró, como diciendo hago lo que me da la gana, y qué.

Sin embargo, la siguiente tanda diestra fue tan impositiva que le dijo no. Y la banda impresionada se arrancó con “Galllito” respaldando la ovación. De allí para allá el torero mandó en series irrevocables y dramáticas. Un desarme por una revuelta traicionera fue comprendido y cuando Damián partió al volapié todos íbamos tras él, y con él nos estrellamos. Igual que con el anterior al segundo intento la espada toda delantera mató y la petición de premio y puerta grande más que merecida no fue suficiente. Yo se la hubiese dado. En la vuelta al ruedo hubo coro de ¡Torero! ¡Torero!

También fue banderillas la tarde. Dos espléndidos tercios de Escribano y corto drama de Juan Carlos Rey quien saludó en el quinto. Por su parte David Galván en sus dos turnos explicó el quid del arte de torear, no solo debe ser épico, si no también bello, para llamarse arte. Por desgracia no dijo lo miso con el estoque. La gente Salió exhausta y feliz. Como declaró Castaño, aun contundido por loque acaba de vivir: “Me voy vacío de la plaza, pero con la conciencia tranquila”. Torero.

  • FICHA DEL FESTEJO
Santander 22 de julio 2025. 4ª de Santiago. Plaza de Cuatro Caminos Sol. Casi lleno. Seis toros de Miura. Serios 574 kilos promedio, bravos, de juego diverso y justos de fuerza.

Manuel Escribano, Saludo y saludo.

David Galván, saludo y silencio tras aviso

Damián Castaño, oreja y vuelta al ruedo

Incidencias: Saludó Juan Carlos Rey tras parear al quinto.

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