
Fotograma OneToro
'..las cuentas de la lechera: si este mata ese, y si aquel también, y si el otro hace lo mismo, la tarde hubiese sido triunfal. Pero no, aunque lo hubiesen hecho, los mimbres no daban para tanto. Y seguramente estuviésemos a estas alturas leyendo titulares irónicos sobre larguras, generosidades y mangas anchas en el palco..'
PAMPLONA / 7ª San Fermín
No solo la espada
Jorge Arturo Díaz Reyes
CrónicaToro/Cali, VII 11 2025
Se mató tan mal, que solo ello daba para condenar la corrida de los mansos, obedientes y sosos jandillas. Pero es que más allá del maltrato a la suerte suprema, que por fortuna de la tauromaquia, en Pamplona todavía es imperdonable, la falta de coherencia en todas las lidias ahogó eso que parece ser el santo grial del toreo actual “el triunfo”, la satisfacción de la clientela pagada con orejas.
Por encima de los momentos aislados de torera hondura trianera bordados por Juan Ortega, los alardes de valor y poderío de Roca Rey, y el carisma y facilidad de Paco Aguado, tendríamos que reconocer que lo más redondo de la tan esperada séptima corrida fue el gran tercio de banderillas que le ofició Iván García al sexto. Dos pares de Pamplona. Que sobriedad, que verdad, que precisión en ellos. Nada de venta, pura emoción.
A más de la muerte sin estocada, los pinchazos, las espadas incompletas o completas fuera de sitio, ineficaces, (una en guardia), los fallos de cruceta, los avisos, decíamos. Las relevancias con los capotes. Las aromáticas tres y media verónicas de Ortega al tercero en el quite. El certero, pero arrimadísimo y vertiginoso saludo de Roca Rey al segundo; dos lances a dos manos, farol, caleserina, tres gaoneras y revolera, sin temple, pero de contundente vehemencia. ¡Parar un toro así, qué locura! Y como de contraste, las desahogadas y suaves cinco derechas y ese trincherazo cartelero de Aguado al tercero, pastueño, manso que parecía bravo, como decía Corrochano.
Sí cosas así, dislocadas de otras que acogió la repleta plaza con alegría y bullicio sanfermineros, dieron para que se hicieran las cuentas de la lechera: si este mata ese, y si aquel también, y si el otro hace lo mismo, la tarde hubiese sido triunfal. Pero no, aunque lo hubiesen hecho, los mimbres no daban para tanto. Y seguramente estuviésemos a estas alturas leyendo titulares irónicos sobre larguras, generosidades y mangas anchas en el palco.
Porque, como declaró Borja Domecq, el ganadero, al final “me voy contento pues hubo toros con opciones”. Claro que los hubo, casi todos, todo toro tiene su lidia, sobre todo estas dóciles almas de Dios. Pero la falta de emoción de la que adolecieron jugaba en contra.
De todas maneras, la gente se lo pasó en grande, pues como cantan ellos en el Riau Riau, pase lo que pase: las fiestas de esta gloriosa ciudad. son en el mundo entero una fiesta sin igual.
- FICHA DEL FESTEJO
Pamplona. Viernes 11 de julio 2024. 7ª de San Fermín. Sol. Lleno de “No hay billetes”. Seis toros de Jandilla; cuatreños, 562 kilos promedio,
Roca Rey, silencio tras dos avisos y silencio
Pablo Aguado, ovación y silencio
Juan Ortega, silencio y silencio
Incidencias: Saludó Iván García tras parear al sexto
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