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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

domingo, 2 de junio de 2019

VENEZUELA. A MIS HERMANOS DE LA HERMANDAD DE LAS MÉRIDA DEL MUNDO / por Fortunato González Cruz



Gracias por leer este escrito que es un llamado de un hermano a sus hermanos para que comprendan la tragedia de esta otrora hermosa Mérida Andina, con la esperanza de que nuestra lucha y la solidaridad internacional nos hará menos traumática la salida hacia un futuro mejor.


A MIS HERMANOS DE LA HERMANDAD
 DE LAS MÉRIDA DEL MUNDO

Fortunato González Cruz
Primer Alcalde de Mérida de Venezuela. Cofundador de las Méridas del Mundo
Aprovecho unas horas de electricidad y de Internet para escribirle a mis hermanos de las ciudades que comparten este hermoso nombre de Mérida: Los de Extremadura, fuente de nuestro origen, y los de Yucatán, que representa orgullosa sus raíces mayas. Escribiré en primera persona para decirles en nombre de mis paisanos la tragedia que nos agobia, porque no se imaginan ustedes la destrucción de la Mérida Andina. Trataré de resumir lo que nos acontece para luego hacer un breve análisis que nos sirva de lección.

La ciudad ha perdido cerca del 30 % de sus familias y poco más del 50 % de su población joven que han emigrado a casi todos los países del mundo, en particular a los que han sido más comprensivos: Nuestros vecinos de Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Argentina y Brasil. Más lejanos Estados Unidos, Canadá y los países de Europa. Australia ha sido siempre amigable con la inmigración. Se nos ha ido lo mejor de Mérida, casi todos profesionales egresados de nuestra Universidad de Los Andes en todas las profesiones, muchos con postgrado y la gran mayoría trabajan en los países que los han acogido, al principio en lo que fuese,  y poco a poco asumiendo las cosas de su ciencia o arte. Tengo dos hijos en Montreal y uno en Copenhague con sus respectivas familias. Hoy se me va mi primer nieto Antonio a Barcelona, España. Se podrán imaginar la cantidad de viviendas vacías al cuidado de los buenos vecinos y de los viejos que nos quedamos.

La Universidad de Los Andes ha perdido más de la mitad de sus profesores y de sus alumnos. Los primeros tenemos una remuneración mensual equivalente a 9 dólares y quienes nos mantenemos activos vamos a clase porque los alumnos que nos quedan colaboran para trasladarnos a las aulas. Trabajamos la mayor de las veces sin electricidad, por lo tanto sin ningún apoyo. Usamos papel de reuso, a veces un cartucho de tinta que podemos recargar. Hace por lo menos 5 años que no recibimos ni libros ni revistas. ¡Imagínense el drama de los hospitales!

Como hay muy poca gasolina es muy escaso el transporte colectivo y los suministros los vende el campesino, en caso de productos del campo, a bajo precio y en la ciudad son carísimos justamente por la escasez de transporte. Imagínense la tragedia de los productores de leche. Tampoco hay recolección de los desechos sólidos, muy escaso el  gas doméstico, los bomberos y las ambulancias se mantienen por solidaridad de quienes los requieren.  A todo esto la inflación está cerca del 10 millones por ciento. Semanalmente los precios se duplican y cualquier cosa elemental como huevos o queso se paga en su equivalente en dólares al doble de sus precios internacionales. 

La imagen de la ciudad es triste: Casi sin circulación de vehículos que están en cola en las gasolineras. Yo tengo mi vehículo en la más cercana a mi casa en una larga fila desde hace 11 días marcado con el número 822, el de mi esposa con el número 821 y el camión tanque dicen llega hoy.

¿Cómo una ciudad culta, universitaria, turística y productiva llega a este extremo de desastre? Es conocida la  enorme cantidad de recursos de Venezuela: Población joven y bien formada, tierras fértiles, agua abundante, una industria en expansión hasta los años 90, un mar de petróleo bajo tierra y yacimientos de hierro, oro, diamantes, coltán y otros minerales. 

Lo traté de explicar en una conferencia en nuestra hermana yucateca: Venezuela se puso primero en manos de un militar de mediana jerarquía, teniente coronel, con una formación básica mediocre, sueños de grandeza, audaz, simpático y populachero. Luego Chávez cayó en una fascinación por Fidel Castro a quien quiso superar como revolucionario. Propuso el Socialismo del Siglo XXI que era una mezcla de castrismo, populismo extremo, discurso nacionalista antinorteamericano, indigenismo vengativo y con ese complejo de inferioridad que es bien conocido en Latinoamérica e incluso entre los españoles. Chávez recibió el gobierno en 1999 con una producción petrolera de 3.5 millones de barriles de petróleo por día al precio internacional de 9 dólares, que las circunstancias internacionales lo elevaron hasta alcanzar los 150 dólares. Lo hizo un rey Midas y cuando comenzó a mermar la producción  inició el endeudamiento más irresponsable con intereses buitres o con los rusos y los chinos. En fin. Se pasó de un modelo de socialismo esperanzador a uno militarista, vinculado a las FARC y al ELN colombianos, al fundamentalismo islámico, a los carteles de la droga, a las empresas más corrompidas tipo la brasileña Odebrecht
Con su muerte llega al gobierno Nicolás Maduro, sin formación conocida salvo como revolucionario en Cuba y por ello impuesto por los cubanos. Para resumir, hoy el entorno en que está metida nuestra querida ciudad de Mérida es de un régimen de militares y tres grupos de civiles: Tráfico de drogas, manipulación de la moneda y la extracción de petróleo, oro, diamantes y coltán,  cuyo interés es mantenerse en el poder, ya sin objetivos ni revolucionarios ni siquiera políticos. Se calcula que los nuevos ricos revolucionarios tienen valores en el exterior por más de 300 mil millones de dólares. Lo digo con profundo dolor, en medio de una situación de pobreza, calamidad y caos que jamás pensamos podíamos llegar a sufrir.

Dije entonces en la Mérida de Yucatán: ¡Cuiden su política!  ¡Cuidado con los populismos! La única fuente duradera del bienestar y de la prosperidad es la educación de calidad y el trabajo productivo.  A un país lo destruye tanto una guerra como una ideología, o la mala calidad de sus políticos. En breve saldrá publicado un libro mío sobre Ciudad y Política, que compartiré por vía electrónica, donde profundizo estas ideas.

Gracias por leer este escrito que es un llamado de un hermano a sus hermanos para que comprendan la tragedia de esta otrora hermosa Mérida Andina, con la esperanza de que nuestra lucha y la solidaridad internacional nos hará menos traumática la salida hacia un futuro mejor.

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