La Grand Doumont a través del tiempo
Ver el letargo de una carroza que transportó el cuerpo inanimado de una figura insólita, como fue Joselito El Gallo, produce una emoción estremecedora, que sorprende por su recuerdo inolvidable.
La Carroza Fúnebre de Joselito
Barcelona, 23 de junio de 2019
Con el fin de documentar la información que revelará mi próximo libro “Las Últimas 24 Horas de Joselito El Gallo”, decidí emprender una búsqueda sin descanso, para intentar localizar aquella fastuosa carroza fúnebre, que quedó inmortalizada el día 18 de mayo de 1920, cuando un camarógrafo de cine grabó su paso por las calles de Madrid, con los restos mortales del titánico torero de Gelves. La tenaz investigación de más de dos meses, por archivos, hemerotecas, administraciones públicas y privadas, oficinas de distintos servicios funerarios de Madrid o Barcelona, la llevé a cabo siendo muy consciente, que tenía un alto índice de posibilidades de fracasar en el intento, ya que el inevitable paso del tiempo y la dejadez histórica de algunas instituciones de este país, son una carcoma mortal para la conservación de míticos patrimonios.
El caso, es que no desistí en el empeño y descartando Madrid como el posible lugar de encuentro, tomé como nueva referencia el entierro del alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galván, donde se dispuso para el traslado, una carroza imperial que se envió desde Barcelona. Este dato capital, me llevó a un desconocido Museo de Carrozas Fúnebres de Barcelona, situado desde el año 2012 en la calle de la Mare de Déu del Port, número 56, justo en una de las entradas del Cementerio de Montjuic. Al revisar las 13 carrozas fúnebres, los 6 carruajes para acompañantes y los 3 vehículos a motor que componen la sorprendente colección, me quedé asombrado al distinguir entre las fabulosas reliquias, La Grand Doumont, la carroza fúnebre que transportó a Joselito desde su casa madrileña de la calle Arrieta, a la Estación del Mediodía, de donde salió para ser enterrado en Sevilla.
Sin perder ni un minuto de tiempo, me puse en contacto con el Museo para informarme de su horario y la siguiente llamada tuvo como destinatario a don Fernando del Arco, el decano de los aficionados taurinos de Barcelona y uno de los mayores bibliófilos taurinos del mundo. Le comenté que quería compartir con él, un gran hallazgo relacionado con Joselito El Gallo.
Una vez fijado el día y la hora del encuentro, nos fuimos junto a mi mujer Sonia, a conocer el sordo testimonio de una fabulosa carroza, que guarda en su señorial semblante, la memoria de aquel trágico día de primavera. Toda su magnificencia barroca, evoca la tristeza vivida y el estupor infinito que invadió toda España.
Ver el letargo de una carroza que transportó el cuerpo inanimado de una figura insólita, como fue Joselito El Gallo, produce una emoción estremecedora, que sorprende por su recuerdo inolvidable.
Si visitan Barcelona, no pierdan la oportunidad de conocer la carroza fúnebre de Joselito El Gallo.
Un servidor con don Fernando del Arco.
El señorío de La Grand Doumont.
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