la suerte suprema

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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 12 de octubre de 2009

FORTUNATO GONZÁLEZ / SIGNIFICADO DEL 12 DE OCTUBRE

DÍA DE LA HISPANIDAD


SIGNIFICADO DEL 12 DE OCTUBRE
Fortunato González Cruz
Por la calle real

Mérida-Venezuela/Octubre 2009
Llámenlo como quieran, lo histórico es que el 12 de octubre de 1492 se topó Cristóbal Colón y sus navegantes con una isla caribeña de la que tomó posesión de acuerdo con las capitulaciones que había suscrito con la reina Isabel de Castilla, de conformidad con la legislación que había recopilado en 7 Partidas el rey Alfonso X, El Sabio.

Es uno de los hitos claves en la historia de la humanidad cuyos protagonistas fueron en su gran mayoría súbditos de aquella reina y el escenario un inmenso territorio desconocido hasta entonces por los europeos.
No creo que exista otro acontecimiento que haya merecido más literatura que este, tantas interpretaciones disímiles, tantísimos debates en los que se han puesto todos los ingredientes desde la pasión más desenfrenada hasta el odio más amargo.

Mi brevísima reflexión sobre aquel hecho va bien centrada en Mérida, dentro del espacio que me permite el diario, con la vista puesta en la Sierra Nevada y la parte de la ciudad que se asoma desde mi ventana, conciente de que por mis venas como por las de todos los venezolanos corre sangre indígena y sangre española, algunas gotas italianas y una mezcla universal en las hay árabes, negras y orientales, que forman, como lo dijo Bolívar en la Carta de Jamaica, un nuevo género humano cuya característica es la confusión en una misma identidad de la totalidad de las razas. Eso al menos ya debiéramos haberlo admitido para avanzar como pueblo libre de complejos atávicos.

La Sierra señala una geografía distinta a la de aquellos que provenían de las tierras semiáridas de Castilla y Andalucía, determinante para el desarrollo de acontecimientos bajo un sol y un relieve particulares.
Quienes vivían aguas arriba del Chama cultivaban la tierra, vestían con telas de algodón y se relacionaban con sus dioses como cualquier otro pueblo primitivo. Aguas abajo recolectaban y vivían desnudos. Se comunicaban con lenguas y dialectos propios que impedían un intercambio más amplio hasta que los españoles impusieron su código desde California hasta la Tierra de Fuego.
La diversidad de dioses y de ritos se rindió ante Jesús de Nazaret y la misa católica, que vino acompañada de Te Deums, procesiones y corridas de toros. Los antiguos cultos quedan por allí medio agazapados como esperando no se sabe que.
La conquista y la colonización producen una primera obra monumental que es la creación de una gigantesca realidad polícroma y única: América habla castellano y profesa la religión católica que serán los valores compartidos que identifican una misma tierra que exhibe su gran diversidad.

La ciudad hipodámica venía en los papeles de Cristóbal Colón como para que la gente viviese más ordenada y no en los intrincados laberintos de los poblados europeos. No hay ciudad en América Hispana que escape a este régimen urbano de plaza mayor, iglesia orientada hacia el este, casa consistorial, escuela, cárcel y cuadras de 80 x 80.
También se impuso un sistema social jerárquico que dispone el ocio a los de capa e impone el trabajo a los de a pié, rémoras que no terminamos de superar, mucho menos en la Venezuela Petrolera de renta fácil para la flojera y la cleptomanía. Y una cierta idolatría infiel por las leyes, a las que se acatan e incumplen.
Lo indígena, desaparecido de estas tierras merideñas, sobrevive en la leyenda de un supuesto paraíso perdido que inspira poetas y perturba ilusiones.

De Mérida me he encontrado en Europa nuestras papas en las tortillas madrileñas, en la vichisoise francés o en el Borsch de Ucrania; en alguna bodega holandesa me topé con anuncios del café de Santa Cruz de Mora. Pero en la filosofía de Tomás Moro y en el tema de las libertades que eclosionan en Inglaterra y Francia y dan al traste con la Edad Media, están los hombres y la geografía de América, con toda su dramática realidad y la magia de su historia y sus leyendas.

El impacto del 12 de octubre es planetario. Serán pocos los políticos que lo asuman con las consecuencias que fácilmente se pueden deducir en término de responsabilidades históricas, porque no es tiempo para la política grande sino para el alarde de lo mediocre y temporal, con honrosísimas excepciones.



Sierra Nevada de Mérida - Pico Bolívar

1 comentario:

  1. Lo que e el Día de La Raza
    RAZA....?
    Raza de qué, tanto pregonan
    mi vecino, el cura y el tendero,
    y la alativa señora del banquero
    quien tuvo un hijo negro, siendo catira?

    Raza...? Raza de qué, si desentona
    la ley de Dios con la que explica el clero,
    y al coraje -mandante ni escudero-
    lo castran l reposo y la corona?

    Raza de Hidalgos? Raza de casiques
    Imperio de Trabucos y Alambiques
    sobre estéril solar de cobardía

    De la mañana que el ancento escueta
    sólo nos queda puro: el hijueputa
    y lo estamos negando, todavía!

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