(En el 34 aniversario de su muerte)
Acontecimiento importante en la Historia del Toreo, es el que produce el día 5 de octubre de 1974 en la plaza de toros de Vista Alegre en Madrid, se despide Antonio Bienvenida, lidiará toros de Fermín Bohórquez alternando con Curro Romero y Rafael de Paula.
La impresionante trayectoria de Antonio Bienvenida puede apreciarse por medio de la estadística, eso sí fría estadística.
Intervino en 829 corridas de toros y estoqueó 1628 reses. En novilladas mató 113 novillos. La temporada que más corridas toreó fue la de 1966 con 52. Y la que menos la de 1974, ya al final de su carrera, con 11.
Destacan sus actuaciones en la plaza de toros de Las Ventas con 106 - cinco en novilladas- siguiendo la de Barcelona con un total de 55. Llegó a torear en Argelia, dos tardes y en Marruecos, cuatro tardes. Hoy estas actuaciones serían imposibles.
Antonio Bienvenida prefería los toros de don Antonio Pérez de San Fernando, que son los que ocupan la primera posición en cuanto a los estoqueados por él con un total de 98. Carlos Núñez también fue una ganadería predilecta para el torero que mató 54 toros a lo largo de su carrera.
De los compañeros con los que más actuó destaca Luís Miguel Dominguín, figura del toreo, con el que alternó en 73 tardes.
Alguien comentó al maestro que Manolete hacía siempre la misma faena y que parecía que: “la llevaba en la maleta”; a lo que Bienvenida contestó: “Ojalá los demás fuéramos capaces de inventar una que gustase tanto, meterla en nuestra maleta, sacarla todas las tardes y estar lo bien de verdad que él está con tantos toros distintos. Perdona, añadió, pero los que no os poneís delante de los toros, no tenéis ni idea del mérito de Manolete.” Claro y contundente.
Otorgó 26 alternativas siendo la primera la que dio a su hermano Angel Luís en Bogotá en 1944. La última fue el 27 de agosto de 1973 a Everildo Segura en San Sebastián de los Reyes.
Antonio Bienvenida era un torero de gestos y de gestas y así toreó en 49 ocasiones mano a mano con sus compañeros de escalafón.
Como único espada lo hizo en 10 corridas. En la plaza de las Ventas, plaza de gran responsabilidad, actuó en 5 tardes mano a mano.
El día 16 de junio de 1960, en Madrid, estoqueó una corrida por la tarde y otra por la noche. En esta solo pudo matar tres toros al resultar lesionado.
El maestro era un señor dentro y fuera del ruedo. Además colaboraba en corridas benéficas y en festivales taurinos siempre que se le requería.
Por sus grandes valores humanos, en 1956, obtiene la Gran Cruz de Caballero de Beneficencia. Se reunía en esta condecoración otras concedidas por toda una vida dedicada a la defensa de la fiesta de los toros; y también, por la ayuda prestada a los más necesitados incluyendo a sus compañeros de profesión. Fue Presidente del Montepío de Toreros.
Por su participación desinteresada en las corridas que el referido Montepío celebraba obtuvo la Medalla de Oro.
Estaba en posesión de la Medalla del Mérito Civil y la del Mérito Taurino.
El 4 de octubre de 1975 Antonio y su familia deciden pasar el día en la finca “Puerta verde” de la ganadera Amelia Pérez Tabernero, en El Escorial. Se toreará y verá en funciones a su sobrino Miguel.
Se realizan faenas de tienta. Normalidad en ellas, hay maestros en el ruedo, Antonio y Ángel Luís.
Su sobrino ha toreado a gusto del maestro. Van a sacar a la becerra fuera de la placita de tientas. Lo hacen al alimón. La puerta que da al campo queda abierta. Al lado de la puerta hay otra becerra, llamada “Conocida” que nadie ve. Antonio queda de espaldas. La becerra se arranca de pronto, entra en la plaza y coge al maestro por detrás, levantándolo del suelo. Caída mala. Queda inmóvil en el pequeño ruedo. Dice: “¿porqué no me habéis hecho el quite?”; le responden: “Antonio, no la hemos visto entrar, ha sido tan rápido todo”.
No se debe mover al maestro tiene lesiones cervicales. Acude la ambulancia y es trasladado a Madrid, Hospital de la Paz. Nada se puede hacer por salvarle. El día 7 de octubre fallece.
Es trasladado a la casa familiar en la calle General Mola, 3. Capilla ardiente presidiendo la imagen el Cristo del Gran Poder, que transcurriendo el tiempo la familia Bienvenida donará a la capilla de Las Ventas.
El entierro, verdadera manifestación de duelo popular, quedará para siempre en la memoria de quienes estuvieron.
El féretro lo cubría un capote de grana y oro –el color de los valientes-, así lo pasearon por el ruedo de Las Ventas, aquel ruedo que con su eterna sonrisa recorría en triunfo tiempo atrás.
Desde esa fecha recorre el ruedo del Cielo, eternamente, con su sonrisa sin acabarse.
Octubre de 2009, en El Escorial.
José María Sánchez Martínez-Rivero.
(Fuente: Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida
circulo.bienvenida@googlemail.com)
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