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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 3 de julio de 2012

Víctimas del terrorismo: Ortega / Por Ignacio Ruiz Quintano


Portada del diario portavoz de ETA

Ortega Lara no salió del País Vasco: 532 días se tiró en aquel agujero etarra (“¡Por la Democracia!”, nos arengaban entonces), y la portada que le recuerdo fue la de “Egin” en el día de su liberación: “Ortega vuelve a la cárcel”.


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

No conozco a Ortega Lara, y eso que compartimos barrio e Instituto en Burgos, pero todos sabemos que un día lo secuestró la Eta y lo metió en un agujero de 2 x 3 x 1,80 hasta que lo liberó la Guardia Civil, 532 días después, y de eso se cumplen quince años.

–¡Va a hablar Ortega Lara! –se decía no hace tanto la muchachada de la derecha centrista para animarse a acudir a las manifestaciones de las víctimas del terrorismo contra los enjuagues de Zp.

Ahora, junto a personajes como Gustavo Bueno, Savater, Espada o Abascal, Ortega Lara ha firmado una carta para pedir a Rajoy lo que Esperanza Aguirre ya le había pedido: un pacto de partidos para la cosa autonómica.

Y desde una TV a Ortega Lara se le ha echado encima Elvira Rodríguez, mujer de orden y de hacer números en libreta de hule, que parecía ecuánime incluso en el fútbol.

Con furia digna de mejor causa, Rodríguez acusa a Ortega Lara, que al parecer no encaja ya en el dibujo, de tener la portada de un periódico y de hablar “con parafernalia de autoridad”.

–¿De dónde le viene la autoridad? ¿A quién representa?

¿Y de dónde saca ella la “parafernalia de autoridad”?

Carmen Calvo se opuso como ministra de Cultura a la (segunda) guerra de Iraq en aras a nuestra vieja amistad con los árabes: “Cervantes, sin ir más lejos, estuvo en Argel, en Orán…”

Ortega Lara no salió del País Vasco: 532 días se tiró en aquel agujero etarra (“¡Por la Democracia!”, nos arengaban entonces), y la portada que le recuerdo fue la de “Egin” en el día de su liberación: “Ortega vuelve a la cárcel”.

En la cárcel, Cellini soñó que le escribían en la frente palabras muy importantes y que el que lo hizo le repitió tres veces que se callara.

Como a Ortega Lara.

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