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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 20 de agosto de 2013

BILBAO: 4ª DE FERIA. UNA COCHAMBRE / Por Domingo Delgado de la Cámara


José María Manzanares

UNA COCHAMBRE
  • El torismo de Bilbao es más teórico que real. Cuando cuelan una sardina tan impresentable como la de ayer, casi nadie protesta.
  • La Junta Administrativa se está echando en los brazos de las figuras. Si alguien no lo remedia, en pocos años la Plaza de Bilbao será tan mediocre como las demás.
Domingo Delgado de la Cámara
Y yo pregunto: ¿Qué tiene que dirimir el torero más poderoso del escalafón, con el más superficial? ¿Qué tiene que dirimir el torero con más fundamento, con el más insustancial? El Juli tiene que torear mano a mano con Morante, con José Tomás, con Ponce…pero no con Manzanares. Era un mano a mano sin sentido. Además, el desastre se veía venir. Después de haber visto las corridas de El Pilar en Sevilla y en Pamplona, barruntábamos el desastre. Lamentablemente, esta ganadería ya no está en el mismo gran momento de temporadas anteriores.

Matías González presidió la corrida de una manera totalmente desafortunada. Debió devolver al cuarto y al sexto. No lo hizo. Mantuvo en el ruedo dos ruinas patéticas. Si no se armó la de San Quintín es porque el público de Bilbao es santo. En Madrid se hubiera armado la de Dios es Cristo, la bronca se hubiera oído en Pernambuco. Y con razón.

El cuarto era un novillete escurrido absolutamente impresentable. La presencia de esta sardina en la Feria de Bilbao, invita a varias reflexiones:

Ninguna ganadería tiene los suficientes toros de buen trapío para comparecer en todas las ferias importantes durante la misma temporada. Luego hay que presentar las corridas en escalera y meter un par de aleluyas en cada encierro.

La querencia de las figuras por el toro más impresentable es crónica e incorregible.

El torismo de Bilbao es más teórico que real. Cuando cuelan una sardina tan impresentable como la de ayer, casi nadie protesta.

La Junta Administrativa se está echando en los brazos de las figuras. Si alguien no lo remedia, en pocos años la Plaza de Bilbao será tan mediocre como las demás.

El Juli estuvo impecable con un lote sonso y desrazado. Le supo a poco. El Juli para lucirse, necesita mucho más toro. Bien con el capote, hizo tres faenas mandonas y poderosas a tres toros que no necesitaban tal derroche de poderío. A estas alturas, El Juli debería saber que cuando luce su poderío, y cuando pone distancia con respecto a los demás toreros, es cuando sale el toro de verdad. Con el medio toro, El Juli brilla la mitad.

Nada digo de la actuación de Manzanares con el cuarto y con el sexto, eran dos inválidos con los que torear era imposible. Con el segundo, soso y facilón, Manzanares estuvo según su costumbre. Nada con el capote. Nada con la izquierda. Compuesto con la derecha, pero mandando el toro a Sebastopol en todos los muletazos. Lo mejor de su actuación fue la contundencia con el estoque. El único momento emotivo que tuvo la corrida fue un par de banderillas de Juan José Trujillo en el sexto jugándose el tipo.

Al salir de la plaza pregunté a mi amigo Jose, qué le había parecido. Me contestó: una cochambre. No se puede decir más con menos palabras.

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